Blogia
javierdelgado

PUEBLO EN LÍNEA, BEIJIN: "EL PROBLEMA DEL TÍBET NO ES UN PROBLEMA RELIGIOSO".

El “problema del Tíbet” no es un problema religioso

http://spanish.peopledaily.com.cn/31619/6401023.html

La camarilla de Dalai, portando la bandera del supuesto “problema religioso” y difundiendo las mentiras como “los tibetanos no tienen libertad de creencias religiosas”, exhorta a la comunidad internacional a prestar atención al “problema del Tíbet”.

No obstante, precisamente como señala Thiry N. Ram, redactor en jefe de “The Hindu”: “Muchas acusaciones de la camarilla de Dalai contra China son contradictorias con los hechos.”

¿El desarrollo religioso en el Tíbet no se adapta a las necesidades reales? En la actualidad, hay más de 1.700 monasterios y templos de budismo tibetano, con más de 46.000 monjes de uno u otro sexo, cuatro mezquitas y una iglesia católica, de manera que toda clase de actividades religiosas y la vida marchan con toda normalidad. Calculando de acuerdo con la población, cada 1.600 personas en el Tíbet cuentan con un lugar de actividad religiosa; entre tanto, en la región de Inglaterra, cada 3.125 personas cuentan con una iglesia. En los últimos años, un grupo de monjes obtiene cada año el título académico más alto del budismo tibetano—Gexilarangba y en todos los monasterios y templos se puede ver debates con características propias. La reencarnación de Gran Buda Viviente, los ritos religiosos y la restauración de los títulos académicos muestran plenamente que son normales las actividades religiosas en el Tíbet.

¿No es libre la vida religiosa de los civiles comunes en Tíbet? En el Tíbet se ve por todas partes banderines con sutras, montículos de piedras maní, continuas corrientes de devotos comunes y de peregrinos, lo que constituye un grandioso panorama religioso y cultural. La mayoría de los creyentes tienen en sus casas salas dedicadas a culto budista y en donde se rinde homenaje a retrato de Buda. Las diversas actividades religiosas de los creyentes muestran su rica vida religiosa. Los peregrinos que acuden a Lhasa superan cada año el número de un millón; las actividades religiosas en el Festival Shoton que se celebra una vez al año y otras similares se realizan normalmente y son respetadas por los diversos círculos sociales.

¿No ha sido desarrollada y protegida la cultura religiosa en el Tíbet? En los últimos 20 años, el Gobierno ha hecho una inversión total de 700 millones de yuanes (cerca de cien millones de dólares) en el mantenimiento de monasterios, reliquias culturales y otros lugares religiosos; muchas sutras clásicas del budismo tibetano han sido salvadas y tratadas de manera científica. Las tres grandes construcciones, a saber, el Palacio de Potala, Norbu Lingka y el Templo Sakia, fueron adecuadamente reparadas y protegidas; se usaron 16 años para poner en orden y editar la Tripitaka Tibetana; se editaron por xilografía algunas biografías y obras budistas con financiamiento del Gobierno. Se conservan el Año Nuevo del Calendario Tibetano, el Festival Saga Dawa, el Festival Onkor y el Festival Shoton así como las actividades religiosas de muchos monasterios y templos heredados y conservados; al mismo tiempo, se absorbieron muchas nuevas actividades festivas de toda China e incluso de nivel mundial. La cultura del budismo tibetano que predomina en la cultura religiosa en el Tíbet, la cultura de creencias primitivas y la cultura de la Religión Bon ofrecen un brillo multicolor.

El respeto del Gobierno a la libertad de creencias religiosas tiene su raíz en la profunda tradición cultural nacional y esta libertad es garantizada por la Constitución y la ley. Hoy día, la libertad de creencias religiosas ya es un derecho básico de los ciudadanos; las actividades religiosas normales, las organizaciones religiosas, los lugares de actividades religiosas, el personal religioso así como los legítimos derechos y beneficios de los ciudadanos creyentes son protegidos por la ley. En los códigos locales como “Los 16 Códigos Legales” del viejo Tíbet se establecía que el budismo tibetano era la única religión que debía ser profesada y que no se podía rendir culto o creencia a ninguna otra religión, lo que muestra la obvia obligatoriedad en las creencias religiosas. De la comparación entre las creencias religiosas de hoy y ayer se puede ver claramente que las religiones en el Tíbet, protegidas por la ley moderna, marchan hacia la civilización y el progreso.

Estos hechos muestran a plenitud que el “problema del Tíbet” no es un supuesto “problema religioso”, el cual no es más que una carta con que juega la camarilla de Dalai para conseguir la simpatía de ciertas personas. La esencia del “problema del Tíbet” es buscar la “independencia del Tíbet” y entregarse a la escisión. ¡¿Cómo podría ser esto encubierto por el “problema religioso”?! (Pueblo en Línea)

0 comentarios