DEPRESIÓN Y NECESIDAD DE EXPRESIÓN (LA MÍA)
Gracias otra vez a quienes me envían mensajes de ánimo. Debo confesarles que al principio no tenía noción clara de cuánto me podían animar sus mensajes. Más bien tendía a preguntarme algo así como: "¿De qué me podeis servir ahora, en qué me podeis ayudar, amig@s mi@s?" Pregunta un tanto desesperada con la que me fui a la cama uno de estos días pasados. Ya ven que se lo cuento todo, o casi todo, a cambio de su apoyo. Si están intentando ayudar a un enfermo de depresión en una fase oscura, merece la pena que sepan estas cosas, que conozcan qué pasa (al menos) por mi cabeza en los malos (los hay peores, por cierto) momentos, como el que estoy atravesando (o me está atravesando a mí).
Así que tenía mis dudas. Ahora no es que no dude en general sobre el éxito de las ayudas en general, pero tengo la certeza concreta de la ayuda concreta que me han facilitado personas concretas con sus mensajes. No me han sermoneado, no me han pintado un mundo color rosa, no me han expresado aprensión ni desagrado ante mis confesiones, etc. Sencillamente, me han hecho llegar, scon naturalidad y cariño, la constatación de su presencia en el mundo como índice de realidad, de una realidad solidaria que agradezco en el alma.
Sigo cenizo, pero dada mi sensibilidad a las sustancias químicas seguro que en pocos días notaré cambios debidos a los 15 mg añadidos a mi dosis diaria de Prozac y de Rexer. (Por cierto, el Rexer da un hambre de perro y hace que se retengan líquidos, así que engorda incluso poniéndose bozal. Tres o cuatro kilos me acechan desde ese lugar de la materia desde donde, sin destruirse pero transformándose, ingresarán en mi cuerpo este otoño. ¿No querría algun@ de ustedes hacerse cargo de algún kilito de esos?).
Voy a intentar seguir pensando en la crisis económica (ayer, en un rato de animosidad, escribí un artículito inicial de una serie), aunque sea (¡perdónenme que lo exprese así!), aunque sea para tener la cabeza puesta en asuntos que no sean estrictamente individuales míos.
No les prometo nada al respecto (no puedo hacerlo: ya esta mañana he amanecido de nuevo bajo cero en mi ánimo), pero lo intentaré. Y el recorta y pega sobre arbolado y parques pienso que lo podré mantener.
Fin del parte. ¡Tararíiiiiiiiiiii!
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