MALOS OLORES EN ZARAGOZA: ¡QUE NO NOS TOQUEN LAS NARICES!
Nuestra perrita también está hasta el hocico de los malos olores.
Por eso sale así de achatada en la foto.
MALOS OLORES
(Publicado en "Opinión" de Heraldo de Aragón, el miércoles 20 de diciembre de 2006)
A un visitante de nuestra ciudad le han publicado en un diario madrileño una carta en la que se queja del mal olor que se difunde por Zaragoza durante algunos días. Un olor “a col” cuyos efectos negativos le preocupan con la vista puesta en el horizonte turístico de la Exposición Universal del 2008. Le sorprende también al redactor de la carta que nadie en la ciudad parezca preocuparse por algo tan notable y que tampoco haya quien dé respuesta a las preguntas sobre tal desgracia.
Hace catorce años, el 20 de octubre de 1992 para ser exactos, HERALDO me publicaba un artículo de Opinión, cuyo título era “Olores”, dedicado precisamente a protestar por la invasión de la ciudad “por un hedor nauseabundo bajo cuya densa fetidez ningún otro olor puede percibirse ni disfrutarse”. “Los olores – decía - ese bien público al que la ciudadanía tiene perfecto derecho, no parecen tener defensor ninguno en el Ayuntamiento. Nadie allí parece caer en la cuenta de que uno de nuestros derechos inalienables, acaso el primero como seres vivos, es el derecho a respirar”.
Recordaba en mi artículo las opiniones de Aristóteles y Platón, sobre el sentido del olfato, así como las de Pseudo-Dionisio Aeropagita, Ramón Llull, Buenaventura, Ptolomeo, Ficino, Joaquín de Floris, Agrippa, Swendenborg, Gracián, Herder, Rousseau, Schopenhauer…La intención de las citas era llamar la atención hacia el reconocimiento de la influencia del olfato en el bienestar de las personas, que siempre había sido resaltada, manteniendo a los largo de los siglos “una posición preeminente entre los sentidos”.
Pero ni una de aquellas citas vale lo que la experiencia cotidiana. Y esa experiencia nos dice que en Zaragoza, además de muchísimos otros olores de los que puede decirse que disfrutamos, hay por lo menos cinco que nos amargan la existencia: ese olor a col del que habla el visitante, otro como a papilla de bebés en mal estado y un tercero en el que predomina la impresión de la cebada húmeda y caliente. Los otros dos son olores muy localizables (pero no por eso menos difundidos por toda la ciudad): el de las heces perrunas y el de los orines humanos. Seguramente me dejo algún olor en esta relación de urgencia.
Lo que está claro es que Zaragoza, barrida cada poco por un benéfico (al respecto) cierzo que sopla sin atenerse a ninguna decisión humana, no goza de ninguna medida municipal que impida la invasión intermitente de ninguno de esos malos olores. Si fuera el caso de que se tratase de olores nacidos de procesos naturales sin erradicación posible (como es el caso, por ejemplo, de zonas pantanosas) hablaríamos de otro modo del asunto. Pero se trata, en todos estos casos, de olores que surgen de actividades única y exclusivamente debidas a la decisión humana, lo que permite planificar estrategias concretas para resolver el problema.
En aquel artículo de 1992 aseguraba que “no es posible que setecientas mil personas merezcan sufrir todas juntas semejante castigo de por vida” y preguntaba: “¿Existe un Servicio Municipal de Medio Ambiente?” Para concluir: “Pues sus responsables deberían, ya mismo, hacer algo”. Catorce años después debo volver a pedir lo mismo desde la misma tribuna. Esta vez tengo la esperanza de que siendo concejal de Medio Ambiente una persona sensible y resuelta como ha demostrado ser Lola Campos sí se tomen medidas. Y si no, habrá que plantearse una campaña ciudadana, cuyo lema podría ser ”Que no nos toquen las narices”, y ver qué pasa.
2 comentarios
cascabillo -
josé cid -
Las dos herramientas básicas con las que desempeñamos nuestro trabajo son el olfatómetro de campo Nasal Ranger y los diarios de olores.
Estas herramientas sencillas y de bajo coste permiten obtener medidas objetivas de la molestia por olores.
Cordialmente,
Dr. José Cid
Director Técnico
SOCIOENGINYERIA, S.L.
Tel./Fax: 937884797
www.malosolores.org
socioenginyeria@telefonica.net