SADE. (ESTOY POR DECLARARME SADOMARXISTA)
SADE
Artículo publicado en "Artes & Letras" de Heraldo de Aragón el jueves 6 de mayo de 2010
A los veintitrés años leí por primera vez textos de Sade. Nunca los he olvidado, ni aquellos textos ni aquellos años. Leí desde entonces cuantas obras de Sade pude conseguir y más adelante también todo lo que encontré a mi alcance sobre la vida y la obra del marqués. Libro tras libro, fui asimilando la evidencia de que me había topado con una inteligencia que ponía en cuestión radicalmente nuestra civilización incluso mucho más de cuanto la ponían los textos de Marx, para mí entonces ya tan apreciados. Un cuestionamiento que partía de una raíz humana mucho más profunda que la que había tratado cualquier filósofo conocido antes. Porque era ese Sade filosófico el que más me impactaba, mucho más que el de las escenas más (aparentemente) delirantes. Pero han hecho falta otros veintitrés años para que haya encontrado el libro que me explica precisamente lo que creí encontrar en esos textos y tanto me impresionó; aquello de lo que, aún atisbándolo, no supe darme razón en mi interior. A mis cincuenta y seis he podido leer en traducción española el libro de Annie Le Brun, ‘Sade. De pronto un bloque de abismo…’ (Ediciones Literales, 2008), en cuyas páginas he reconocido los argumentos que yo no había conseguido formular. Se trata de la extensa Introducción que la autora hizo para la edición francesa de las Obras Completas de Sade (Nouvelle des Editions Pauvert, 1986-91), cuyo editor era el mismo Jean- Jacques Pauvert que se empeñara, contra viento y marea, en la edición de los textos de Sede y quien publicara la para mí mejor biografía del marqués, la monumental ‘Sade, una inocencia salvaje’ (Tusquets, 1989). ¿Y qué explica Annie Le Brun (Rennes, 1942) que me parece tan importante? Resultaría imposible resumírselo en unas líneas, así que tendrán que leerlo para enterarse.
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