EL DISGUSTO DE VIVIR
Hace ya unos años un amigo me pidió encarecidamente que no escribiera lo que escribía en mi blog "porque podía leerlo mi hija...". Ya no he hablado nada más (serio) con él. Por supuesto, escribo en este blog lo que me da la gana. Y mi hija, que a veces deja comentarios, sobrevive muy bien.
Otra cosa es la duda que se me ha instalado en el cerebelo (sección dudas) sobre el sentido de publicar en el blog tanto sobre mi persona. ¿Estoy cayendo en el exhibicionismo? ¿En qué consiste realmente mi "necesidad de expresión"? ¿Por qué les siento a ustedes más espectadores que lectores?
En la duda, callaré un poco (aquí).
Pero poco.
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