UN DEPRIMIDO CIERRA ¿TRANSITORIAMENTE? SU GARITO Y SE SOMETE A LA NADA Y LO ESCRIBE PORQUE ASÍ SE LO PIDEN SUS ÁVIDOS DEDOS DE ESCRITOR
Otra vez no me lo creo. Todo esto no (me) sirve para nada y dudo que sirva nunca ya. Lo siento. Esto es un rollo que ustedes leerán (o no) por haber entrado en este blog de un deprimido convicto y confeso. Me queda el humor negro, que algo es algo pero no es muy agradable cuando quieres el blanco el alegre humor de que te gusta la vida y revivirla una vez más al comenzar el día. Pero no me lo creo. Qué le vamos a hacer.
Si me encuentran por ahí no se confundan: dentro no estoy, me marché, me acabé, caí por un sumidero. Lo que queda es lo que ven pareciendo que me ven. Pero no exijan que conteste como yo ni que anime como yo a otra conversación de las mías. Estoy harto de no creerme nada de esto y de seguir vivo aquí dando el espectáculo. Pero no puedo callar(lo). Escribir es lo poco que creo que sirve de algo porque mientras escribes atrapas un hilo de una historia que te suena y de la que quisieras no haber sido rechazado por ese gran empujón de la tristeza, la melancolía, la sinrazón, el desánimo, la rabia de la desesperanza.
Y pienso en las cosas que me importan porque me importaban y digo ¡Y qué! ¡Y que les den mucho por el culo del culo a todas esas cosas tan importantes por las que la gente (yo mismo acaso hace un minuto) se mueve, se remueve, se conmueve, rie, llora, se abraza o mata. ¡Y qué!
Voy a irme de vacaciones de mí mismo dentro de unos segundos, vacaciones inmensas, especiales, silenciosas vacaciones sin plan de vuelta. Acaso en otoño... El amor de/a mi hija me somete a la vida y me compromete. Cualquier esfuerzo te lo devuelve centuplicado en amor y humor y alegría y libertad: el espectáculo del crecimiento de una corza blanca en este instante, ante tus ojos... Y su necesidad de tí, o sea de mí. (¡Si me entero de que no es para tanto esa necesidad!). Pero ni el amor de todas las personas que me aman puede hacer que la capa de cansancio y desánimo se levante y deje ver algo más que la silueta de la desesperanza esperándome ahí afuera con sus grandes pasos negros que retumban sobre mi cabeza diciendo el Nada, Nada, Nada de sus largos rosarios, letanías del acabamiento: misterios más que dolorosos, misterios misteriosos, misterios tedios, adiós.
Porque soy escritor escribo en este blog incluso cuando el silencio debería ser la consigna irrebatible de obligada obediencia. Y me asquea esta necesidad de la escritura que me hace salir ahí afuera solamente para expresar que no puedo salir, que sólo las palabras salen por esta rendija ¡y para qué! En esto se convierte la escritura cuando el unniverso mundo se ha hecho más pequeño que una bola, una pelota que se pierde en la palma de la mano y es sólo un palpitar de vida en las muñecas lo que aceptas que existe y que importa. ¡Qué hace un marxista, por muy pesimista que sea, cayendo en estos pozos! ¡Qué hace un creyente de Dios liberador hundido en estas arenas! ¡Qué hace un hombre con más de cincuenta años entre las cejas asustado como un niño ante la llegada del próximo minuto y su cataclismo de ausencias!
Tendría que cerrar este garito, todos los garitos en los que me he ido empeñando en abastecer de mí mismo a l@s amig@s , esos garitos tendrían que tener hoy el cartel de Cerrado por Depresiones y ya está.
2 comentarios
mitasui -
María Pilar -