LA PLATA, BUENOS AIRES: RESTITUIR A LOS PASEOS PÚBLICOS SU HISTÓRICA JERARQUÍA...
EDITORIAL
Urge devolverles a los paseos públicos platenses su histórica jerarquía
Nuestra ciudad nació con premisas muy claras en lo que se refiere a promover calidad de vida de quienes serían sus habitantes, mediante el impulso de fundamentos científicos y culturales que previeron -con una anticipación que no deja de asombrar- una concepción higienista, reflejada no sólo en el diagrama de plazas, parques y un importante arbolado público, sino también en el tendido de redes de agua, luz y gas domiciliario, que la destacaron de inmediato como un modelo urbanístico de avanzada.
De allí que, al margen de los beneficios de naturaleza ecológica que se sumaron luego, en las últimas décadas -suficientes de por sí para reclamar por un constante cuidado de los espacios verdes-, resulte singularmente negativo que, en una ciudad identificada para siempre por aquellos rasgos, no se vele por el meticuloso mantenimiento de los paseos, las plazas y el arbolado urbano.
Existe afortunadamente en buena parte de la población esta convicción, reflejada no sólo en las protestas que se suscitan cuando se advierten omisiones sino, además, en la realización de acciones concretas en defensa de los espacios públicos, valorados como propios por la importancia que tienen y el rol que juegan en la vida cotidiana de los platenses.
Ahora, una nota recientemente publicada en este diario, dejó a la vista el estado de abandono que presenta el Paseo del Bosque, con sus baños cerrados o en mal estado, sometidos además a un permanente vandalismo y a una casi completa falta de higiene. Muchos visitantes habituales aludieron en forma elocuente al paupérrimo estado de los baños públicos del Bosque, planteando que, asimismo, permanecen cerrados en horarios diurnos, en los que centenares de personas recorren el lugar.
Se sabe que desde hace demasiado tiempo el Bosque muestra signos elocuentes del abandono en que es dejado: suciedad esparcida aquí y allá, senderos que necesitan reposición de conchilla, esculturas rotas o con sus pedestales cubiertos de grafitis, ramas y hasta árboles caídos hace mucho y que nadie retira. Al mismo tiempo, desde esta columna se ha insistido sobre la necesidad de que se disponga de mayor vigilancia, de modo de impedir las frecuentes agresiones que sufre el paseo.
Siempre -y con justificadas razones- se definió al Bosque como el principal paseo de la Ciudad, elegido no sólo por los habitantes sino por los numerosos turistas que cada fin de semana acuden a él para pasar la jornada. Sin embargo, son notorias las falencias de mantenimiento y el escaso cuidado en algunos rubros fundamentales, que hacen que el estado del predio no se corresponda con sus pergaminos, ésos que lo marcan como el espacio recreativo y pulmón verde de mayor envergadura con que cuentan la capital bonaerense.
Tal como se ha señalado, la descripción actual es más que preocupante. Baños desactivados, iluminación y mobiliario urbano desvencijado o víctima de vandalismo y saqueos, construcciones desaprovechadas y falta de reposición de especies del arbolado, configuran un panorama que exige respuestas inmediatas por parte de la Municipalidad. De lo que se trata es de devolverle al lugar la excelencia que tuvo desde que fue concebido por los fundadores.
De allí que, al margen de los beneficios de naturaleza ecológica que se sumaron luego, en las últimas décadas -suficientes de por sí para reclamar por un constante cuidado de los espacios verdes-, resulte singularmente negativo que, en una ciudad identificada para siempre por aquellos rasgos, no se vele por el meticuloso mantenimiento de los paseos, las plazas y el arbolado urbano.
Existe afortunadamente en buena parte de la población esta convicción, reflejada no sólo en las protestas que se suscitan cuando se advierten omisiones sino, además, en la realización de acciones concretas en defensa de los espacios públicos, valorados como propios por la importancia que tienen y el rol que juegan en la vida cotidiana de los platenses.
Ahora, una nota recientemente publicada en este diario, dejó a la vista el estado de abandono que presenta el Paseo del Bosque, con sus baños cerrados o en mal estado, sometidos además a un permanente vandalismo y a una casi completa falta de higiene. Muchos visitantes habituales aludieron en forma elocuente al paupérrimo estado de los baños públicos del Bosque, planteando que, asimismo, permanecen cerrados en horarios diurnos, en los que centenares de personas recorren el lugar.
Se sabe que desde hace demasiado tiempo el Bosque muestra signos elocuentes del abandono en que es dejado: suciedad esparcida aquí y allá, senderos que necesitan reposición de conchilla, esculturas rotas o con sus pedestales cubiertos de grafitis, ramas y hasta árboles caídos hace mucho y que nadie retira. Al mismo tiempo, desde esta columna se ha insistido sobre la necesidad de que se disponga de mayor vigilancia, de modo de impedir las frecuentes agresiones que sufre el paseo.
Siempre -y con justificadas razones- se definió al Bosque como el principal paseo de la Ciudad, elegido no sólo por los habitantes sino por los numerosos turistas que cada fin de semana acuden a él para pasar la jornada. Sin embargo, son notorias las falencias de mantenimiento y el escaso cuidado en algunos rubros fundamentales, que hacen que el estado del predio no se corresponda con sus pergaminos, ésos que lo marcan como el espacio recreativo y pulmón verde de mayor envergadura con que cuentan la capital bonaerense.
Tal como se ha señalado, la descripción actual es más que preocupante. Baños desactivados, iluminación y mobiliario urbano desvencijado o víctima de vandalismo y saqueos, construcciones desaprovechadas y falta de reposición de especies del arbolado, configuran un panorama que exige respuestas inmediatas por parte de la Municipalidad. De lo que se trata es de devolverle al lugar la excelencia que tuvo desde que fue concebido por los fundadores.
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