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VIAJES A IRAK. ARTÍCULO PUBICADO EN HERALDO DE ARAGÓN EL JUEVES 16 DE NOVIEMBRE

VIAJES A IRAK. ARTÍCULO PUBICADO EN HERALDO DE ARAGÓN EL JUEVES 16 DE NOVIEMBRE

VIAJES A IRAK

(publicado el jueves 16 de noviembre de 2006 en "Artes y Letras" del Heraldo de Aragón, nº 42 de mis artículos en la columna "Jardines cerrados)

 “Echó al hombre y a oriente del parque de Edén colocó a los querubines y la espada llameante que oscilaba para cerrar el camino del árbol de la vida” (Génesis, 3, 24) ¿Siguen por allí los querubines? A los mercenarios de Occidente que hacen la guerra en Irak, cuando se quitan las botas, ¿qué les dicen las blandas orillas del Éufrates, las oscuras aguas del Tigris? Deberían aprender a pensar con los pies. Decidí leer algunos libros sobre Irak, libros “de viajes”, un género que no frecuenté hasta que Paco Goyanes plantó su tienda en Zaragoza y bendijo con su Cálamo los caminos de la tierra. La colección “Altair viajes” de la editorial Península publicó notables textos hace pocos años y hoy los encuentras de saldo, como tantos libros de fracaso comercial inexplicable. La británica Freya Stark escribió “Los Valles de los Asesinos. Viaje por el desierto de Persia” (Península, 2001), en donde cuenta sus aventuras en los años treinta del siglo XX a la búsqueda de tumbas y tesoros relacionados con los “hasishin” o asesinos, cuyo primer Gran Maestro se creyó muy original teorizando el asesinato como arma política. Sus relatos son tacitas de té muy cargado en las que humea la intrepidez viajera. El también británico Wilfred Thesiger escribió “Los árabes de las Marismas” (Península, 2001), en el que transmitió los detalles de un mundo que pronto desaparecería: las costumbres de las tribus concentradas en el triángulo que forma el encuentro del Tigris y el Éufrates. Ambos libros, y otros que les señalaría, transportan a unos paisajes y a unas inquietudes de los que hoy no queda ni rastro sobre la tierra que acogió al Paraíso. Cuando de nuevo el viento de Irak sólo lleve arena y polen en su seno seguiremos preguntando por los querubines y sus espadas llameantes. Será hora de leer los libros que están naciendo ahora de esta guerra.

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