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javierdelgado

DÍAS DE LLORAR.

DÍAS DE LLORAR. Hay días de llorar como hay días de reír o de ir al fútbol o de salir de paseo, no tiene más enjundia, los días son así: nacen con nosotros temprano por la mañana y se contagian del humor casi nocturno que tenemos y así salen luego. No  para todo el mundo, faltaría más; cada cual tiene su día y nadie vive realmente en el mismo día que viven los demás. Por eso se inventaron relojes, calendarios y etcéteras, para poner un punto de conexión entre la gente y ahí puedes decir veinticuatro de mayo cuando hay otros que acaban de bordear el quince de febrero de sus vidas; y sobre todo, que da igual el número y el mes y la semana y las horas: se vive lo que se vive y al vivirlo esas fechas y esos datos no cumplen con ninguna tarea, todo lo contrario de lo que han dicho siempre los augures y los adivinos y más gente dada a relacionar los días con los números, los números con los planetas y los colores y lo colores con las tareas y los estados de ánimo y así sucesivamente, y creen o quieren creer que todo se puede adivinar, comprender, fijar, ordenar. Como si la vida saliera ordenada de una caja de vida y pudieran irse guardando en ese orden las piezas de la vida, un orden para todo: para reír, llorar, comer, pelearse, hacer el amor, viajar, hacer sumas y restas, esas cosas que hay que ir haciendo para jugar con todos los juguetes de la caja de la vida. Pero no señor@s, las cosas de la vida no son en absoluto así.

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