LA PEOR NOTICIA DE NUESTRA VIDA. EN LA MUERTE DEL DICTADOR AUGUSTO PINOCHET
(Publicado en "Opinión" de Heraldo de Aragón del martes 12 de diciembre de 2006)
Día 10. Acaba de salir en la pantalla de mi ordenador un aviso
con la escueta noticia:
"El ex dictador chileno Augusto Pinochet ha muerto a las 18.15 en el
Hospital Militar tras estar una semana afectado de una infarto al
miocardio y un edema pulmonar."
Hubiera preferido que durase un poco más para verse juzgado y
condenado, para tener que pasar por la mayor vergüenza suya y de sus
compinches. Por lo menos ha vivido los últimos años de su vida bajo
los focos de la recusación pública, en arresto domiciliario y a la
espera de su juicio por traidor, asesino y ladrón.
Recuerdo perfectamente la tarde de aquel 11 de septiembre cuando nos
llegaron las primeras noticias del golpe de Estado de Pinochet en
Chile. Estábamos reunidos en Andalán, todavía en casa de Eloy
Fernández. Hicimos una pausa para ver en televisión las primeras
imágenes de aquella sangrienta felonía. Era sobrecogedor.
No podíamos, en 1972, gritar nuestra rabia ni nuestro dolor ante
aquellas imágenes terribles. Sólo en voz baja hacíamos comentarios
mientras se oía la voz estridente de Pinochet, las bombas y el
traqueteo de las ametralladoras. Sacamos un Editorial con una foto
grande de Salvador Allende con un gran titular "Creo en el voto, no en
el fusil".
Los estudiantes, que cantábamos entonces el himno de la Unidad Popular
chilena en nuestras manifestaciones y gritábamos "¡El pueblo unido
jamás será vencido!" vimos arrasar la democracia y las conquistas
sociales chilenas a manos de aquellos militares fascistas con el apoyo
de la CIA y del gobierno de los EEUU.
Ver la película "La batalla de Chile" me hizo llorar de angustia y de
pena durante horas. Aquel golpe de Estado fue la peor noticia que los
jóvenes de mi generación habíamos recibido en la vida. Pensábamos en
tanta gente masacrada, en tantos militantes aterrorizados,
torturados...
Seguimos escuchando los discos de Víctor Jara, sus canciones de luz.
Pero ya sabíamos que los fascistas le habían cortado las manos para
que no rasguerara su guitarra poco antes de asesinarle ante sus
compañeros en el estadio de Santiago de Chile. Querían darle un
castigo "ejemplar".
Zaragoza fue sede (en los bajos del Mercado Central), ya en 1978, del
Museo de la Resistencia Chilena, apoyado aquí por un gran número de
artistas, intelectuales y profesionales de la ciudad.
Hoy no es un día alegre. Pero al fin y al cabo, ha muerto un
dictador. Y la hija de uno de los dirigentes socialistas asesinados
por Pinochet es hoy Presidenta del Gobierno de Chile.
¡Larga vida a la democracia chilena! ¡Solidaridad con el pueblo de
Chile en su actual lucha por un mundo mejor!
1 comentario
Fernando -
Pinochet, pedo de trueno, matón del pueblo chileno, valiente bufón de USA, con la pistola en la blusa...duró muchos años allí certificando la opinión de muchos...