LIMPIEZA GENERAL O LA BIBLIOTECA DE DON QUIJOTE
LIMPIEZA GENERAL O LA BIBLIOTECA DE DON QUIJOTE
Hemos estado unos días haciendo limpieza general en casa. Sobre todo limpieza de trastos, pero también de libros. Era divertido escuchar los argumentos que salvaban o condenaban tal o cual libro. Durante horas hemos actuado como aquellos personajes que expurgan la biblioteca de Don Quijote. Lo cierto es que han sido muchos los condenados.¡Hay que ver lo que ocurre con los libros cuando pasa el tiempo y falta espacio en casa!
Los títulos de los libros condenados no son para ponerse aquí. Tampoco nuestros criterios. Seguramente muchos de ellos hubieran podido salvarse si la limpieza hubiera sido menos general (eran ellos o nosotros) o la hubiéramos realizado en otro momento. Muchas docenas fueron directamente al contenedor del papel reciclable: merecían una muerte digna, no exhibir sus andrajos. Otros están ya en las estanterías de una librería de ocasión, algunos a lo mejor ante los ojos de otr@s lector@s, me alegro por ell@s.
Después de pasar horas echando fuera de casa docenas de libros que un día interesaron y que hoy mismo podrían quedarse con nosotros si no fuera por la falta de espacio, queda siempre, como diría Mafalda “una basurita en el alma”, un pequeño vacío que ojalá que fuera totalmente vacío y no un íntimo receptáculo de la nostalgia. Estos días han pasado por nuestras manos, muy deprisa, siempre demasiado deprisa, no sólo muchos libros sino muchos, muchísimos recuerdos personales. Sus portadas nos gritaban las fechas en que fueron leídos, sus páginas guardaban el rastro de los caminos por dónde andábamos entonces y con quiénes los andábamos. Ha sido una vorágine de libros y recuerdos, una hinchazón de decisiones rápidas, siempre demasidado rápidas. Cierras los ojos y los ves pasando, como cometas luminosos que se pierden en la noche de los momentos que no volverán.
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