CUANDO ESO NO TIENE FONDO (O LOS PROBLEMAS DE CAER EN DIOS)
CUANDO ESO NO TIENE FONDO (O LOS PROBLEMAS DE CAER EN DIOS)
Ya que mi hermano del alma Mariano Anós ha contribuido a facilitar la lectura de mis soliloquios al respetable, averiguando con artes mágicas telepáticas el pensamiento nada único de este pesaroso bloguero, intentaré entretenerme y entretenerles con nuevas aportaciones al estudio del misterioso “eso” al que responde la “necesidad de expresión”, al menos en casos como el que abordamos muy piratamente.
Se trata de partir de dos hechos que doy por supuestos: A) que la “necesidad de expresión” no tiene propiamente un destinatario; B) que la “necesidad de expresión” no tiene propiamente un contenido más allá del que aporta su propia precepción (esto es, sin más: que algo existe). En realidad, se trata de asumir que la comunicación no es, en casos de extrema necesidad (que es de lo que hablamos ahora), sino una exhibición de la propia existencia como medio para constatar que realmente existimos. Expreso, luego existo. (Más acertado aún que el célebre “Pienso luego existo”).
Caer en la cuenta de la veracidad de estos dos supuestos resulta un problema, pero no lo resuelve. Caer en la cuenta, en este sentido, es algo así como caer en Dios, un resultado existencial problemático: el sujeto de la expresión desaparece cuanto más se empeña en darse a conocer.
(continuará. Con aportaciones de Mariano o nós)
1 comentario
Mariano -