CRÓNICA DE LA CHARLA SOBRE ARBOLADO PÚBLICO EN EL DISTRITO DE CASABLANCA, QUE TUVO LUGAR EL PASADO LUNES 19 EN LOS LOCALES DE LA JUNTA MUNICIPAL DEL DISTRITO
Plaza de la Ermita en Casablanca
CRÓNICA DE LA CHARLA SOBRE ARBOLADO PÚBLICO EN EL DISTRITO DE CASABLANCA, DADA EL PASADO 19 DE FEBRERO EN LOS LOCALES DE LA JUNTA MUNICIPAL DEL DISTRITO
Lucía, la Jefe de Negociado de la Junta de Distrito de Casablanca me atendió muy amablemente y me suministró la referencia necesaria para obtener datos de población, etc. del distrito. También se aseguró de que en el salón donde daría la charla hubiera un expositor todo lo ancho que necesitaba para exponer el plano del distrito, más largo de lo habitual. Así que mi acercamiento al arbolado del distrito de Casablanca comenzó con muy buen pie.
Acudí a pasear por zonas del distrito menos conocidas por su novedad (especialmente Montecanal), dado que por el resto del distrito he andado muchísimas veces solo o acompañado, bajo el sol o la lluvia, feliz o desgraciado, durante muchos años, desde mi infancia: pues cuando era niño toda mi familia éramos socios del Stadium Casablanca, entonces recién inaugurado. Incluso viví dos años y medio en la urbanización Virgen de las Nieves desde el mismo momento en que se vendieron los primeros pisos (1970: cien mil pesetas) y disfruté muchísimo mientras allí viví: todo era nuevo, todo era alegre y luminoso y la naturaleza, por primera vez en mi vida estaba ahí al lado, al otro lado de la ventanas, en la plaza en la que los arbolitos recien plantados comenzaban a crecer.
Todo eso compensaba el singular hecho de que no hubiera línea de tranvía ni de autobús hasta nuestra urbanización (bajábamos a orillas del Canal), el tramo siguiente a partir de vía Ibérica fuera de pura y dura carretera y además con muy escasa iluminación, no hubiera tiendas ni lavanderías, etc. a nuestro alcance… Volvíamos del cine por las noches andando a menudo desde el propio paseo de la Independencia, salíamos de madrugada a los cercanos montes de Torrero y a la fuente de la Junquera (siempre algún abuelo se había adelantado a nuestros pasos), paseábamos en bicicleta o andando por el camino del Canal corriente arriba, en dirección a Tudela y, cuando llegó la hora del Teatro, volvía en bicicleta desde las cercanías del Parque Pignatelli (donde ensayábamos bajo la dirección de Juan Antonio Hormigón un espectáculo “¡Viva la biomecánica!”, basado en las teorías y experiencias del soviético Meyerhold) por la orilla izquierda del Canal hasta Las Nieves, los ojos fijos en el pequeño circulo iluminado ante mi marcha: una onza de chocolate en el paladar me daba ánimos y fuerzas entre aquellas sombras vegetales y ruidos nocturnos que, confieso, me asustaban un tanto.
Era invierno, hacía mucho frío (entre el pecho y el chaquetón metía hojas de periódico…), y al llegar al portal de casa tenía que ponerme al hombro la bicicleta (por cierto, prestada por un buen amigo, Bernardo Llovet, hermano de un más amigo, Paco Llovet) y subirla cuatro pisos para meterla en el piso y que no molestase a nadie, pues nadie quería que la dejase en el portal y dejarla al raso, no siendo mía, no era lo más acertado.
El sol de aquel barrio cada día más poblado y dotado, los paseos, las lecturas, la música, el estudio, las risas, los sueños… Todo eso era la juventud, los diecisiete años. A esa edad Las Nieves era un “retiro” magnífico para quienes gustábamos tanto del trabajo intelectual como del contacto con la naturaleza. No volverán los años, pero se mantienen luminosos los contornos de aquella zona de la ciudad en mis recuerdos. Siempre se mantendrán así.
Creo que quienes hoy habitan cualquier parte del distrito de Casablanca son personas privilegiadas, y no me refiero al dinero que puedan tener algunos… El canal, Los pinares, los montes cercanos, esa forma de avanzar la ciudad hacia el sur asimilándose al medio natural… Creo que son personas privilegiadas y les deseo lo mejor. A mí me fueron regalados dos años y medios de felicidad y tormentas en aquel extrarradio y sólo la brutal irrupción de la policía política franquista, la odiosa brigada político-social, en nuestras vidas pudo acabar con aquel modesto paraíso juvenil en el que crecíamos. Así acabó la fiesta: con el piso patas arriba, un hermano torturado y en la cárcel y yo mismo viajando clandestinamente de aquí para allí durante meses inciertos, hasta quedarme un buen rato en París. Al fin y al cabo, tuve mucha suerte (como en otro sitio ya he contado): me mantuve libre, conocí mucha buena gente ( no todos los que me ayudaron eran comunistas como yo, pero sí demócratas y antifranquistas) pude recorrer París durante meses, el París de la Unidad de la Izquierda (1974) con un aún joven Mitterrrand al frente y tanta, tantísima gente movilizada en alas de la ilusión…
Volvamos a Casablanca. El actual distrito, ya lo digo en el guión de la charla, es la suma de varios muy diversos distritos y además está en pleno crecimiento. ¿Acudirían a la charla? Lucía me aseguró que el vicepresidente de la Junta Municipal, Emilio Mendo, me presentaría. ¿Habría público ante el que hacerlo? Lo hubo. Más de veinte personas, de diversas edades, se fueron sentando en el salón, un salón luminoso, semicircular, contemporáneo, estético y útil que me encantó. ¡Qué locales tienen los Centros Cívicos de cada Distrito! ¿Se han dado ustedes cuenta de la calidad de todas esas nuevas instalaciones? ¿Y del cuidado con que las tratan quienes las utilizan: niños, mujeres, ancianos…
Un viejo amigo, administrativo en la Junta, me guió cariosamente por el Centro: las oficinas, las salas, la biblioteca. La biblioteca de este centro lleva el nombre de un gran hombre del que tengo la suerte de ser amigo: Jesús María Alemany, motor de diálogo y de búsqueda de lo divino y de lo humano, sabio solidario. Saludé a María Jesús, la bibliotecaria, vi a los chicos preparar sus deberes, a señoras leyendo la prensa…y al otro lado las copas de los ailantos, con sus frutos pardos colgando, mecido por una leve brisa invernal pero tibia.
Comenzó la charla. Emilio Mendo me presentó con mucha amabilidad y quedó junto a mí durante toda la charla. Más adelante incluso me ayudó a transcribir las intervenciones de los participantes. ¿Se puede pedir más?
Me alegré de ver alguna cara conocida. Durante la primera parte, dedicada a asuntos generales, nadie pidió la palabra. Pero nada más acabar esa parte sí lo hicieron, prácticamente todos los asistentes intervinieron. Lo que sigue no es sino un breve resumen de sus intervenciones.
. Emilio Mendo, en su intervención introductoria señaló que Casablanca se plantea problemas de medioambiente, sobre las zonas verdes del distrito… “problemas que políticamente a veces pasan desapercibidos y sin embargo son problemas sobre los que la gente demanda cada día mayor respuesta: de los políticos y de la administración”. En los últimos años ha habido un importante crecimiento de zonas verdes en toda Zaragoza y se plantean problemas para gestionar convenientemente esos nuevos espacios. .
. José Luis Vinuesa, ex Presidente de la Comunidad de las Nieves, agradeció la charla y aceptó que mis planteamientos eran interesantes, pero el problema, ay, era el de cómo resolver los problemas que surgen si no hay respuesta desde la administración. Asuntos del arbolado de la vía Ibérica y de Las Nieves (por ejemplo, en la calle Argualas hay muchos tocones, que representan un peligro para los coches).
Contó sus gestiones ante Parques y jardines y la contestación negativa que obtuvo sobre la posibilidad de plantar más arbolado: al parecer “sus informaciones no se correspondían con los datos que allí tenían sobre el particular” y “no había espacio aéreo para plantar más árboles”, lo que a él le pareció y le sigue pareciendo incierto. .
También contó JL Vinuesa que algunos vecinos deterioran el arbolado público del distrito (por ejemplo, al coger las olivas de los olivos) y es difícil saber “qué podemos hacer los ciudadanos para defender el arbolado…”
. Denunció la tala –hacía dos días de eso- de dos árboles frente a la entrada de un garage de una casa aún no terminada.
. Otro vecino puso en duda la idoneidad de los tilos del Paseo de la Independencia y de los árboles plantados en vía Hispanidad, que mueren “a cientos”. (Expreso mi disentimiento respecto a la situación de los tilos de Independencia, que siempre he defendido. Sobre los árboles de vía Hispanidad no tengo una información que me ayude a opinar: si es como dicen, habría que plantearlo a Parques y jardines: quién planta, por qué, etc…).
. Una mujer joven plantea que la ciudad debe ser una ciudad para disfrutar, pero que el agua es cara y escasa y que en su opinión “no hay criterio sostenible en el uso del riego en Zaragoza”: los horario, las posiciones, las pérdidas de agua, el mantenimiento de excesivo césped… ¿Por qué no emplear más plantas autóctonas, que requieren menos agua y contribuirían a dotar a la ciudad de un tejido verde mucho menos caro de mantenimiento?
. Además, el problema de las alergias. Por ejemplo, alergia al plátano de paseo: ella está en comunicación con la sección de alergias del M.Servet y allí tienen datos concluyentes. En Barcelona ya no se plantan apenas y se están quitando muchos, por problemas de alergias, especialmente graves en la infancia.
. Una señora habla del árbol como ser vivo, al que hay que tratar con delicadeza, amor, mimo. Especialmente, riego: mejor por goteo que por aspersión; y no tanto césped bajo los árboles: las raíces de los árboles quedan muy a ras de suelo y luego vienen las caídas.
. Un amigo mío al que hace años aprecio (aunque no nos veamos mucho), vecino de la calle Maestre Racional, pregunta por una guía que oriente en la identificación de especies… Emilio Moneo le entrega un ejemplar de la recién publicada “Guía del Jardín Botánico Xavier de Winthuysen de Zaragoza” y comentamos sobre el particular.
. Una señora critica que el acceso al Parque de la Razón (Montecanal) esté imposible. Se ha solicitado por la Junta Municipal, ya que cuando se hizo el acceso a la autovía mudéjar quedó casi inaccesible.
. ¿Son los plataneros recién plantados en la calle Gabasa la especie más indicada para ese lugar? Se debate su mantenimiento: por un lado elproblema de las alergias; por otro lado el mimo con que una señora los riega (pues no funciona bien el riego oficial) las noches de verano… ¿Se van a quitar?
. A un señor le parece bien la idea de los voluntarios para la defensa de las zonas verdes del distrito.
. Se plantea que Parques y Jardines tiene que “apechugar” con las discrepancias entre los servicios municipales que proyectan obras para la ciudad. Es importantísimo que los servicios municipales que intervienen tengan una coordinación, con como ahora.
. Me piden una “visión rápida” de los problemas del distrito: planteo mi visión y les propongo dos asuntos sobre los que intervenir cuanto antes requiriendo información suficiente y posible participación en la toma de decisiones: las riberas del Canal Imperial y el “diseño verde” de Valdespartera.
. Una señora me pregunta si la madera que se tala se recicla para papel o se pretende utilizar como compost, pues esto último no sería adecuado (por enfermedades de esa madera, pudriciones, etc, que lo invalidan).
. Se acercaban las diez de la noche cuando Emilio Mendo cerró la sesión entregándome un regalo de parte de la Junta Municipal mientras todos aplaudíamos. ¡Había sido una interesante sesión! Una vez más, volví a casa convencido de que la ciudadanía zaragozana está preparada para asumir un nivel mayor de información sobre el arbolado urbano y también está preparada para asumir algunas tareas de su vigilancia y cuidado cotidiano.
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Addenda a esta Crónica: Emilio Mendo me entregó una publiación titulada "Parques del barrio de Casablanca" en la que se describen muchas especies ( y se ilustran con fotos) allí presentes, con especial atención al Parque de loa Incrédulos", del que se muestra un plano con la ubicación de cada ejemplar. Se trata de una publicación de la Asociación de Vecinos "Tomás Pelayo" que no tiene fecha .
También me entregó el número 15 (diciembre 2006) de la revista "Ecos de Casablanca", de la misma Asociación Vecinal,
en cuya página 6 (Sección Medio Ambiente") se habla de los "Árboles singulares de Zaragoza": uno de los sesenta catalogados por la Derlegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento está en Casablanca. Se trata del Álamo del Paseo de los Reyes de Aragón, 18, junto al IES Virgen del Pilar, árbol que "sorprende por su enorme tamaño y porte natural...".
Se recuerda que en el número 14 de esta revista se publicó comentario sobre los tres árboles singulares de Casablanca: el sauce llorón del andador Mauricio Aznar, el álamo del paseo de los Reyes de Aragón y el pino carrasco de Montecanal. El artículo acaba con esta expresiva frase: "¡Seguimos confiando que esta norma de protección sea real!"
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