LA PLATA (ARGENTINA): PRESERVACIÓN DEL ARBOLADO PÚBLICO
EDITORIAL
Necesidad de preservar el arbolado público platense
Funcionarios del área municipal de Espacios Verdes anunciaron el próximo inicio del que denominaron programa de acciones correctivas compensatorias, que prevé aplicarse durante 2008 a unos 15 mil árboles de nuestra ciudad.
Esas tareas de poda se concentrarán primeramente en los sectores norte y oeste del casco urbano, indicándose que el corte de las ramas no superará, de un lado, la línea municipal mientras que, hacia el centro de la calle, no excederá sino en quince o veinte centímetros el ancho de un automóvil estacionado.
Las cuadrillas municipales seguirán recorriendo otros barrios del casco urbano hasta finales de agosto, mes en el que, como se sabe, deben darse por concluidos los trabajos anuales de poda.
A su vez, quienes residan fuera del casco urbano, podrán gestionar por su cuenta autorizaciones para realizar estos trabajos en sus veredas, a quienes está previsto entregarles una folletería instructiva y el listado de personas o empresas podadoras avaladas en las delegaciones municipales. Se aseguró que estas intervenciones, por cuenta y orden de los particulares, estarán sujetas al compromiso de respetar las normas vigentes sobre protección del arbolado público.
Desde la Comuna se afirmó asimismo que se evitarán a todo trance las podas desmedidas, cortándose ramas que tengan un diámetro que oscile entre unos 8 y 10 centímetros promedio, procurándose también realizar un especial mantenimiento sobre los fresnos, que son la especie más numerosa y últimamente peor preservada.
También se dijo que uno de los objetivos del área de Espacios Verdes pasa por reforestar parte del microcentro, con plantaciones no muy numerosas pero bien cuidadas, de especies tales como tilo, naranjo amargo, paraísos, fresnos y lapachos.
A nadie escapa el verdadero e incomprensible abandono en que, en los años anteriores, se mantuvo al arbolado platense, que constituye uno de los patrimonios más valiosos y característicos de nuestra ciudad. Los pedidos de los vecinos, fundados muchas veces, en la necesidad de resolver los problemas que se producen por el crecimiento de ramas, sólo obtuvieron como respuesta la indiferencia o las demoras indefinidas por parte de la Comuna.
Se sabe bien que a partir de esa desidia suelen abrirse alternativas, la mayoría de ellas indeseables, como por caso, las podas mutiladoras o directamente las talas sin autorización, derivándose de allí, a su vez, graves daños para la riqueza forestal de la ciudad.
No hay dudas, entonces, de que el problema de las podas mal realizadas o directamente omitidas se constituyó en uno de los más graves baches en el desempeño de las tareas municipales en los últimos años. Como testimonio de ello, quedan las incontables quejas formuladas tanto por las entidades que se preocupan por el estado del patrimonio forestal platense como por vecinos preocupados por defender un bien que es común.
Como se ha dicho a menudo, el arbolado platense es uno de los rasgos que han caracterizado a esta ciudad y han contribuido a conferirle el prestigio que hoy la hace digna de ser propuesta como patrimonio de la Humanidad, algo a lo que ninguna ciudad desprovista de forestación podría aspirar. Para que esa riqueza pueda conservarse es necesario un permanente mantenimiento.
Esas tareas de poda se concentrarán primeramente en los sectores norte y oeste del casco urbano, indicándose que el corte de las ramas no superará, de un lado, la línea municipal mientras que, hacia el centro de la calle, no excederá sino en quince o veinte centímetros el ancho de un automóvil estacionado.
Las cuadrillas municipales seguirán recorriendo otros barrios del casco urbano hasta finales de agosto, mes en el que, como se sabe, deben darse por concluidos los trabajos anuales de poda.
A su vez, quienes residan fuera del casco urbano, podrán gestionar por su cuenta autorizaciones para realizar estos trabajos en sus veredas, a quienes está previsto entregarles una folletería instructiva y el listado de personas o empresas podadoras avaladas en las delegaciones municipales. Se aseguró que estas intervenciones, por cuenta y orden de los particulares, estarán sujetas al compromiso de respetar las normas vigentes sobre protección del arbolado público.
Desde la Comuna se afirmó asimismo que se evitarán a todo trance las podas desmedidas, cortándose ramas que tengan un diámetro que oscile entre unos 8 y 10 centímetros promedio, procurándose también realizar un especial mantenimiento sobre los fresnos, que son la especie más numerosa y últimamente peor preservada.
También se dijo que uno de los objetivos del área de Espacios Verdes pasa por reforestar parte del microcentro, con plantaciones no muy numerosas pero bien cuidadas, de especies tales como tilo, naranjo amargo, paraísos, fresnos y lapachos.
A nadie escapa el verdadero e incomprensible abandono en que, en los años anteriores, se mantuvo al arbolado platense, que constituye uno de los patrimonios más valiosos y característicos de nuestra ciudad. Los pedidos de los vecinos, fundados muchas veces, en la necesidad de resolver los problemas que se producen por el crecimiento de ramas, sólo obtuvieron como respuesta la indiferencia o las demoras indefinidas por parte de la Comuna.
Se sabe bien que a partir de esa desidia suelen abrirse alternativas, la mayoría de ellas indeseables, como por caso, las podas mutiladoras o directamente las talas sin autorización, derivándose de allí, a su vez, graves daños para la riqueza forestal de la ciudad.
No hay dudas, entonces, de que el problema de las podas mal realizadas o directamente omitidas se constituyó en uno de los más graves baches en el desempeño de las tareas municipales en los últimos años. Como testimonio de ello, quedan las incontables quejas formuladas tanto por las entidades que se preocupan por el estado del patrimonio forestal platense como por vecinos preocupados por defender un bien que es común.
Como se ha dicho a menudo, el arbolado platense es uno de los rasgos que han caracterizado a esta ciudad y han contribuido a conferirle el prestigio que hoy la hace digna de ser propuesta como patrimonio de la Humanidad, algo a lo que ninguna ciudad desprovista de forestación podría aspirar. Para que esa riqueza pueda conservarse es necesario un permanente mantenimiento.
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