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javierdelgado

AMORES Y RENCORES, 4: Ahí estais, muertos vivos míos.

4. Ahí estais, muertos vivos míos

 

Pero sí que hay hermanos, sí que hay también

amigos, aunque a veces, muchas veces, no los veo,

ni los oigo, ni sé nada de ellos, ni ellos saben

de mí, pero están, sí que están, y a su memoria

escribo, a su memoria como a una presencia

sin su presencia, como una presencia fría,

sin abrazos ni sílabas

 

Pero sí que hay hermanos en este silencio y hay

amigos en este silencio, amigos y hermanos,

y yo sé que los hay, pero su estar es antiguo

y su silencio antiguo y su sonrisa de tan

antigua ya no es ni sonrisa, y callan y envejecen

y de una forma extraña me buscan, no vienen,

no me quieren, me quieren, se van.

 

 

Pero sí que hay hermanos más allá de las negras

nubes del olvido y también hay amigos

que no quieren saber más de mí: ya lo saben todo,

ya lo imaginan todo, ya lo detestan todo

como se detestan los vicios de un amigo, los malos

chistes malos de un amigo que mejor haría

quedándose en silencio él también.

 

 

Ycuando llega las hora de los muertos

ahí estais, amados muertos, hermanos y

amígos míos de cada día, con la osamenta

y poco más para decirme que ahí estais,

que manteneis los recuerdos de vosotros

mismos aunque yo también los olvide y sólo ya

os recuerde como muertos muertos

sin recuerdos de vivos. 

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