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javierdelgado

SÓCRATES PARA ADOLESCENTES. ARTÍCULO PUBLICADO EN HERALDO DE ARAGÓN, SECCIÓN "ARTES & LETRAS" , EL JUEVES 15 DE MARZO DE 2007

 ARTÍCULO PUBLICADO EN HERALDO DE ARAGÓN, SECCIÓN "ARTES & LETRAS" , EL JUEVES 15 DE MARZO DE 2007

SÓCRATES PARA ADOLESCENTES

 Acababa de aprobar quinto del bachiller de Letras. Decidí abrirme una cuenta en la Librería Hesperia. Todos mis libros comprados entre 1968 y 1970 llevan la bonita pegatina de Hesperia, en la que Luis Marquina me acogió como a un hermano menor digno de su confianza. Y así llegué a Sócrates. Me sonaba Platón y el Sócrates de sus diálogos, pero mi primer Sócrates sería el de Jenofonte: sus “Recuerdos de Sócrates”, dedicados a las enseñanzas del sabio que no sabía nada. Pero digo mal: la magnánima acogida de Luis Marquina, vino tras el impulso de aquel otro Sócrates, Don Serafín Agud, catedrático de Griego del instituto Goya. Una obsesión de Agud era la necesidad de ediciones “serias pero baratas” de los clásicos grecolatinos. Su panegírico de las ediciones “de bolsillo” europeas, pensadas como herramientas de trabajo sólo casaba con su desesperado rechazo de las “lujosas” españolas, lejos del alcance del estudiantado. Sobraban tapas duras y faltaban notas a pie de página, sobraban dorados y faltaba filología. ¡Tanto “psi-co-pe-da-go-go prófugo del arado”! ¡Aquel atender “a las necedades, en vez de a las necesidades”! El Libro de Bosillo de Alianza Editorial acababa de nacer y su nº 56 era ese Jenofonte que adquirí enseguida. Socratres, mi primer santo laico: sus preguntas sobre la virtud, los amigos, el trabajo, la ciudad, los deberes cívicos, las dotes de mando, la educación, el arte…Conservo ese libro, subrayado y anotado, como un tesoro. Ayer, al comprar la prensa, saltó desde su estante la edición de los “Recuerdos de Sócrates” de Biblioteca Gredos. ¡Se vende a diez euros! No rechacé sus tapas duras ni sus dorados filetes. Seguro que Agud hubiese aplaudido mi compra. Marquina me la hubiese anotado incluso más contento que cuando apuntaba otras menos clásicas. Seguro que hay adolescentes deseando leerlo. ¡Regálenselo!

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