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javierdelgado

EN EL CENTENARIO DEL MÚSICO DIMITRI SHOSTAKÓVICH

EN EL CENTENARIO DEL MÚSICO DIMITRI SHOSTAKÓVICH

Dimitri Shostakóvich componiendo...

Hace unos veranos dediqué buenos ratos a la lectura de la biografía de Shostakóvich  que le dedicó Krzystof Meyer: Shostakovich. Su vida, su obra, su época” (Alianza Música, 1997). Esa lectura me emocionó mucho, porque hurgaba detenidamente en la vida y en las claves de la obra del músico “soviético”. 

 De joven tuve la suerte de escuchar muchos discos de Shostakóvich en la casa de Juan Antonio Hormigón y Rosa Vicente. Era una música que me atraía, pero confieso que pronto olvidé al músico y a su música, y no me sirve de excusa lo duro que fueron aquellos años en mi vida (y en la de mucha gente). Sobre ese olvido he vuelto a pensar cada vez que me he acercado a Shostakóvich, del que se cumple ahora el centenario de su nacimiento en San Petersburgo (=Leningrado) en 1906. Falleció en Moscú en 1975, de modo que aún estuvo vivo durante los primeros 22 años de mi vida.  Pero en mi formación musical infantil y adolescente No estuvo Shostakóvich, quién sabe por qué: pues de hecho, desde su primera obra de 1919, pasando por el mismo año de mi nacimiento (año en el que murió Stalin) se divulgaba mucho en las radios su música y así hasta la creación del “Muro de Berlín”. Desde luego, como supe mucho más tarde, sus sinfonías se estrenaban en todo el mundo “libre” de los nazis durante los años treinta, cuarenta y cincuenta. Su sinfonía nº 7, “Leningrado”, dedicada a la ciudad “mártir” que sufrió el terrible ataque nazi, tuvo un estreno inmediato en las principales capitales del mundo. Y no fue una excepción. 

Leo ahora el denso estudio  sobre la vida y obra de Shostakóvich que le dedicó Bern Feuchner: “Shostakóvich. El arte amordazado por la autoridad” (Turner 2004, y vuelvo a emocionarme de una forma especial.  Creo que Shostakóvich fue nuestro músico, el músico de dos generaciones de comunistas cuya peripecia vital parece tener como música de fondo la música de ese curioso “camarada” con el que algun@s comunistas pueden identificarse y otros desde luego no. (Y no excluyo a otras personas, alejadas de nuestras preocupaciones millitantes, del doloroso placer de esa identificación). 

 Pese a lo que escribiera mi admiradísimo Glenn Gould sobre él, no creo que Shostakóvich represente “una de las auténticas tragedias de la música del siglo XX”, como puede leerse en un texto suyo titulado “La música en la Unión Soviética”, de una conferencia pronunciada en la Universidad de Toronto en 1964, que se reproduce en el libro de Glenn Gould: “Escritos críticos” (Taurus, 1989). Para Gould, se podía esperar de Shostakóvich “ que se convirtiera en el gran compositor de la generación venidera”.  Pero según él no lo fue, ni mucho menos, y da como fecha la de 1936, ¡precisamente la del estreno de su genial ópera “Lady Machbeth de Mtsenk”, brutalmente rechazada por el propio Stalin y comienzo de su persecución política!para certificar que “fuere lo que fuere que iba mal en Shostakóvich como artista creativo ya había empezado en la epoca en que escribió esta obra”.

Para Gould, Shostakóvich “sufrió menos la persistente persecución de la dirección impuesta por el Partido(…) que de una sobredosis del complejo de culpa ruso”, consistente, según él, en “que fomenta la idea de que el deber ha fijado cierto objetivo para su talento y que, al precio que sea, debe adaptarse en la forma prescrita para lograrlo”.   No puedo todavía contradecir a Gould en los términos que me parecen necesarios, y por eso me importa más resaltar mi propio olvido de este músico maravilloso durante por lo menos veinte años de mi vida: entre los veinte y los cuarenta, no busqué personalmente a Shostakóvich, y eso, para risa de Gould, me produce a estas alturas un cierto sentimiento de culpa.

En otra ocasión menos celebrativa intentaré explicar este asunto personal mío.  Por otra parte, confieso que a mí también me parece que soy de los que tienen fija “la idea de que el deber ha fijado cierto objetivo para su talento y que, al precio que sea, debe adaptarse en la forma prescrita para lograrlo”. ¡Qué le vamos a hacer!  Vuelvo a insistir en la idea de que Shostakóvich es nuestro músico para un tipo de militantes comunistas, dos generaciones antifascistas y antiestalinistas (y, en general, antiautoritarias, antipopulistas y antiobreristas) que vivimos difíciles circunstancias para nuestra expresión artística. 

 En este centenario del nacimiento de Dimitri Shostakóvich me alegraría mucho hacer llegar a l@s lectores de este blog un impulso animoso a la escucha atenta de su música. Hoy día es muy fácil encontrar CDés y DVdés con sus obras, de entre las cuales no voy a recomendar ninguna ¡porque allá cada cual con sus búsquedas y sus preferencias! Sí me parece útil apuntar que en la Red hay varias webs en las que podrán en encontrarse  datos, opiniones y grabaciones. http://www.epdlp.com/compclasico.php?id=1134 me ha gustado por su sencillez y porque enseguida puede uno pinchar música de Shostakóvich. Hay otras web mucho más “serias”. En Google, como siempre, se encuentran enseguida.      

 

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