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javierdelgado

PACO MARCÉN PUBLICA "CAMINOS DE PASTORES: 30 AÑOS DE EXPERIENCIA COOPERATIVA"

PACO MARCÉN PUBLICA "CAMINOS DE PASTORES: 30 AÑOS DE EXPERIENCIA COOPERATIVA"

Paco Marcén (Zuera, 1956) acaba de publicar un libro importante: "Caminos de Pastores: 30 años de experiencia cooperativa", en el que narra la la historia de la evolución desde una pequeña cooperativa (Carne Aragón) hasta la gran unión cooperativa Oviaragón, una realidad magnífica en el campo de la iniciativa empresarial aragonesa basada en la sensatez, el apoyo mutuo, en la audacia...y en la tozudez.

 Paco Marcén es un tío con suerte (ya lo sabe él), pero sobre todo un gran aprovechador de corrientes positivas (del pasado y del peresente) y un generoso "hombre link" capaz de unir voces y esfuerzos en pro de una meta común cooperativista que además beneficia a toda la población: hoy el ternasco de Aragón ya no es lo que era, tampoco los métodos de cría, sacrificio, aprovechamiento cárnico, etc. Tampoco son los que eran, entre otras cosas gracias a l@s de Oviaragón, los hábitos de consumo en este país. 

He leído con pasión más y más estimulada este libro tan personal de Paco pero a la vez fabricado de forma que da voz (e imagen) a tantas y tantas personas como aparecen en él: es un libro coral en el que la voz del autor sólo destaca para dar esa nota "La" que facilita la afinación de la orquesta humana que protagoniza esa gran aventura que ha llevado a Oviaragón.

Calquier estudioso del cooperativismo aprenderá muchísimo en este libro. Incluso quienes nada sabemos de esos mundos empresariales podemos aprender mucho en sus páginas sobre procesos participativos y toma de decisiones, relación entre teoría y práctica, diseño de objetivos y medios para alcanzarlos, etc. Y además Paco tiene la somardez de contar una serie de anécdotas sobre sus experiencias por pueblos y carreteras con las que mueve a risa en medio de páginas muy serias. 

Me enorgullece ser amigo de Paco Marcén desde hace cuarenta años: lo conocí cuando era uno de esos jóvenes de las JSU de las que habla en el capítulo más personal del libro (por cierto, notablemente autocrítico). La mayoría de aquellos jóvenes ilusionados y aguerridos que conocí en una clandestinidad que ellos iluminaban con su inteligente alegría han seguido luchando por un mundo mejor y aportando herramientas para el avance social. 

La de Paco es, a mi entender, una contribución muy especial, entre otras cosas porque (salvo los meses que un accidente de coche le tuvo fuera de órbita) no ha dejado ni un minuto de su vida de estudiar, cavilar, preguntar, discutir, compartir y defender opiniones y decisiones (algunas han sido, al parecer, francamente difíciles de tomar). Sobre todo es especial porque conlleva la puesta en marcha de procesos muy complejos de participación, compromiso, trabajo, etc. Quien, como yo, apenas acierta a contribuir en algo desde una actividad casi siempre individual siente una gran admiración hacia personas con una tan fecunda capacidad de actividad en grupo como Paco.

Paco es, evidentemente, un hombre de acción, pero de esa rara especie que tiene la cabeza muy bien amueblada y con una facilidad envidiable para la comunicación social. Es también, a mi entender, un político (en el sentido clásico y limpio del término) con mano izquierda, derecha y al parecer algunas más, como esas deidades indias de muchos brazos, tantos como en esta dura tierra aragonesa hacen falta para templar gaitas, chuflainas y toda suerte de instrumentos que cada politiquill@ del momento enarbola para hacerse oir allí donde les llevan sus muy importantes narcisismos. Preferible que políticos como Paco mantengan su actividad política desde ámbitos como el que ha habitado desde su juventud, los de la cooperación social, esa "sociedad civil" a la que se refería Antonio Gramsci (al que, por cierto, paco cita muy oportunamente en una página del libro). 

No sé si eso le viene de familia, se lo han dado los maizales (y otras hierbas más o menos zufarienses) entre los que le conocí cuando jóvenes, o los corderos, l@s amig@s, qué sé yo. Paco es de ese tipo de personas que disfrutan realmente con lo que hacen, lo cual está muy bien frente a ese manido "sacrificio" del que nos hablan frecuentemente quienes sacrificándose (o no) nos amargan la vida a los demás. 

Le deseo lo mejor a Paco, con sus hijos Miguel y Fran, sus amistades de siempre y todas las que siga haciendo durante muchos años.

Por cierto, cuando a mí se me acabe la cuerda no me importaría nada que Paco Marcén y sus gentes se hagan cargo de mí como se hacen cargo de esos cordericos con los que Oviaragón hace sus milagros. No tengo ninguna prisa, pero mi deseo de convertirme en un ternasco convenientemente alimentario queda ya anunciado. Espero que para entonces Paco haya compartido muchas más aventuras cooperativas (a lo mejor no sólo cárnicas) y se apiade de mí si no estoy a la altura de los controles de calidad que imperan en las empresas en las que participe.

Entre tanto, Paco, escríbenos ese segundo libro. Ya lo estamos esperando. 

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