AHORA ME PASO LOS DÍAS CONTANDO ÁRBOLES
Los árboles te cuentan muchísimas cosas. Pero hay que escucharlos con los ojos.
En esto de las charlas sobre arbolado urbano hay que pasar mucho rato contando árboles y haciendo listas de datos significativos. A mí me divierte, pero te deja los ojos a la virulé. Es curiosa la cantidad de conclusiones que pueden sacarse de unos listados hechos con intención de poder sacar conclusiones: se acaba viendo todo como en una radiografía. Y se comprenden bastantes problemas de los árboles y del vecindario. Esta parte del trabajo me gusta: tiene algo de detectivesco y eso siempre me ha encantado.
En la segunda parte, el paseo para ver los árboles tal cual están en las calles y plazas, también disfruto de lo lindo: hago fotos de los desastres y de las maravillas. ¡El ojo es una máquina increible! Los ficheros de imágenes que almacena un ojo humano a lo largo de los años son enormes, sea ndel tipo de imágenes que sean esos ficheros. En este caso se trata de imágenes de árboles en la ciudad: el ojo sabe dónde tiene que posarse para ver comprendiendo qué le pasa al árbol que tiene delante. Dejar trabajar al ojo y seguir sus recorridos intuitivos y domesticados es una experiencia muy interesante.
Los ojos hablan con los árboles y acumulan ficheron inmensos de información. Los árboles te cuentan cantidad de historias sobre el lugar en donde están. Aprendí su lenguaje de mis maestros Luis Moreno y Mariano Cester. Ahora ya puedo seguir avanzando en su lengua de signos: mis ojos van y vienen con vida propia por el árbol como una cámara de registrar mucho más que imágenes y sonido. A veces duelen los ojos de tanto que ven. Pero merece la pena.
A eso me voy ahora mismo: a preguntar a los árboles del Casco Histórico unas cuantas cosas. Ya les contaré.
4 comentarios
javier delgado echeverria -
Luisa -
javier delgado echeverria -
Juan Mª -