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javierdelgado

PLANTAS, INSECTOS…NATURALEZA Y SUPERVIVENCIA

PLANTAS, INSECTOS…NATURALEZA Y SUPERVIVENCIA

 

Durante años dediqué mucho tiempo a estudiar las plantas y los insectos, especialmente su comportamiento. Su morfología es maravillosa y, en general, todo lo suyo; pero su comportamiento me parece lo más fascinante. Hay mucho que aprender de los recursos que plantas e insectos tienen para asegurarse la  supervivencia, incluso la supervivencia individual (sin la cual no hay supervivencia de la especie).

 

Pienso seguir estudiando la vida de las plantas y de los insectos, pero sé que lo que a mí siempre me ha interesado por encima de todo es la vida de los seres humanos. Creo que nunca (todavía) he conseguido estudiar vegetales y animales sin tener en la cabeza la noción de finalidad en cuanto aprovechamiento de lo que otros órdenes de seres nos enseñan a los humanos. Acaso en el estudio de los minerales, del agua y del aire (pero no en el del fuego, que nunca he conseguido separar, mentalmente, de la historia humana) sí haya alcanzado algunas veces un estado mental en el que la “interferencia” de esa finalidad se reducía al mínimo y la atención hacia una piedra no era sino atención a esa piedra como piedra, “como tiene que ser”.

 

Gracias, precisamente, a las piedras, al aire y al agua he podido aprender a hacer el esfuerzo de prestar atención a plantas e insectos (y otros animales) sin que mi cabeza urdiera (a menudo equivocadamente) constantemente redes de interacción entre el conocimiento sobre ellos y el conocimiento de nosotr@s. Mi antropocentrismo se resiste aún a dejar paso a una visión desprejuiciada,“deshumanizada”, de la naturaleza, sin la cual, paradógicamente, no es posible aprender nada de ella que nos pueda ser útil a los seres humanos.

 

De todas formas, de lo que me gustaría dejar constancia hoy es de que la inmensa mayoría de los seres existentes (incluyo aquí plantas y animales, pero también el fuego, el agua y el aire) adoptan inmediatamente un “plan b” cuando el plan inicial no les da resultado. ¡Es increíble la cantidad de planes optativos que existen en la naturaleza!

 

Es una lástima que los seres humanos crezcamos con la muy arraigada noción de que debemos “cumplir un plan” y de que nuestra autoestima (y la estima social) depende en gran medida de nuestro éxito en el cumplimiento de ese plan. Así que a menudo nos empeñamos una y otra vez en "cumplirlo"¡Qué cantidad de esfuerzos derrochados!

 

Creo que la naturaleza tiene aún mucho que enseñarnos sobre las estrategias de supervivencia. Enseñarnos, en definitiva, a mirar la vida no con los ojos de “lo que se espera de nosotros” (que solemos interiorizar como una obligación propia con nosotros mismos) sino con los ojos de unos seres vivos sobreviviendo en el vasto espacio universal, cuya supervivencia depende, precisamente, como la de millones de otros seres, de nuestra capacidad para adoptar nuevos planes de vida cuando fallan o, sencillamente, se acaban (¡incluso se cumplen!), los que teníamos.

 

Quiero creer que estas reflexiones tienen que ver con mis actuales búsquedas en el campo de la expresión.Y, por cierto, con la biografía de Lenin (maestro en la búsqueda inmediata de “planes b”)… y de otr@s  amig@s que irán saliendo.

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