PEDOFILIA Y VIOLACIONES EN SECOND LIFE. DEBATE ABIERTO SOBRE LOS LÍMITES DE LOS LÍMITES DE LOS LÍMITES...Y ADEMÁS LA CUESTIÓN LEGAL.
(De http://www.businessportal24.com/es/)
Pedofilia virtual en Secondlife ¿Algo más que un delito virtual?
Comunidado de prensa de: NOTICIAS-TIC.COM
Como comentábamos en artículos anteriores, “la virtualización, no de nuestra vida, sino de un yo paralelo, tiene interrogantes que sólo el tiempo nos desvelará”.
Ahora, con este nuevo caso que “sorprende” al mundo, la pregunta vuelve a surgir: ¿Es delito un hecho como la pedofilia, que realmente no está sucediendo porque ocurre en un espacio virtual como Second Life; pero que a la vez “sí ocurre” porque algún desalmado es capaz de trasladar lo que sin duda son sus anhelos personales, y quien sabe si los actos reales en su vida cotidiana?
El
Ahora, con este nuevo caso que “sorprende” al mundo, la pregunta vuelve a surgir: ¿Es delito un hecho como la pedofilia, que realmente no está sucediendo porque ocurre en un espacio virtual como Second Life; pero que a la vez “sí ocurre” porque algún desalmado es capaz de trasladar lo que sin duda son sus anhelos personales, y quien sabe si los actos reales en su vida cotidiana?
El
interrogante ha surgido, y encuentra sus pros y sus contras.
En Second Life, en un rincón de esta virtualización de nuestra realidad, existe un club en el que, con acceso sólo a sus miembros virtuales o alter egos informáticos, se realiza sexo virtual con muchachito/as cibernéticos.
Así lo ha denunciado la cadena de televisión Alemana ARD, después de que “vecinos virtuales” del club sospecharan de las actividades ilícitas que se llevaban a cabo en su interior.
En este mundo virtual, en el que millones de personas crean un avatar y llevan una vida paralela que solo existe en el ciberespacio, ¿qué hay detrás del que delinque en su cibervida? ¿Es concebible que esto ocurra, o se debe investigar para remediarlo y buscar las ramificaciones que este acto virtual tiene en la vida real?
Report Mainz el fiscal principal del Departamento de Prevención de Pornografía Infantil, ha afirmado: «Vamos a descubrir quién o quiénes están detrás de todo esto», quién comentó que en Alemania, donde sí se recoge el delito virtual, los cargos pueden acumular penas de entre tres meses y cinco años. También la ministra de Justicia bávara ha prometido actuar con firmeza, e investigar hasta encontrar a los responsables.
No es la primera vez que se producen delitos en Second life, donde ya han ocurrido violaciones virtuales. El problema surge al aplicar una legislación concreta, ya que Second Life traspasa fronteras, y realmente no ocurre en ningún país, aunque los que interactúan sí pertenecen a algún país.
Estamos ante un complejo caso, cuyas soluciones se mueven a distintos niveles, no sólo al último acto probado que prima en nuestra vida.
Pero ¿qué nos está diciendo el que, sin delinquir en la vida real, delinque en su vida virtual? ¿qué no delinque en realidad porque no se atreve?; lo que nos lleva a otra peliaguda pregunta: ¿delinquir virtualmente es el primer paso para hacerlo posteriormente en su vida, como un paso más en la materialización de un deseo?
Delinquir virtualmente es el primer paso en la materialización de unos deseos internos, que se plasman en el momento en que se tiene la primera oportunidad, y la oportunidad se la da Second Life, con un avatar que le proporciona anonimato, y una recreación virtual lo bastante compleja como para que se sienta satisfecho en sus deseos, en un primer estadio mental.
La pregunta es: ¿cuánto tardará un pedófilo virtual en convertirse en pedófilo real, si no lo es ya?
Si ya encontramos estos dilemas en una virtualización de vidas paralelas, que aunque compleja, se haya sin duda en sus comienzos… ¿Qué ocurrirá dentro de unos años cuando, en vez de mirar en una pantalla tu otro yo, veas tu escenario alrededor tuyo y sientas a los personajes deambular en tu misma "realidad"?
En Second Life, en un rincón de esta virtualización de nuestra realidad, existe un club en el que, con acceso sólo a sus miembros virtuales o alter egos informáticos, se realiza sexo virtual con muchachito/as cibernéticos.
Así lo ha denunciado la cadena de televisión Alemana ARD, después de que “vecinos virtuales” del club sospecharan de las actividades ilícitas que se llevaban a cabo en su interior.
En este mundo virtual, en el que millones de personas crean un avatar y llevan una vida paralela que solo existe en el ciberespacio, ¿qué hay detrás del que delinque en su cibervida? ¿Es concebible que esto ocurra, o se debe investigar para remediarlo y buscar las ramificaciones que este acto virtual tiene en la vida real?
Report Mainz el fiscal principal del Departamento de Prevención de Pornografía Infantil, ha afirmado: «Vamos a descubrir quién o quiénes están detrás de todo esto», quién comentó que en Alemania, donde sí se recoge el delito virtual, los cargos pueden acumular penas de entre tres meses y cinco años. También la ministra de Justicia bávara ha prometido actuar con firmeza, e investigar hasta encontrar a los responsables.
No es la primera vez que se producen delitos en Second life, donde ya han ocurrido violaciones virtuales. El problema surge al aplicar una legislación concreta, ya que Second Life traspasa fronteras, y realmente no ocurre en ningún país, aunque los que interactúan sí pertenecen a algún país.
Estamos ante un complejo caso, cuyas soluciones se mueven a distintos niveles, no sólo al último acto probado que prima en nuestra vida.
Pero ¿qué nos está diciendo el que, sin delinquir en la vida real, delinque en su vida virtual? ¿qué no delinque en realidad porque no se atreve?; lo que nos lleva a otra peliaguda pregunta: ¿delinquir virtualmente es el primer paso para hacerlo posteriormente en su vida, como un paso más en la materialización de un deseo?
Delinquir virtualmente es el primer paso en la materialización de unos deseos internos, que se plasman en el momento en que se tiene la primera oportunidad, y la oportunidad se la da Second Life, con un avatar que le proporciona anonimato, y una recreación virtual lo bastante compleja como para que se sienta satisfecho en sus deseos, en un primer estadio mental.
La pregunta es: ¿cuánto tardará un pedófilo virtual en convertirse en pedófilo real, si no lo es ya?
Si ya encontramos estos dilemas en una virtualización de vidas paralelas, que aunque compleja, se haya sin duda en sus comienzos… ¿Qué ocurrirá dentro de unos años cuando, en vez de mirar en una pantalla tu otro yo, veas tu escenario alrededor tuyo y sientas a los personajes deambular en tu misma "realidad"?
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