UN MAL DÍA Y MUCHOS BUENOS LIBROS EN LA FERIA DEL IDEM BAJO LOS CASTAÑOS DE INDIAS, LOS TILOS Y LOS PLATANOS DE PASEO. AMIG@S POR AQUÍ Y AMIG@S POR ALLÁ. VACACIONES.
Ha pasado todo el día con sus pastillas, sus paseos y sus ratos de dormir y todo está igual, sólo que de tanto en tanto una extraña ansiedad se me apodera y me parece que voy a estallar, literalmente estallar, a perder el control, gritar, darme de cabezazos contra el suelo, romper cosas, herirme, morir violentamente con el cráneo hecho puré.
Entre tanto he bajado a la Feria del Libro y he besado a much@s amig@s. Un2s han visto algo en mis ojos, otros no, así que he podido acercarme a los mostradores y escoger libros como el del general Vicente Rojo, "Elementos del Arte de la Guerra", un manual militar de puta madre y a 13 Euros de nada, que además de servir para la vida sirve para el ajedrez y ójala sólo sirviera para esas dos cosas y nunca para la muerte como mandan las ordenanzas. También la "Comedia de Fausto" de mi admirado y amado Mariano Anós, inteligente y poético, "Cambriles del audaz José Giménez Corbatón, von el que , como me dice en la dedicatoria, tengo algo en común, "El papa Luna" de José Luis Cano, dedicado a mi suegra Gascón de Gotor porque algo tiene en la sangre que le viene de aquel Papa, "Un grano de trigo" del keniata Ngugi wa Thiong'o. Y la siempre amable Magdalena Lasala me ha regalado y dedicado su "Maquiavelo. El complot". Ana y Celia también han hecho sus compras y hemos llegado al final de la fiesta de percusión que atronaba el Paseo de la Independencia y a todo el mundo le parecía muy divertido, incluido un extrañísimo coche de risa como de Mary Popins dando vueltas incesantemente por ahí. L@s librer@s estaaban content@s, hacía buen tiempo y así se ha pasado la mañana sin excesivo dolor.
Hablando de dolores, hace poco me llama el profesor JA Ferrer Benimeli, amigo del alma mío, y me cuenta para mi sorpresa que ha pasado una semana en cuidados porque tenía una hernia de hiato y una úlcera de esófago y una mañana se soltó a vomitar sangre, litro y medio en dos tandas, para no asustarse. A sus estupendos setentaydos años Ferrer Benimeli sigue investigando día tras día entre fichas y papelajos y notas de letra pequeña al pie de gruesos libros, para mi admiración. Y además me invita a tomar tapas y a ir al cine cuando ve que puede aguantarme y que incluso yo mismo puedo aguantarme también. Regalos de la vida. Hasta hace dos años tuve otro jesuita muy amigo muy amigo, ya mayor, que se me murió y me dejó plantado en medio de esta nada llena de amigos, de libros y de tambores. Espero de todo corazón que Ferrer Benimeli me dure muchos años, porque le necesito vivo y listo como siempre él.
Creo que voy a darme unas vacaciones más largas aún que las de mi adolescencia: de junio a septiembre todos incluidos. Leer, pasear, jugar a todos los ajedreces del mundo, no hacer nada que me cueste el más mínimo esfuerzo, andar, en lo posible, siempre cuestas abajo, esas cosas. Y olvidarme de todo compromiso que no me ponga contento, que me angustie, que me haga desear esa explosión final que me destruya inmediatamente. Mi psiquiatra me dice que a qué espero y eso me digo ahora yo también: que a qué espero, si a nadie le va a importar un pito y a mí ninguno de los dos.
Lo del blog, por aquello de los dedos de escribir, lo mantendré hasta julio y luego luego luego ¿quién dice qué hará luego cuando está como yo? Buenas noches. Meditación y cierre. Carta de ajuste. Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
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JoseAngel -