PASEO VICENTE CAZCARRA
Intervención de Javier Anós en el acto de homenaje del pasado 22 de abril en el Centro de Historia (Zaragoza)
PASEO VICENTE CAZCARRA
Artículo publicado en Opinión (p.22) de Heraldo de Aragón el martes 29 de abril de 2008
¿Cómo expresarles todo lo que siento cuando lo silabeo? ¡Decir Paseo Vicente Cazcarra y saber que nombro un paseo de Zaragoza! Aprobado por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento del pasado viernes 25 (25 de abril en Portugal, ¿recuerdan?), Vicente Cazcarra dará nombre a un paseo, precisamente situado donde estuvo la fábrica Giesa, “bastión” del movimiento obrero zaragozano desde la inmediata posguerra. El alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch glosó enfáticamete la figura del que fuera máximo dirigente comunista aragonés en la Transición y miembro destacado de la dirección del PCE.
Para miles de zaragozanos y de aragoneses su nombre evoca los tiempos en los que la ciudadanía pudo, por fin, tomar en sus propias manos su destino tras los largos años de la dictadura y pudo escuchar las diversas voces que opinaban sobre las formas de concretar la recién nacida democracia española. Para muchos miles también evoca los tiempos anteriores, en los que aún era preciso andarse con mucho cuidado si no estabas de acuerdo con esa dictadura y osabas hacerlo saber. Obreros, estudiantes, campesinos, amas de casa, profesores, artistas, escritores, vecinos y vecinas de pueblos y ciudades aragonesas tuvieron en Vicente y en muchos de sus camaradas y compañeros de la izquierda democrática el ejemplo de vida sobre el que edificar sus propias opciones vitales. Un ejemplo de lucidez y de valentía, de pasión y tesón, de rigor y tolerancia, de inteligencia y voluntad, de solidaridad y disciplina, de cordialidad y decencia, que Vicente Cazcarra (como tantos otros, pero de una forma especialmente destacada) fue capaz de poner, a lo largo de su vida, en el servicio a su pueblo.
Desearía dirigirme muy especialmente a las generaciones más jóvenes y transmitirles mi testimonio personal del paso por este mundo de un hombre que contribuyó notablemente a dignificar la convivencia en Zaragoza y en Aragón sobre la base de una firme decisión de lucha a favor de la clase obrera y de la inmensa mayoría de la población. El “Manifiesto por Aragón” que redactó en 1972 hablaba ya de nuestro derecho a la Autonomía, de nuestro rechazo al trasvase del Ebro, de nuestras ilusiones de desarrollo libre y, hoy diríamos así, sostenible. Toda una generación de aragoneses bebió de la fuente que Vicente supo abrir en nuestras conciencias.
Por supuesto, no estaba solo ni era una rara planta de nuestro secano: nació y creció gracias a la labor de quienes le precedieron en las luchas sociales, heredó las mejores tradiciones del movimiento obrero y del pensamiento republicano y trabajó codo con codo con muchas otras personas firmemente comprometidas con nuestra tierra. Precisamente eso es lo que hace que ahora, cuando decimos Paseo Vicente Cazcarra, sintamos en nuestro interior el eco de ese nombre en nuestras propias biografías personales. Y sentimos que al pasear por ese paseo lo haremos por un territorio conquistado a la memoria y a la esperanza por uno de nuestros mejores hermanos.
Javier Delgado Echeverría
Bibliiotecario y escritor
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