JOSÉ LUIS NAVARRO: COMUNISTA EN GIESA
JOSÉ LUIS NAVARRO: COMUNISTA EN GIESA
José Luis Navarro nació en Zaragoza en 1930. Puede decirse que su padre fue el primer peón que entró a trabajar en Giesa (entonces talleres Giral). Su madre moriría en 1947. José Luis era uno de los seis hijos que quedaron al cargo del padre.
José Luis comenzó ya de pequeño a hacer recados para Joaquín Giral, que solía enviar a “Luisito” a tal o cual cosa, ¡incluso a pedir hora para él en la peluquería! En mayo de 1944, con catorce años entró en Giesa. Por entonces conoció a otro chico de su barrio (San Pablo), Martín Navarro Orte, que más adelante sería camarada del PCE. Martín tenía también amistad con Fausto Archidona, que militaba en una curiosa célula comunista zaragozana, sin contacto con la organización del PCE que dirigía el abuelo Rosel (Fausto Archidona lo contaría en sus memorias “Testimonio verídico”).
A comienzos de los años cincuenta contactó con Ramón Górriz. José Luis pasó a militar (también) en la célula del PCE de Giesa. En 1955 José Luis se casó con Adela (“Maruja”). Lo hicieron (no sin inconvenientes), el Primero de Mayo, por indicación de sus camaradas…
En 1956 José Luis se presentó a las elecciones sindicales en Giesa junto con sus camaradas Manuel Machín y Ramón Górriz. Ganaron las elecciones. (Para conseguirlo hicieron cosas bastante curiosas).
También se presentaron en 1958: se trataba de “copar” la Junta Social del Sindicato del Metal de Zaragoza. Salieron elegidos otra vez ellos tres por Giesa y otros camaradas de otras empresas, como Manuel Gil…
En la caída de 1958 José Luis se hace el tonto en comisaría. Cuando le preguntan por su hermano Pedro, contesta “que no sabe nada”. El inspector Gilaberte le da un tortazo: “¡Tontolaba - le grita- si es tu hermano!” Al final no se libró de ir a la cárcel, como casi dos docenas de camaradas de Zaragoza.
Para José Luis, la actividad sindical de los comunistas estaba clara: se trataba de elegir “a personas buenas” y trabajar asuntos concretos en el Comité de Empresa, como el Economato, la Comisión de Seguridad e Higiene, etc., a favor de los compañeros. Porque primero los vocales del Sindicato “eran basura”. En aquella época “de miseria y necesidad”, el Sindicato Vertical no servía. Había que llenar de “buena gente obrera” el Sindicato y conseguir algo. “Era meterse en la boca del lobo” y no se tenía experiencia. Era lo primero que hacían desde la guerra. La CNT y la UGT no querían saber nada del trabajo en el Sindicato Vertical. “Si no hubiera sido por el PCE no hubiera habido esa entrada de buena gente en Sindicatos, esa defensa… Por nuestra parte, hacíamos sindicalismo con dignidad: no nos dejábamos comprar”.
A principios de los sesenta ya se trataba de organizar las Comisiones Obreras, “con las que íbamos al Sindicato Vertical mucho mejor organizados”.
0 comentarios