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javierdelgado

DON HIPÓLITO Y LOS "SUJETOS PASIVOS". UN MENSAJE FILOFASCISTA O: “POR LA BOCA MUERE EL PEZ”.

DON HIPÓLITO Y LOS SUJETOS PASIVOS: UN MENSAJE FILOFASCISTA. O:  “POR LA BOCA MUERE EL PEZ”.

 

En su prédica dominical de hoy (El periódico de Aragón, p. 6), Don Hipólito Gómez de las Roces, con su habitual templanza, nos recomienda a “la gente de a pie” “tomar conciencia de que apenas pasamos de sujetos pasivos aunque nos llamen ciudadanos; insisto en que somos meros sujetos pacivos de tanto saltimbanqui como gobierna la situación aconsejándonos ‘serenidad’ con gesto de saber a dónde nos llevan, sean políticos, banqueros o más llanamente, especuladores y desilustrados”.

 

Ese es precisamente el mensaje de un burócrata filofascista: en tiempos de crisis, pasividad ciudadana. El colmo es que quien hable de “saltimbanquis” haya dedicado unos cuantos años de su vida (y nos los haya hecho perder a todo Aragón) al negocio del circo político, pues no era otra cosa lo que hacía él cuando daba saltos sin moverse hacia ningún lado en sus cargos públicos, con gran pompa y circunstancia institucional.

 

Que un político profesional en paro se dirija así ahora a la población desde su pequeño púlpito de papel es doblemente enojoso. ¿Desde cuándo sabe Don Hipólito que “apenas pasamos de sujetos pasivos aunque nos llamen ciudadanos”? ¿Lo sabía ya cuando medraba en la Diputación Provincial franquista? ¿Lo sabía cuando montaba el PAR (ahora sabemos que con lo que él considera “sujetos pasivos”)? ¿Lo sabía cuando se presentaba a presidir la DGA? ¿Lo sabía cuando presidía la DGA? ¡Por supuesto que lo sabía! ¡Por eso precisamente actuó siempre de acuerdo con esa convicción política!

 

Que ahora nos venga Don Hipólito sermoneándonos a los ciudadanos para que tomemos conciencia de que apenas pasamos de sujetos pasivos es algo que, a pesar de ser lo esperable de su parte, irrita profundamente a cualquier demócrata, en crisis o no. Pero sobre todo en crisis. Cuando más se hace falta la participación colectiva en la toma de decisiones sobre el futuro de un país, cuando más necesitan los ciudadanos defenderse de las agresiones del gran capital y de los gobiernos ultraliberales, cuando más están en peligro (precisamente por vivirse una crisis económica) las libertades de la ciudadanía.

 

Don Hipólito sabe bien lo que dice: su propuesta surge de toda su experiencia de saltimbanqui político de raíz fascista. Su formación como abogado del Estado en un rágimen perverso (como a tal tuvieron que enfrentarse legalmente en bastantes ocasiones los obreros de Giesa; por ejemplo, en el asunto de la Escuela de Aprendices, que ganó contra él el abogado laboralista Adolfo  Burriel) y su trayectoria “política” durante el franquismo asentaron en él un pensamiento de raíz fascista (realmente no existían ciudadan@s bajo el franquismo), del que nunca se apeó (como puede verse leyendo todo lo suyo).

 

A estas horas todos los Hipólitos del mundo están excretando substancias tóxicas como las que nos regala en “El Periódico de Aragón” nnuestra gloria regional. Ya sabemos qué hicieron con(tra) nosotr@s mientras pudieron tratarnos como “sujetos pasivos”.  Les preocupa mucho que ahora sí actuemos como ciudadanos. Así que ni caso.

1 comentario

cano -

Querido Javier:
Lo del cerebro, que me decías que dijo Marx, también lo dijo Cajal. Decía que podíamos ser escultores de nuestro cerebro. Con voluntad, eso sí. Como dices aquí, algunos se empecinan en mantener su cerebro sin renovar.
Ánimo y besos