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javierdelgado

ADIOSES, 5: FINAL DE PARTIDA

Final de partida

A un taiwanés que juega conmigo al Xiangqi en Internet

 

Has movido uno de tus Elefantes al centro y después tus dos Caballos, el segundo a la casilla de Palacio, y eso me ha sorprendido. Mi apertura era de lo más corriente: Cañón al centro (C2=5), Caballo derecho adelante (H2+3) y Torre derecha un paso a la izquierda (R1=2). ¿A qué viene, por tanto, esa tan infrecuente respuesta tuya (E7+5, H2+3, H8+6)? ¿Me quieres asustar? ¡Estamos jugando sencillamente para divertirnos! Al menos, eso hago yo. De ti sólo conozco tu alias: XYZ,  y tu nacionalidad, y no sé qué pretendes. En la Red todos somos más o menos opacos, pero tú has querido exhibir tu nacionalidad como un estandarte: ¡taiwanés! ¿Con eso por delante ganas más partidas? Yo pinché un estado lejano a mi país: no me gusta dar pistas. Tu alias son las letras de un jeroglífico con que sólo tú sabes lo que quieres decir. El mío no lo comprendo ni yo: no hay en él, en realidad, nada que comprender, salvo que no quiere decir exactamente nada. Creo que así se mueve uno mejor por Internet, pero evidentemente a ti te parece que poniendo Taiwán en la casilla correspondiente tu contrincante interpretará tus movimientos con otra actitud que si pusieras, por ejemplo, Alemania o Turquía. ¿No es así? Pues mira, estoy pensando que ni siquiera es cierto que seas taiwanés, lo pones para intimidar pero puede que no sepas ni el abecé del Xiangqi. Llevo años estudiando este juego, he comprado tableros y piezas de muchos tamaños, también uno imantado, incluso intenté conseguir un tablero electrónico de Nova pero ya no los hacen y nadie los vende, al menos no he visto anuncios en la Red. He comprado libros y los libros también son en inglés. Pero mira: te escribo en castellano y así te hago un favor. O lo pones a que lo traduzca el Google o te quedas como estás. Tú, que ahora estás jugando de farol, no conoces la Teoría de Aperturas del Xiangqi,  tengo el mejor programa de Xiangqui en mi PC, el XieXieMaster 2.5.01,  tengo varios programas, pero también tengo ése, que es el mejor de todos. No sé por qué ni desde cuándo lleva tu nombre anunciado en las  listas de este Club, mi nombre lleva bastantes años, pago por años, soy cliente de pago de este Club, seguramente tú has entrado para ver qué pasa y has puesto Taiwanés porque taiwanés porque te suena a que saben jugar bien, pero seguro que te suena a chino todo esto del Xiangqi. He mirado en mis libros y claro que se puede responder como tú has hecho a mis tres primeras jugadas, pero no es lo habitual, ni desde luego lo aconsejable. Me ha costado encontrar una secuencia inicial de respuestas como la que has jugado, ¡maldito invisible! Si creyera que eres taiwanés tendría de qué preocuparme, pero no lo creo, ya ves. Tú lo que eres es un pardillo y has movido lo primero que se te ha ocurrido. Lo raro, lo rarísimo es que hayas elegido un Elefante para comenzar a mover. ¿Sabes lo que es un Elefante en el Xinagqi?, ¿sabes para qué sirve? Si lo sabes, tus jugadas puede que sean jugadas maestras. Pero creo que no sabes nada de este juego, que has movido al buen tuntún, que no eres taiwanés, que no merece la pena preocuparse por tus movimientos, desde luego no por ahora y que a lo mejor no sigo jugando contigo porque me aburre mucho hacerlo con un ignorante que se hacen pasar por taiwanés. Si fueras taiwanés y supieras de veras jugar al Xinagqi tus movimientos de apertura tendrían el sello de la antigua sabiduría de millones de jugadores chinos a través de los siglos, y yo tendría motivos para preocuparme, pero hace ya dos días que miro a ratos sueltos este tablero en mi panel de Game Status la partida contra XYZ, contra ése que tú seas, y no sé qué hacer. Y esta noche antes de las doce, o sea, las veinticuatro de aquí (no sé qué hora será entonces en tu pueblo), tengo que hacer el movimiento siguiente y no sé bien cuál es. Después de tu apertura (porque responder con esos movimientos a tres míos primeros ha sido establecer por tu cuenta tu propia apertura: eso, hay que reconocerlo, es extraordinario), qué debo hacer. Sé que si muevo mi Caballo izquierdo moverás tu Torre izquierda tras el Cañón, reforzando así la defensa que ya le has dado con el movimiento de tu Caballo izquierdo. ¿Pero para qué tanto? Y, sobre todo, ¿para qué haber movido hacia delante primero tu Caballo derecho? ¿Ya tenías en mente los tres movimientos: Elefante al centro, Caballo derecho al frente y Caballo izquierdo al lateral de Palacio, hiciera lo que hiciera yo? ¿Todo para, si adelanto mi Caballo izquierdo (un movimiento de los que llaman “natural”), responderme con esa Torre izquierda reforzando un Cañón que suele moverse en el primer movimiento y que en cualquier caso ya tenías defendido? ¡Ah, no, no! ¡Tiene que haber truco! Cuatro movimientos como ésos no se tiran a la papelera. En el Historama del  XieXieMaster nos da por igualados tras ese movimiento de mi Caballo y tu Torre. No tiene sentido una extravagancia sólo para igualarme, ¿o sí? Por supuesto, si te como el Cañón me comes la Torre y el Historama dice que vas ganando y sin Historama ni hostias yo ya lo sabría, y más que sé porque me lo he estudiado. Si de verdad eres chino, aunque seas chino de Taiwán, llamarás Artillero al Cañón; y a la Torre, Roca; y yo debería llamar Alfil a lo que de todas formas decidí que llamaría Elefante como hacéis o hacen los chinos de verdad; Cañón me gustó más que Artillero y se me hace imposible acordarme de Roca cuando pienso en la Torre, porque además no es más que una Torre como en nuestro Ajedrez, ¿o hay algo que las diferencie?  ¡A ver! Si de verdad eres chino taiwanés te hartarás de reírte del juego que hacemos los occidentales. Pues muy bien: hártate. Yo, mientras tanto, me voy enterando de vuestras artimañas y sabidurías, a ver quién ríe el último, ¡a ver quién! Tengo unas pocas horas y en el Programa voy haciendo jugadas hasta que me aburro. Pero antes de aburrirme ya he visto la película unas cuantas veces: avanzo, avanzas, te como, avanzas más aún; si sigo comiendo te haces con mi terreno, a este lado del río. Tanto habré comido para entonces que me tendrás a tu entera disposición. Por eso no iré a degüello. No al principio de una partida. Es de manual. He visto variantes en las que tus filas quedan también muy diezmadas pero conservas ventaja. Y hace poco el Programa me ha dado una secuencia interesante gracias a la que nos quedamos ambos en pelotas pero con posibilidades de ganar. Los dos. No he querido mirar el final. ¿Para qué jugamos si ya sabemos lo que ocurrirá? Lo que pasa es que si eres bueno tendrás un Programa como el mío, incluso mejor, y habrás planeado más de media partida, como yo. En ese caso, los dos sabemos lo que haremos durante veinticinco movimientos, una barbaridad. ¿Has mirado tú los movimientos del final? Ya te digo, en serio, te lo juro, que yo no lo he  mirado. Lo que importa es jugar, etc. ¿No estás de acuerdo? Pero si has mirado y lo conoces de antemano, entonces es que tus tres primeros movimientos están calculados para ese final. ¿O es que vas a hacer algún movimiento que no lo aconseje el Programa? ¡Pues estás muerto! ¡Salte del Programa y te fundo! ¿O es que piensas que yo seré quien se salte los consejos del Programa? ¿Y hacia qué movimiento piensas que lo haré? ¿Has calculado las variantes menos convincentes de cada respuesta  mía? ¡Entonces ya sabes el movimiento siguiente que tengo que hacer! ¿Por qué no me lo dices, eh, por qué no te atreves a decírmelo ahora, por qué? Porque no tienes huevos, ni huevos chinos ni huevos taiwaneses ni huevos de ninguna clase. ¡Pues yo sí! Esta ventanita dice que se acaba lo que se daba, que me quedan unos cuantos miserables caracteres para terminar. ¡Atento, equisyzeta! Porque voy darte una gran paliza. ¡Prepárate!

O, mejor, no. Mejor ya no sigo jugando contigo.

 Porque no me interesa.

Tal como has empezado, el resto que hagas será un feo desastre.

Contigo no aprenderé nada.

Y tampoco me gusta ganar por ganar.

¡De qué vas a ser tú taiwanés!

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