CRÓNICA DE URGENCIA DEL ACTO DE DENUNCIA HOY POR MALOS TRATOS EN OBRAS EN RIBERA DEL CANAL TRAMO PASEO DE LOS REYES DE ARAGÓN
Ya no están ni estrán ahí esas máquinas. Algo es algo.
CRÓNICA DE CINCO HORAS JUNTO AL CANAL IMPERIAL DE ARAGÓN.
Zaragoza, de las 13 a las 18'30 del martes 26 de junio de 2007.
Este mediodía, a las 13 h. me he presentado en donde actualmente se desarrollan obras de "Restauración de riberas del Canal Imperial de Aragón". Poco después ha llegado Emilie kuczynska, de ANSAR y Oscar Conde, profesor del equipo que redactó el Catálogo de árboles singulares y monumentales de Zaragoza.
Mientras les esperaba he tenido una conversación con el encaargado de la maquinaria: primero negaba todo y luego (sobre todo cuando le he asegurado que teníamos fotos y ya estaban difundidas, como la tremenda de las máquinas metidas bajo la morera) ha ido concediendo posibilidades. En cualquier caso, no era quien podía dar cabal cuenta de aquellas obras. Ha estado un poco violento conmigo pero no ha llegado la sangre al río ni al Canal. Entre otras cosas porque se hacía la hora de comer para su cuadrilla y eso son palabras mayores (con razón) para cualquier trabajador de la construcción.
Mientras llegaba Emilie han llegado también un periodista y un fotógrafo de Heraldo de Aragón. Pronto les he hemos podido explicar lo que estaba sucediendo allí. También han llamado desde Aragón Televisión para asegurar que, aunque no a esa hora, sí podrían acudir a las 17 h. para hacernos entrevista y tomar imágenes del desaguisado. Ambos medios han sido rápidos en atender nuestra llamada. No sé si ha habido otras llamadas por nuestra parte a otros medios de comunicación.
Habíamos conseguido localizar al ingeniero del Ayuntamiento (Área de Infraestructuras) Carlos Lafuente, que muy amablemente nos ha explicado que él sólo era uno de los redactores (quizá el principal) del Proyecto de esa obra y que la responsabilidad concreta correspondía a la Confederación Hidrográfica del Ebro. Nos ha indicado cómo localizar al ingeniero de la CHE Julián Brihuega, con cuya secretaria hemos hablado al estar él en trabajos de la Expo. Dicha secretaria, también muy amable, nos ha aconsejado entregar la denuncia por escrito en la CHE pasando por Registro, al mismo tiempo que lo hiciéramos en el Ayuntamiento pasando por su correspondiente Registro. Consejo que le hemos agradecido. Como además de amable ha sido eficaz, nos ha pedido nº teléfono para localizarnos.
Pensando que ya no veríamos a Julián Brihuega hasta el día siguiente, hemos llamado ya al 092 para poner la correspondiente denuncia de la empresa que está realizando actualmente las obras en ese sector.
No mucho después, nos ha llamado la secretaria de Julian Brihuega para ponernos directamente con él. Éste, al conocer el motivo de nuestra presencia en las obras, se ha brindado a acudir inmediatamente (eran las 14h: ha asegurado llegar a las 14,30 h, y así ha sido).
Entre tanto habíamos paseado con los periodistas de Heraldo por todo aquel lugar, viendo destrozos, malos tratos, malas prácticas generalizadas en el trato con el arbolado del lugar. De todo ello han tomado buena nota y han tomado fotografías durante un buen rato.
A las 14,30h, pues, ha llegado puntualísimo Julián Brihuega, quien además nos ha presentado a la jefa de obra, Charo Pintado y a alguno de sus colaboradores. Hemos agradecido mucho, sinceramente, y así lo hemos expresado, su presencia allí con nosotros y les hemos expuesto el motivo de nuestra preocupación. Por su parte han explicado el sentido de las realizaciones en la zona de obras, han aceptado la crítica por el maltrato a la morera y han prometido atender los asuntos concretos que les indicáramos. Para lo que han propuesto dar un paseo juntos y comentar lo que viéramos.
Resumiendo el resultado del paseo que hemos dado con estas personas ha sido el acuerdo en los aspectos fundamentales del necesario cuidado al arbolado mientras se acomenten las obras, la inmediata retirada de elementos dañinos que les habíamos ido señalando y la protección, mediante cerca metálica, de la morera dañada por la maquinaria.
En cuanto a la tala de árboles, Julián Brihuega nos ha asegurado que tenían permiso concreto y señalamiento exacto de qué ejemplares podían talarse y qué ejemplares no podían por parte de la “Agenda 21” del Ayuntamiento de Zaragoza. Si bien han reconocido que en el Proyecto de Obras ( en ése y en otros que conocían) no se contempla un apartado sobre qué trato ha de darse al arbolado ya existente en la zona objeto de esas obras, lo cual es tremendamente negativo tal y como se lo hemos argumentado y como han coincidido en valorar. Ahí hay un “vacío” preocupante en la redacción de esos proyectos de obras.
No nos ha quedado claro si el Área de Arboricultura del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento había tenido noticia de la realización de esa obra y había podido dar su preceptiva (por ley) opinión sobre qué hubiera que hacer con el arbolado presente y qué nuevas plantaciones de qué especies y en qué condiciones de plantación deberían hacerse allí. Más bien parece que no ha habido tal (insisto: preceptiva) intervención. Se diría (pero no estoy seguro de haberlo entendido bien) que con la intervención de esa “Agenda 21” del Ayuntamiento ya era suficiente, lo cual no estoy seguro de que sea realmente condición necesaria y suficiente para la correcta realización de esas u otras obras en la ciudad.
La policía local, por su parte, pese a nuestra insistencia en llamadas al 092, no ha acudido al lugar, excusándose más tarde en la circunstancia de que estaban “en el cambio de turno”. Pero tampoco a nuestra última llamada, tras ese cambio de turno, han respondido con su presencia. A la jefa de obra y al ingeniero de la CHE les habíamos mostrado el texto de nuestra denuncia, porque en ningún caso tratábamos de “apuñalar por la espalda” sino de ejercer un derecho a las claras y a la luz del día (realmente a la luz de pleno sol de junio). Por su parte estas personas, con toda elegancia, han aceptado nuestro derecho a ejercer dicha acción de denuncia y no han intentado en absoluto disuadirnos.
Nos hemos despedido con la impresión de que por ambas partes había habido entendimiento aunque no acuerdo en todos los detalles del asunto. Es evidente que la problemática concreta de la ejecución de obras en ámbitos urbanos arbolados está sujeta a muchas casuísticas difícil de valorar y que requieren decisiones en el momento preciso y por las personas precisas. Todo y con ello, nosotros (los demandantes) pensamos que hay problemas de fondo en todo lo concerniente a las obras en Zaragoza, problemas que explican que aquí y allá se maltraten árboles y se actúe indebidamente (en relación con las propias Ordenanzas sobre zonas verdes de la Ciudad de Zaragoza hoy vigentes), con nefastos resultados bien visibles.
Pero esos problemas de fondo no los podíamos resolver allí mismo ni acaso éramos las personas indicadas, ni nosotros ni ellos, para hacerlo. Pensamos que debería establecerse mecanismos de coordinación, vigilancia y control respecto a dichas obras, mecanismos bien engrasados y que contemplaran todas las partes implicadas, incluidas la partes no integradas en el organigrama del Ayuntamiento (o de la CHE, etc.) pero sí en la atención y defensa del arbolado urbano de la ciudad, como son la propia ANSAR, INCIPAR u otras similares.
Nos hemos quedado a la vera de la morera hasta que ante nuestros ojos pecadores hemos visto establecer el vallado defensivo del que antes he hablado. Habíamos decidido no separarnos del árbol hasta que no hubiera una acción de ese tipo por parte de la dirección de la obra. La jefa de obra ha sido perfectamente comprensiva con nuestra preocupación y expeditiva en sus órdenes a la cuadrilla.
Emilie y yo nos hemos quedado después a comer en Casablanca por esperar a la policía (que si ha llegado habrá sido ya cuando pasaban más de una hora y media de la primera llamada y más de media hora de la última) para atender a las 17 h. a la periodista y la cámara de Aragón Televisión. A esa hora se nos ha vuelto a unir Oscar Conde y a los tres nos han entrevistado bajo la copa de la maravillosa y centenaria morera herida. Luego hemos repetido el paseo de la mañana con ellas, tomando imágenes de interés documental. Gracias a ese último paseo hemos podido observar esos cambios a mejor en las condiciones en que estaban algunos árboles y las tareas de mejoramiento en las condiciones en que estaban los árboles de la otra orilla (la derecha) del Canal.
Pese a todo, los daños irreparables son irreparables. Y pese a todo, las consecuencias de las tareas que nos han explicado se realizarán allí dan clara noción de los graves riesgos que muchos de esos árboles correrán en los próximos días: zanjas junto a raíces, etc.
Para terminar.
1. Agradezco personalmente a las personas mencionadas, responsables de una u otra manera de las obras en realización en ese tramo del Canal Imperial, su rápida presencia y su actitud elegante, dialogante y además consecuente con sus propias palabras. Las tareas que han realizado inmediatamente lo atestiguan.
Julián Brihuega y Charo Pintado podrán, como todo el mundo cometer errores o no impedir que se cometan, etc., pero nos han tratado en todo momento como uno desea que le traten en circunstancias semejantes. Esto me importa muy especialmente recalcarlo, porque no es muy frecuente. Gracias.
2.- Agradezco a l@s periodistas que han acudido a nuestra llamada su verdaderamente atenta atención a todo lo que les hemos expuesto.
3.- Por lo que a mí personalmente respecta, agradezco a Emilie Kuczynsca y a Oscar Conde su activa compañía en este acto de protesta y denuncia.
4.- Me queda, como a todo el mundo, la penosa impresión de que la defensa del patrimonio arbóreo y en general natural de nuestra ciudad tiene todavía por delante infinidad de objetivos que uno quisiera no tener ya que contemplar, la penosa impresión de que los árboles “molestan” cuando se hacen obras. Deberían cumplirse las leyes, deberían organizarse mejor las cosas, debería vigilarse atentamente (también por el vecindario cercano a las obras), debería…
5.- Estoy seguro (pese a mis desfallecimientos de ánimo) que poco a poco conseguiremos entre tod@s que se establezcan realmente buenas prácticas en el tratamiento del arbolado urbano en Zaragoza. Para eso me parece decisivo, por una parte, que la ciudadanía se informe, se organice y se movilice al respecto; y por otra parte, que llegue un momento en el que las personas al frente de las instituciones políticas locales y de las empresas públicas o privadas tengan que asumir que les conviene más atender positivamente a estas cuestiones medioambientales (que en el fondo lo son de concepción urbanística y cívica) que no atenderlas.
Pero no vamos a esperar cruzados de brazos a que les llegue una inspiración. Vamos a seguir dando la lata cada vez que veamos que algo no nos parece bien hecho. A esa tarea cívica es a la que invitamos a que se sumen más y más personas de toda edad y condición. La palanca de los cambios está en manos de la ciudadanía. Y en democracia pueden y deben realizarse muchas formas concretas de intervención.
2 comentarios
javier delgado echeverria -
Mesturero -
Un abrazo