DIOSES Y HOMBRES: TEXTOS DE MITOLOGÍA MESOPOTÁMICA
Artículo publicado en "Artes & Letras" de Heraldo de Aragón del jueves 25 de octubre de 2007
DIOSES Y HOMBRES
“Cuando los dioses hacían de hombres / tenían que trabajar y estaban atareados: / su tarea era considerable, / su trabajo pesado, su labor infinita”. Con estos fantásticos versos comienza uno de los grandes génesis babilonios, el “Poema de Atrahasis o del Muy Sabio”, copiado en acadio hace unos treinta siglos. Se trata del Génesis más antiguo que se conoce. Merece la pena recordar aquí que, según ese texto, los dioses protestaron por su cansancio ante su jefe, el dios Enlil, que decidió crear a los hombres para librarlos de su pesada tarea. Creado el hombre acabó la protesta pero comenzaron nuevos problemas: “No habían pasado mil doscientos años / y el territorio se había ampliado / y la población multiplicado. / El país, como un toro, alzaba tanto la voz / que el ruido molestó al dios soberano”. Irritado por tamaño alboroto, Enlil, enviará a los hombres epidemias, sequías y hambrunas y, por fin, el Diluvio, del que sólo se librará el Muy Sabio, su familia y toda suerte de animales y cosas, en un barco construido a tal fin, adelantándose (con asombroso detalle) a lo que aún tardaría un millar de años en escribirse en hebreo que hizo el Noé de la Biblia. Este Génesis no es sino una décima parte de lo que se publica en el libro titulado “Cuando los dioses hacían de hombres. Mitología mesopotámica”, editado por Jean Bottéro y Samuel Noah Kramer (Akal, 2004), en el que pueden leerse también muchos otros textos mitológicos. En ellos, el lector de hoy no sólo se encuentra con la más antigua literatura escrita del mundo, lo cual ya es un motivo para el estremecimiento, sino que también puede maravillarse ante versos como: “En ti, ahora, anidan las aves de la desgracia” o: “Y por la noche, a escondidas, / condensó el rocío” y otros de semejante calidad. Cualquiera de nosotros seríamos felices de haberlos escrito ahora mismo.
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