MANUEL LONGARES
MANUEL LONGARES
Artículo publicado en "Artes & Letras" de Heraldo de Aragón del jueves 5 de marzo de 2009
A Manuel Longares le dieron el año pasado el Premio de Narrativa Ramón Gómez de la Serna por ‘Nuestra epopeya’, y ese no era el primer premio importante que recibía en su ya dilatada carrera literaria y periodística. Manuel Longares es un escritor de profundas raíces madrileñas y por su Madrid se pasean sus mejores personajes como lo hacen los personajes de Galdós (se señala habitualmente), pero también resuena por sus calles el eco de la verbosidad punzante de Valle Inclán. Lo que tiene de galdosiano la estructura ósea y muscular de las novelas de Longares lo tiene de valleinclanesco el sistema nervioso de la narración. Eso hace que se nos ofrezcan a la lectura como auténticos “novelones” - en ese sentido en el que muchas veces adjetivamos un tipo de narraciones de largo aliento, cantidad de personajes y diversidad de puntos de vista desde los que se observa la acción - pero que en ellas nunca falte la interacción mágica entre el pausado avance de la corriente narrativa y los rápidos remolinos de ciertas escenas para las que se escogen los colores más vivos y llamativos, que convierten la tragedia en tragicomedia por obra de un punto de vista superior. Hay en Longares costumbrismo pero también esperpento: mil ojos para el detalle, oído para percibir el murmullo cotidiano de la existencia y una lengua afilada capaz de fijar en dos trazos la sorpresa intermitente de la voz personal del narrador, cuya identidad es también, y fundamentalmente, una forma de expresión. “Romanticismo” (Alfaguara, 2001; hay varias reediciones), Premio Nacional de la Crítica y finalista del Premio Nacional de Narrativa, sobre la burguesía madrileña de la transición, es, de todas las buenas novelas de Manuel Longares, la que a mi parecer mejor ejemplifica el extraordinario estilo de su autor.
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