RECUERDOS DE "AJOBLANCO"
Artículo publicado en "Artes & Letras" de Heraldo de Aragón el jueves 4 de octubre de 2007
RECUERDOS DE AJOBLANCO
La transición, que ya es La Transición (como un título de oscura pintura religiosa barroca) está recibiendo nuevos estudios y testimonios, lo cual es de agradecer, después de las interesadas versiones psocial-realistas de primera hora. Aquella experiencia inolvidable para una tan amplia ciudadanía tuvo tantas facetas y afectó a tantos aspectos de la vida cotidiana española (desde los financieros hasta los afectivos) que, como todas las épocas convulsas y fundacionales, dará que hablar por los siglos de los siglos y seguramente tenderemos que esperar aún bastantes años a que surjan obras (científicas y artísticas) a su altura. Mientras tanto, lo que importa es que se sumen voces (a poder ser, sinceras) que iluminen tal o cual detalle del cuadro. Los recuerdos del que fuera principal promotor de la revista “Ajoblanco”, José Ribas, recogidos en su intenso libro “Los 70 a destajo: Ajoblanco y libertad” (RBA, 2007) aportan, precisamente, una visión distinta desde una posición política y vital alejada de los centros de decisión del momento pero conectada con los anhelos de cientos de miles de jóvenes ilusionados en la búsqueda de nuevas formas colectivas de vivir en libertad. Jóvenes lectores de infinidad de fancines y revistas “contraculturales” entre las que destacó “Ajoblanco”. En el libro de José Ribas reviven los anhelos de cientos de figuras relevantes del momento, embarcadas por todo el país en aventuras libertarias, comunales, rupturistas, radicales. Aventuras y desventuras de una parte importante de toda una generación, de esa parte que ya entonces desconfiaba del poder en cualquiera de sus manifestaciones y que prefería establecer nuevos lazos sociales convencidos de que el mundo es un mundo en el que, como cantaba Sisa, “Qualsevol nit pot sortir el sol”. Ese sol que, desgraciadamente, nadie ha visto aún salir.
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