"EL MUNDO CHINO" DE JACQUES GERNET. UNA ESTIMULANTE LECTURA EN ESTOS TIEMPOS
"EL MUNDO CHINO" DE JACQUES GERNET Y LA REFLEXIÓN SOBRE LA ACTUALIDAD
En épocas de grandes y rápidas transformaciones, como la que vivimos (épocas de transición y por eso mismo de acumulación e incluso amalgama de muy diversos elementos, cuya sorpresiva coexistencia nos desorienta tanto como nos estimula), el estudio de la historia y la reflexión sobre procesos históricos de largo alcance puede ayudarnos a la comprensión de nuestras vivencias cotidianas en un contexto más amplio.
Para un occidental del siglo XXI el estudio del desarrollo milenario de la civilización china puede resultar un instrumento eficaz contra las perezas intelectuales y las incertidumbres morales, más que nada por el efecto de “distanciamiento” que facilita. La lectura de la maravillosa obra “El mundo chino” del reputado sinólogo Jacques Gernet (Crítica, 2005; 1ª ed. Francesa en Armand Collin, 1972) resulta, a estos efectos, apasionante. No voy a intentar resumir aquí, en dos patadas, sus más de 700 apretadas páginas porque, además de imposible, el intento contradiría precisamente la idea de fondo que pretendo plantear.
Esto es: que acaso ante la vorágine del día a día, más que intentar estar-al –tanto-de-todo (digo más que, no en vez de), acaso nos aprovecharía dedicar ratos de lucidez y serenidad a ese estudio de la historia y a esa reflexión sobre los grandes movimientos económicos, sociales, culturales que se han producido hasta hoy en el planeta. Se trataría de “coger perspectiva”, superar el alud inmediatista y otear olas de fondo activas en la actual coyuntura. Por poner un ejemplo (grosero, pero seguramente ilustrativo), podemos preguntarnos qué representan los sesenta años de gobierno del PC Chino en una historia de 3.000 años.
El esfuerzo que exige la lenta asimilación de datos y conceptos expuestos en obras como la de Gernet puede que nos ayude a reavivar capacidades de análisis acaso un poco embotadas bajo la inercia del aparente "ya conocer" al que estamos (mal) acostumbrados a la hora de analizar nuestra historia, nuestra civilización y nuestra época.
¿Qué representan los últimos cuarenta años de la historia de Occidente? Hay varias formas de enfrentarse a preguntas como ésa. ¿Por qué no estudiando 3.000 años de civilización china? A veces, contrariamente a las advertencias de la autoridad competente, lo más peligroso no es, precisamente, asomarse a la ventanilla.
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