BICICLETILEAR
BICICLETILEAR
(Artículo publicado en Heraldo de Aragón el 28 de noviembre de 2012)
Que circulen bicicletas entre las dos filas de tilos de las aceras del Paseo de la Independencia no me hace ninguna gracia, como a ninguno de los peatones que amamos esa senda discreta, de gran calidad ambiental, en la que encontramos una sombra vegetal (más sana que la de los porches durante muchos meses del año) y, al florecer los tilos, aspiramos durante semanas el aroma de sus flores, que relaja como pocos elementos urbanos pueden hacerlo.
El caso es que, según los acuerdos entre un gran número de asociaciones ciudadanas integradas en ese amplio órgano de participación municipal que es el “Observatorio de la Bicicleta”, fue aprobado (por supuesto, por Pedalea y Recicleta, que reclaman especial protagonismo en el asunto), el “Plan Director de la Bicicleta en Zaragoza”, en mayo de 2010. Éste recoge en su página 126 que ese carril entre los tilos será considerado un “carril sugerido”.
Y ahí está el matiz que nos permite un cierto optimismo a quienes tememos una invasión de bicicletas precisamente en uno de los tramos peatonales más exquisitos de nuestra ciudad. “Sugerido” quiere decir que no es obligatorio para todo ciclista, sino que se sugiere sólo como segunda opción para aquellos ciclistas que no se atrevan a circular por el lugar natural por donde deben hacerlo: la calzada.
Que por ella circulen autobuses y taxis no debería intimidar a ningún ciclista que se precie: 500 metros, que andando se recorren en 9 minutos, deberían resultar poca cosa para un ciclista urbano. El rango de “sugerencia” implica que por entre los tilos siguen teniendo preferencia los peatones, de modo que ahí habrá de verse hasta qué punto un ciclista medroso es también un ciudadano educado.
1 comentario
Jesús Sola Ferrer -
Enhorabuena