COMUNISTAS EN LA FÁBRICA: GIESA, TESTIMONIOS DE LUCHA OBRERA. ACABO LA TRANSCRIPCIÓN DE LAS ENTREVISTAS REALIZADAS
En la foto, Ramón Górriz, comunista desde 1951 y hombre clave del PCE en Giesa hasta la "caída" de 1958
COMUNISTAS EN LA FÁBRICA: GIESA. TESTIMONIOS DE LUCHA OBRERA
Esta mañana he acabado de transcribir las notas de las nueve sesiones de entrevistas a veteranos militantes que trabajaron en Giesa y lucharon en esa empresa, y no sólo en ella, por elevar las condiciones materiales de vida de quienes, como ellos, trabajaban en condiciones que hoy nos resultan extrañas pero que fueron, durante muchos años, las penosas condiciones en las que se trabajaba en la fábricas de nuestro país bajo la dictadura franquista.
Me he vuelto a emocionar en muchas ocasiones mientras reconstruía los testimonios de estos veteranos obreros comunistas: sus recuedos tienen una fuerza increíble de evocación aun repasados a través de unas lacónicas notas y releídos en medio del marasmo de la actualidad.
Sólo el esquema de su narración, sin apenas sintaxis ni cañamazo argumental, ya ocupan más de setenta folios. Sólo el enunciado de las anécdotas ya produce una gran impresión intelectual y moral.
En esta época mía de desastre y confusión interior, esta tarea – que puedo realizar gracias al “oficio” adquirido en ya más de cuarenta años de escribir y reescribir – esta tarea de “dar voz” a los recuerdos de unos hombres que lucharon durante años me resulta claramente asumible: un compromiso aceptado en el que recibo mucho más que lo que entrego. Un compromiso moral que lo es también “literario” (o, en cualquier caso, de escritura), uno de los pocos sobre los que actualmente mantengo una cierta noción de “necesidad” y “oportunidad”.
Dedicar unos meses, o el tiempo quesea necesario, a confeccionar un libro (y un DVD) sobre la base de los testimonios orales de unos veteranos de la militancia sindical y política me parece en estos momentos, para mí, una ocupación que, por un lado, sé que soy capaz de realizar y que, por otro, pienso que alguien debe realizar.
Todo lo que tiene que ver con la difusión de las experiencias de lucha que tuvieron lugar bajo y contra el fascismo en nuestro país me parece importante. Siempre me lo pareció (y por eso le he dedicado siempre algo de mi tiempo), pero cada vez me lo parece más. El tiempo cuenta, y no es lo mismo recoger esas experiencias antes que después: ni para sus protagonistas ni para sus posibles receptor@s.
Y realmente, me doy cuenta de que puesto a la tarea, me importan bastante poco, dicho sea de paso, mis personales preferencias por tales o cuales personas de las que lucharon en aquellos años: por fortuna, sin duda, no he sido yo quien ha tenido nunca que decidir la relevancia histórica de tal o cual ser humano; de modo que no tengo más que atenerme sensatamente a lo que la realidad de las luchas del pasado fue decantando como figuras humanas dotadas de cierto protagonismo social. Y no me importa confesar que conforme pasa el tiempo, más me siento incluido en un amplio grupo humano que, como suelo decir al respecto, “vistos desde un helicóptero, estábamos tod@s en el mismo lado”.
Así que mientras soporto (mal) una crisis personal - de la que hace tiempo decidí dar cuenta con más o menos precisión en este blog por si (me) servía de algo - me parece estupendo poderme dedicar a un tipo de escritura cuyo interés para otros (además de para mí mismo), por lo menos, tengo claro.
Si Ustedes aún se alegran con mis alegrías, aquí tienen una razón para alegrarse: la transcripción de las notas de las sesiones de entrevistas a veteranos comunistas que trabajaron en Giesa ya ha acabado. Ya es posible dar el siguiente paso.
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