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javierdelgado

POEMAS

¡ELÍ, ELÍ!, 26: aquella mujer me di...

¡ELÍ, ELÍ!, 26: aquella mujer me di...

ELÍ, 26

 

aquella mujer me di

jo que el dios en el

que había creído d

e niño el dios en el 

que me habían hec

ho creer no era má

s que un ídolillo no

el verdadero Dios

y que a ese diosec

illo lo tenía que mat

ar cómo se lo agra

decí cómo se lo ag

radeceré siempre

¡ELÍ, ELÍ!, 26: aquella mujer me di...

ELÍ, 26

 

aquella mujer me di

jo que el dios en el

que había creído d

e niño el dios en el 

que me habían hec

ho creer no era má

s que un ídolillo no

el verdadero Dios

y que a ese diosec

illo lo tenía que mat

ar cómo se lo agra

decí cómo se lo ag

radeceré siempre

AMORES Y RENCORES, 15: Quiero que me devuelvan mi cabeza...

A&R, 15

 

Quiero que me devuelvan mi cabeza,

mi cabeza de siempre, mi cabeza de antes,

mi cabeza con la que pensaba y requetepensaba

y reía y solucionaba acertijos y tal y tal y tal.

Mi cabeza, después de tanta pastilla,

patina que da miedo, resbala, se pierde.

Mi cabeza va en trineo y yo con pies de plomo.

¿Cuándo nos encontraremos?

¡Esta cabeza de ahora no se acuerda de nada!

¡No vale una perra gorda! ¡Ni una perra chica!

¡Es un borrón!

Parece una cabeza de cerilla. Quemada ya.

Inútil. Justico para no caerse.

Voy a poner un anuncio: Cabeza en buen estado.

Se busca. Psiquiatras abstenerse.

TÚNELES, 6: De todos los sueños, los sueños...

T, 6

 

De todos los sueños, los sueños

en los que volvemos a lugares de sueños,

conocidos lugares que soñamos

durante años de sueños: montes,

ríos, playas, mares, pueblos,

vecinos, escaleras, habitaciones

destartaladas, casas dentro de casas,

caminos polvorientos, carreteras

nocturnas, hogueras, cantos, juegos,

familia y extraños, objetos sin formas

definidas, palabras, canciones,

comida, ropa, gestos.

¡ELÍ, ELÍ!, 25: aquel fogonazo de...

¡ELÍ, ELÍ!, 25: aquel fogonazo de...

ELÍ, 25

 

aquel fogonazo de

luz aquel respland

or intenso aquel il

uminarse por com

pleto el mundo ab

rí la boca y lo trag

ué yo mismo era l

a luz

TSC (TRABAJO, SALARIO Y CAPITAL), 19: pretender que el va...

TSC, 19

 

pretender que el va

lor de cambio no se

desarrolle en capita

l o que el trabajo qu

e produce valores d

e cambio no desem

boque en el salaria

do es un deseo tan

piadoso como absu

rdo

 

el valor de cambio

y más aún el sistem

a monetario constitu

yen de hecho el fun

damento de la igual

dad y de la libertad

 

las perturbaciones s

obrevenidas en la e

volución moderna n

o son más que tras

tornos inherentes a

ese sistema

 

dicho de otro modo

la relación de la igu

aldad y de la liberta

d  provoca desigual

dad y despotismo

 

pretender que el va

lor de cambio no se

desarrolle en capita

l o(…)

 

 

(Marx en sus Grun

drisse no se dedica

a decir lo que le gus

taría que sucediese

sino lo que cree que

ha sucedido y que s

ucede en la realidad

 

por eso a los filisteos 

les llaman tanto la at

ención sus frases lap

idarias o no

 

éstas son de la págin

a 136 del volumen 1)

¡ELÍ, ELÍ!, 24: si el alma tiene clíto...

¡ELÍ, ELÍ!, 24: si el alma tiene clíto...

ELI, 24

 

si el alma tiene clíto

ris y si yo puedo sa

ver qué cosa es el

placer del clítoris e

ntonces supe lo qu

e fuera recibir plac

er de Dios en el clí

toris de mi alma ya

sé que resulta un t

anto extravagante

contarlo así pero e

s que así exactam

ente fue lo que se

ntí si me es posible

saber qué siente un

clítoris propio al rec

ibir placer aquel de

do de Dios aquel d

edo de Dios aquel

dedo de Dios me p

areció tan real com

o el clítoris de mi al

ma si es posible te

ner un clítoris en el

alma y saber cómo

resulta recibir en él

placer yo lo supe a

quella mañana lo s

upe y lo sé qué otr

a cosa os puedo d

ecir si dijera otra c

osa no estaría dic

iendo lo que suced

ió allí lo que me su

cedió allí en la cap

illa de un convento

católico en el que

pasé cinco días se

guidos de octubre

de mil novecien

tos noventa y dos

no soy católico a

postólico romano

precisamente per

o a ese convento

le debo haber se

ntido aquel placer

por el que supe q

ue Dios exitía y te

nía un dedo con e

l que podía darme

placer

TSC, 18: desesperarse una tarde de sá...

 TSC, 18

 

desesperarse una tarde de sá

bado en el inmenso silencio d

e las pantallas de los ordenad

ores desesperarse a la espera

de una señal de un movimient

o de un grito de un gesto dese

sperarse una tarde de sábado

buscando la noticia la gran no

ticia de los desheredados la n

oticia esperada la esperanza h

echa noticia desesperarse una

tarde de sábado como si fuera

viernes o domingo desesperar

se como si la esperanza fuera

ya un lujo de señoritos

TÚNELES, 5: vuelvo a mis diecisiete a...

TÚNELES, 5

 

vuelvo a mis diecisiete a

ños a mis lecturas a mis

dibujos a mis largos pas

eos recupero el sabor d

el chocolate hecho y las

ensaimadas veo la luz a

marillenta de La Maravil

la las caras de las viejas

manchadas y felices las

manos de los niños man

chados y felices vuelvo a

las madrugadas sin dorm

ir a los libros abiertos a lo

s cuadernos a los peque

ños carteles que hacía c

on las más luminosas fra

ses de Lenin vuelvo a las

escaleras y a las biciclet

as vuelvo a los ojos cerr

ados y a la música para

órgano de Bach y a mi n

ovia de entonces y a reir

y a reir vuelvo a Marx y a

Engels y a la confianza e

n la Historia y en nosotro

s que la hacíamos avanz

ar a la Idea y al gran Pro

letariado unido capaz de

poner patas arriba el mu

ndo y vuelvo a Nietzsche

y leo a Schopenhauer qu

e aquellos días no leí de

bí leerlo su forma de ver

la vida el ser humano el

arte y todo lo demás de

bí oponer al optimismo

histórico de aquellos un

pesimismo que me com

pensase una duda con l

a que hacer palanca y m

over la cabeza no sólo p

ara un lado sino también

para el otro vuelvo a las

tardes de lluvia y al frío

intensísimo y a la risa y

al verbo fluido a los am

igos de entonces y des

earía volver al punto en

que lo dejé todo para la

nzarme al mundo a por

todas y hacerlo de nuev

o hacerlo otra vez ahora

mismo hacerlo lanzarme

pero con Schopenhauer

también y con Nietzsche

y con tantos otros que e

ntonces no leí con tanto

s otros a los que entonc

es no escuche con tanto

s otros a los que entonc

es no ví no los ví no sé

dónde estaban seguram

ente tampoco leían ni a

Marx ni a Lenin ni a Niet

zsche ni a Schopenhaue

r ni a nadie más pero co

n ellos hubiéramos sido

más más risas más form

as de ver el mundo la vi

da vuelvo a esos años y

a mis lecturas mis novia

smi bicibleta mis largos

paseos mi violín quién p

udiera volver a coger el

arco del violín y transfor

mar el mundo vuelvo y

vuelvo y me gusta pese

a todo volver pese a tod

o lo que me perdí

¡ELÍ, ELÍ!, 23

¡ELÍ, ELÍ!, 23

ELÍ, 23

 

aquello que me es

taba sucediento a

quello que sucedí

a en mí era lo que

siempre había pe

nsado que era im

posible que me s

ucediera o suced

iese

y estaba sucedién

dome

y estaba sucedién

dome

TSC, 17: perdim...

hacemos un al

to en la lectura

de Marx para

dar paso a un

a frase que h

ará sin duda

famoso a qui

en la acuñó

(cuñóóóóóó)

 

véase:

 

 

perdim

os un m

illón de

empleos

el reto e

s recupe

rarlos

 

no es un

chiste mí

o sino de

l señor p

residente

del gobie

rno espa

ñol

 

volvemos

al reperto

rio nacion

al popular:

la crisis e

conómica

no nos m

overá

 

(al estrib

Illo):

 

igual que

un pino j

unto a la

ribeera

no nos m

overá

 

AMORES Y RENCORES, 14: ¿Qué necesidad hay de tener una idea general...

A&R, 14

 

¿Qué necesidad hay de tener una idea general

del  mundo y de los destinos de los caminos

que surcan su abrupta superficie?

Me lo pregunto a menudo.

Pues yo tengo esa necesidad, la vivo

con urgencia insaciable, me hundo en su

búsqueda, me abismo, me horrorizo.

Bendigo esa necesidad y la maldigo

a partes iguales.

 

A menudo sueño galopadas salvajes

monte a través, al margen del camino,

los caminos, y siento en la sangre

la ebullición de aventuras infinitas,

sin límite ni delimitación. Pero vuelvo

a encontrarme buscando ese camino

que resuelva las dudas sobre mis acciones,

el camino que ciña las curvas del mundo

y muestre sus límites precisos,

pues me ahoga tanta incertidumbre.

 

A partes iguales bendigo y maldigo

esa necesidad. No es posible avanzar

sin puntos de referencia, ¿pero son

esos puntos algo más que un motivo,

una excusa para nuestra marcha incesante?

A menudo me lo pregunto mientras

sueño una libertad total, un deseo

sin culpa ni remordimientos.

 

En mi sueño galopo, y no soy

quien tiene las riendas en la mano

sino el caballo, el caballo magnífico

enloquecido, a salvo de los orígenes,

a salvo de los destinos.

TSC, 16: Génesis del dinero...

TSC, 16

 

 

Génesis del dinero

1

 

vemos pues que es

tá en la esencia del

dinero alcanzar sus

objetivos y al mism

o tiempo negarlos

 

parecer independie

nte con respecto a

las mercancías

 

pasar del estado de

medio al de fin

 

realizar el valor de

cambio de las merc

ancías independizá

ndose de ellas

 

facilitar el cambio fr

agmentándole

 

superar generalizán

dolas las dificultade

s del cambio directo

de mercancías

 

y en la medida en q

ue los productores p

asan a depender del

cambio convertir al c

ambio en factor autó

nomo frente a los pro

ductores

 

(Y añade Marx: )

 

Antes de continuar s

erá conveniente corr

egir la forma idealista

de la exposición porq

ue produce la impres

ión de que la cuestión

estriba solamente en

establecer categorías

y en manipular la dia

léctica

 

especialmente la exp

resión el producto o t

rabajo se convierte e

n mercancía la merc

ancía en valor de ca

mbio el valor de cam

bio en dinero

 

 

(cuando se está fund

ando el materialismo

dialéctico y el materi

alismo histórico deb

e de ser una putada

muy grande que la e

xposición se te vuel

va idealista

 

Marx era muy autocr

ítico como puede ver

se)

¡ELÍ, ELÍ!, 22: no como un ni...

¡ELÍ, ELÍ!, 22: no como un ni...

ELÍ, 22

 

no como un ni

ño pero tambi

én como un ni

ño

AMORES Y RENCORES, 13: Os he buscado debajo de las piedras...

A&R, 13

 

Os he buscado debajo de las piedras

debajo del asfalto

debajo de las playas

debajo de las páginas amadas

os he buscado en el ritmo incesante de las máquinas

en el sucio silencio del barrio

en la cola de los autobuses

en las escaleras mecánicas de los centros comerciales

junto al río, como en los años heroicos,

al otro lado de los barrotes de las cárceles

os he buscado con insistencia infantil

con ímpetu y afán juvenil

con pura necesidad madura de manzanas

en este otoño de dudas y de trampas

os he buscado en la letra menuda de la prensa

en las pantallas de los ordenadores

en los pequeños espejos de las motos

en el humo de las chimeneas

 

¿dónde os habeis metido

proletarios del mundo desunidos?

¿dónde dormís la siesta mientras los banqueros

se atiborran en los dulces cuellos de vuestras criaturas?

¡ELÍ, ELÍ!, 21: la explosión ha hecho a...

¡ELÍ, ELÍ!, 21: la explosión ha hecho a...

la explosión ha hecho a

ñicos todos los muros d

e contención ¡qué angu

stia siento ahora! ¿Me

quedaré de nuevo sólo

con mi mal de soledad?

 

en la penumbra de la c

apilla la monja mayor s

ilueta más oscura

 

he sentido un dolor int

ensísimo como si me t

uviera que despedir ot

ra vez de mi madre an

tes de morir

 

¿esperaba la monja al

go de mí? ¿por qué se

ha ido sin decirme nad

a? ¿por respeto? ¿enf

adada?

 

he llamado a la monja

menor y me ha respon

dido

 

de oscuridad a oscurid

ad su vestimenta blanc

a me ha guiado

 

y el oído

porque la monja menor

me ha respondido

 

ando entre soledades

mi soledad sin luz mi g

usano de seda ¿ya se

ha puesto a hilar?

TSC, 15: una mercancía es igu...

TSC,

una mercancía es igu

al (y comparable) a to

das las demás en tan

to que valor de cambi

o

al tiempo que existe

en la mercancía el va

lor de cambio ha con

seguido una existenci

a propia en el dinero.

 

(En Génesis del diner

o (I), Marx: Grundrisse...)

¡ELÍ, ELÍ!, 20: qué lío más gran...

ELÍ, 19

 

qué lío más gran

de qué lío más g

rande ay qué lío

ay qué lio esto d

e Dios para qué

me habré metid

o en este lío ay

qué lío más gra

nde ay qué lío

TSC, 14: puesto que el pro...

TSC, 14

 

puesto que el pro

ducto del trabajo

y el trabajo mism

o están sometido

s al cambio llega

un momento en q

ue pueden estar s

eparados de su p

oseedor y es una

simple casualidad

que después de e

sta separación re

gresen a él bajo o

tra forma

 

(siguen los aforis

mos de Marx sobre

el dinero, etcétera)

¡ELÍ, ELÍ!, 19: ahora que leo que...

¡ELÍ, ELÍ!, 19: ahora que leo que...

ELÍ, 19

 

 

 

ahora que leo que

algunos autobuse

s urbanos de Lon

dres llevan el eslo

gan There’s proba

bly no God now st

op worring and en

joy your life que q

uiere decir más o

menos Probablem

te Dios no existe d

eja de preocuparte

y disfruta de la vid

a me doy cuenta d

e que lo que yo he

llegado a pensar s

obre la cuestión e

s más o menos Pr

obablemente Dios

existe deja de pre

ocuparte y disfruta

de la vida