¿UNAS LARGAS VACACIONES DE INVIERNO?
Mi estado empeora. Cada día que pasa estoy más agotado y más desesperado. Hay depresiones que agotan, y la mía debe d ser de ésas. Mi psiquiatra me ha recetado una pastilla más.
Confío plenamente en mi psiquiatra, al que debo la vida: estoy literalmente vivo gracias a él. Así que hago lo que me dice y tomo lo que me receta.
Me hubiera gustado largarme durante algún tiempo y desconectar de todo lo que me conecta a esta ciudad, incluido este blog, la prensa, las amistades, etc. , y, por su puesto, la propia física ciudad.
Pero parece que no es aconsejable que ande por esos mundo yo solito, no vaya a ser que se me crucen los cables y tarará.
Como sé que podría ocurrir y he prometido seguir vivo durante algunos años pues me quedo en Zaragoza, en mi casa, con mi mujer y mi hija, que me cuidan muy bien y me aguantan mejor todavía.
Pero en voy a pensarme bien si vivo en Zaragoza como si no viviera en esta ciudad ni tuviera ningún compromiso con nada ni con nadie. Una largas vacaciones de invierno.
¿Saben lo que me cuesta pensar en esa posibilidad? No lo saben. Y aunque intentara explicárselo cada un@ de ustedes entendería una cosa distinta, cercana a sus propias vivencias. Así que no lo intento.
Bueno, lo intento sólo un poco: la dificultad extrema para tomar esa decisión, tan diáfana y concreta, simboliza perfectamente la raíz de mi mal.
Me cuesta muchísimo. Me da un miedo atroz. Creo que unas frases del lacaniano Jacques-Alain Miller expresan muy bien lo que (me) ocurre: "En un caso de angustia constituida el objeto reside en los límites de una fantasía, mientras que sólo accedemos a la angustia constituyente cuando el sujeto 'atraviesa la fantasía' y se enfrenta al vacío, la brecha, llenándola de contenidos fantasmáticos.
"Caminar entre la culpa y el dolor", escribio Freud. Horrible destino el de quedar atrapado en ese interminable ciclo repetitivo.
Pues así estoy ahora mismo, angustiado de pensar que sólo depende de mí darme esas "vacaciones de todo", cerrar la persiana, dejar claro que nadie cuente conmigo para nada durante mucho tiempo...
¿Lo haré?
Sé que escribo estas líneas esta tarde para darme una oportunidad. De primeras, ya lo he dejado escrito. Ya (me) he avisado.
Ahora, después de hacer este esfuerzo que nadie me ha pedido, me voy otra vez a descansar.
Que ustedes lo pasen bien.
0 comentarios