LECTURAS INESPERADAS: UN PLACER ESPECIAL
LECTURAS INESPERADAS
Artículo publicado en "Artes & Letras" de Heraldo de Aragón el jueves 19 de junio de 2008
Acabada la Feria del Libro, una urgencia de compra que a veces me invade (y una asociación de ideas no siempre comprensible) me lleva, camino del parque, a la Librería-Cafetería de mi amiga María José. En ella encuentro siempre libros que nunca compraría si no fuera porque me los encuentro allí. No es sólo cuestión de precios (los suyos son estupendos: por dos euros te puedes llevar grandes obras), sino cuestión de suerte. Son libros “de ocasión”: aparecen ante los ojos como una ocasión de leer textos inesperados, no planeados. Esta vez han sido tres libros muy distintos: “Diarios” de John Cheever (Emecé, 1993), el relato “Omeros” de Derek Walcott (Círculo de Lectores, 1995) y “La muerte de Virgilio” de Hermann Broch (Alianza, 1980). Del norteamericano John Cheever no sabía ni que existiera, pese a los buenos premios que cosechó en vida, entre ellos el Pulitzer. Ahora me parece un íntimo amigo: su escritura sobre su propia vida entre 1952 y 1982 me resulta mucho más interesante que la de otros diarios de escritores más cercanos en tiempo y lugar. Acaso la distancia me permite un disfrute mayor, pero creo que no es sólo eso. Derek Walcott recibió el Premio Nobel de Literatura en 1992, lo cual no me llevó a su obra entonces. Ahora no ha sido ese premio lo que me ha importado, sino la curiosidad que despierta un extenso relato en verso en el que los temas homéricos cobran nueva vida en la épica cotidiana de la pequeña isla de Santa Lucía (Antillas) en la que Walcott nació. La de Broch sí era una obra que esperaba su momento, pero hubiera podido esperar mucho tiempo aún si no hubiera estado ahí expuesta, en el tentador mostrador callejero de la librería de mi amiga María José. Leer ahora mismo estos libros me produce un especial placer: nada los anunciaba, nada me obliga.
0 comentarios