Es el aire el que nos da la vida (también nos la da el agua, pero está ya en nosotros). Aspiramos el aire y recibimos el don más humano, el don de distinguir y seleccionar. Respiramos y nos humanizamos. Se nos corta la respiración cuando no hay selección posible ante nosotros: ese parón en la maquinaria repiratoria se asemeja a la muerte, que no selecciona ni distingue. Las leyes de la muerte se parecen a las leyes de la vida pero es sólo un parecido aparente, superficial. Podemos “hacer el muerto”, por ejemplo sobre el agua. Pero un muerto no puede hacer el vivo ni siquiera sobre la consistente superficie de la tierra. En el aire está la diferencia. ¡Déjame tomar aire! ¡Necesito aire! ¡Aire!¡Aire, son expresiones de angustia vital. El abanico no es sólo un instrumento para mover el aire cerca del rostro, ante las narices. El abanico es una pistola al revés, que dispara el aire que nos da la vida. Cuando la ignorancia lo convierte en ametralladora el resultado puede ser nefasto: el aire que necesitamos tiene su punto de humedad, de calor, de velocidad; trastocar esas constantes es peligroso, acaso suicida. Acabar la vida con un abanico entre las manos es exponerse a la mantilla, el rosario de tu madre y una lividezcorporal marca de la beatería. Un suicida de abanico nunca debería dejarlo ver. Tiene dos soluciones: comérselo mientras expira o metérselo en el culo mientras inspira. Allá cada cual. El caso es no dar que hablar.
a bueno ste es un discurso interesante y muy bueno tuienes razon en lo q dices lo q es la vida sabes hay q vivir la vida y no dejes q la viva te viva
klaydeth -
Que tienes toda la razon la vida es algo muy bello y cometer un suicidio es algo fatal es como decir a los demas que jamas te han comprendido pero que nunca te han preguntado tambien si necesitas hablar con alguien que Dios te bendiga.
el Bob -
Gabii tienes la boca retacada de razon, el sucedio es a lo que puede conducir un momento de desesperacion, de falte de fe, lo que nos detiene a cometer tal crimen para con nosotros mismos, es el amor a la vida y a nuestros seres queridos, viva la vida, mientras hay vida hay esperanza.
Jhasson -
Uhmmmm.... el discurso es bueno, me intereso la manera en que relacionas el aire con la vida y la muerte de forma unica. Conlleva a reflexionar sobre lo importante que es cuidar la vida. Y sobre el suicidio estoy de acuerdo con gabii es una cobardia ante un problema, que mas no vale la pena. Saludos y siempre miren alto en la vida.
gabii -
yo creo q el suicidio es una forma de salir huyendo de los problemas que se nos presentan pero lo ideal es afrontarlos, porque todo tiene solucion, eso es lo que he aprendido despues de la ultima vez que trate de quitarme la vida... Amig@ q te sientes solo, incomprendido, siempre hay una persona que siempre te escucha, confiale todo a el y siempre te ayudara: DIOS el te ama, no te rindas y lucha por tus sueños...
Es el aire el que nos da la vida (también nos la da el agua, pero está ya en nosotros). Aspiramos el aire y recibimos el don más humano, el don de distinguir y seleccionar. Respiramos y nos humanizamos. Se nos corta la respiración cuando no hay selección posible ante nosotros: ese parón en la maquinaria repiratoria se asemeja a la muerte, que no selecciona ni distingue. Las leyes de la muerte se parecen a las leyes de la vida pero es sólo un parecido aparente, superficial. Podemos “hacer el muerto”, por ejemplo sobre el agua. Pero un muerto no puede hacer el vivo ni siquiera sobre la consistente superficie de la tierra. En el aire está la diferencia. ¡Déjame tomar aire! ¡Necesito aire! ¡Aire!¡Aire, son expresiones de angustia vital. El abanico no es sólo un instrumento para mover el aire cerca del rostro, ante las narices. El abanico es una pistola al revés, que dispara el aire que nos da la vida. Cuando la ignorancia lo convierte en ametralladora el resultado puede ser nefasto: el aire que necesitamos tiene su punto de humedad, de calor, de velocidad; trastocar esas constantes es peligroso, acaso suicida. Acabar la vida con un abanico entre las manos es exponerse a la mantilla, el rosario de tu madre y una lividez corporal marca de la beatería. Un suicida de abanico nunca debería dejarlo ver. Tiene dos soluciones: comérselo mientras expira o metérselo en el culo mientras inspira. Allá cada cual. El caso es no dar que hablar.
6 comentarios
GUILLERMO FUENTES AGUILAR -
jhacmer -
klaydeth -
el Bob -
Jhasson -
gabii -