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javierdelgado

 Palacio del Papa Luna en Illueca (Zaragoza) donde se guarda su cráneo (que fue robado y encontrado no hace mucho)

Seguro que a muchos de ustedes también les habrá sucedido alguna vez: basta que hayan deseado "estar de vacaciones" para que un montón de encargos más o menos fáciles caigan sobre la cabeza y agobien las horas y los días. No es que no guste hacer lo que hay que hacer, pero como uno ya se veía libre de todo compromiso... Pues eso me ha sucedido. A lo mejor no tenía que haber pregonado mis deseos, visto lo visto. El caso es que me agobio fácilmente.

También me lo paso bien. Ayer en la presentación del libro de JL Cano: El Papa Luna (Xordica) en Ibercaja, ante un grupo de periodistas, todas ellas mujeres, nos reimos bastante porque además de lo que intentábamos animar la cosa ocurrieron cosas graciosas. De todas formas, creo que me pasé un poco en la extensión de mi parlamento. Pero el asunto no era cualquier asunto: ¡El Papa Luna!, ¡El Cisma de Occidente!¡La personalidad del que fue Benedicto XIII!...

Copio aquí el texto de mi intervención y así ustedes juzgan por sí mismos.

Texto que se cita:

                                                           LA MESA Es un honor compartir esta mañana esta hermosa mesa de este salón de IberCaja con personas a quienes profeso amistad, respeto y admiración.  Chusé Raúl: Xordica   Román Alcalá: IberCaja José Luis Cano, este pintor, grafista, dibujante, intelectual y escritor que ha ido creciendo en sabiduría y bondad a nuestro lado y que ha contribuido a conformar la Zaragoza del siglo XXI después de haber contribuido a acabar con la Zaragoza del siglo XX en lo que tenía de Zaragoza del siglo XIX, sobre todo en lo que tenía de ciudad clerical-militar sumida en siestas indigestas. Le tengo un gran cariño una enorme admiración.  Los libros de la colección Xordiqueta, en los que Cano va presentándonos toda una galería de actores principales de la historia de Aragón (y muchos de ellos de España y más allá: como es el caso de éste mismo que presentamos hoy sobre una figura absolutamente internacional) son ya un elemento imprescindible en las bibliotecas públicas y particulares aragonesas, gracias a la inteligencia y creatividad de Cano y a la perspicacia de IberCaja, que enseguida vio en ellos una forma ideal de difusión de la cultura entre chicos y mayores. A Don Román Alcalá, como representante IberCaja también aquí deseo felicitar muy sinceramente.                                        EL LIBRO SOBRE EL PAPA LUNA En este libro Cano se ha medido las fuerzas con el único español que llegó a ser Papa. Fue más fácil a los españoles llegar a ser emperadores del Imperio Romano que llegar a ser papas. Cuando uno lo fue, fue aragonés. Pero lo quitaron pronto y acabó muy mal visto.   La figura del Papa Luna, que sobrevuela la historia europea a caballo entre los siglos XIV y XV ha sido objeto de innumerables investigaciones y se han propuesto diversas visiones de tan complejo personaje. Hay muchas formas de abordar una biografía del Papa Luna, y desde luego la de un intelectual prerrenacentista no sería la peor: el Papa Luna citaba más textos de clásicos latinos que de la Biblia, su Biblioteca era un universo inagotable de antigüedades y novedades y su amor por la música y la pintura hizo que surgiera, por ejemplo, la escuela de Música de Aviñón. Su Palacio francés era un verdadero museo a la última moda.  Pero intelectuales así, y papas así hubo varios. Lo distintivo del Papa Luna es que además de su esencia intelectual dedicó su vida a la lucha por el poder en circunstancias complicadísimas. Jugó infatigablemente con las armas de la diplomacia y de la razón (apenas con las armas, sino para defenderse) y perdió. Y nunca aceptó ni reconoció su derrota.  Por eso Cano ha acertado al tratar su figura desde este punto de vista: su vivencia del Cisma de Occidente. Ha hecho lo mismo que hubieran hecho ustedes, los periodistas, en su época: tratar al personaje desde la óptica de la noticia. Y ya se sabe: la noticia no es que un perro muerda a una señora, sino que una señora muerda a un perro…  Personalmente siento esa pasión especial que muchos aragoneses sienten hacia la figura de aquel hombre transformado en representante de Cristo en la Tierra y posteriormente convertido en un traidor a su Iglesia. El hombre de su biografía personal y el hombre de su biografía oficial y pública.  Incluso, si me lo permiten, me unen a él los lazos familiares que unen a la familia de mi mujer, Ana Mastral Gascón de Gotor, que por filiación materna entronca con los Gotor del apellido del Papa Luna. Por eso nombro en mi prólogo inmediatamente a mi suegra Ana Gascón de Gotor y aquí quiero nombrar a su padre el profesor e investigador Anselmo Gascón de Gotor en cuya extensa obra publicada tiene un lugar preferente una extensa biografía del Papa Luna. Obra fundamental en la bibliografía sobre Benedicto XIII, es también obra cuyas páginas son muy frecuentemente fusiladas y muy infrecuentemente citada, seguramente por ese uso no muy elegante de los textos de don Anselmo Gascón de Gotor, a quien desde aquí reivindico.  IberCaja republicó hace un tiempo la obra del padre y del tío de este Gascón de Gotor: “Zaragoza, artística, monumental, histórica”, libro monumental él mismo y de cierta influencia también en la bibliografía sobre el arte aragonés. También ampliamente saqueado y ninguneado. ¿La maldición de los Gotor…? No han tenido mucha suerte los miembros de esta familia… Y también publicó IberCaja un librito mío titulado “Job en Veruela” en el que intenté aportar claves de comprensión del arte del claustro gótico del monasterio de Veruela basadas en la biografía del Papa Luna y su vinculación familiar con la entonces reina de Aragón. Incluso me atreví a ver representada en algunas de las figuras allí talladas la mismísima cabeza del Papa Luna, como otros defienden que lo es la cabeza del relicario de San Valero del Retablo mayor de la Seo..  El Papa Luna se vio a sí mismo como un nuevo Job y escribió un largo texto comentando el Libro de Job, una de sus obras más personales.                                              ESTUDIO SOBRE EL PODER Cualquier estudio sobre Benedicto XIII es también un estudio sobre el Poder. Este libro de Cano lo es también. Una miniatura sobre el poder en una época decisiva de la historia de Europa.  Hablar de miniaturas me recuerda a las llamadas miniaturas de Ajedrez, partidas de no muchas jugadas en las que se condensa al máximo la sabiduría de los contendientes y en las que podemos aprender la esencia del juego estratégico por excelencia. Este libro de Cano es una miniatura sobre la tremenda, complicadísima y nada breve partida de ajedrez que se jugó en Europa en los albores del Renacimiento. Quien quiera ceñirse a un objeto de estudio abarcable sobre el Poder, sus mecanismos más ocultos y sus objetivos menos confesables, tiene en la biografía oficial del Papa Luna un laboratorio fundamental, imprescindible.  La Europa del Cisma de Occidente fue una Europa convulsa por los dolores de parto de una nueva era histórica que afectaría a la totalidad de los elementos de la vida humana, entre otros a la recolocación del papado entre las piezas del poder a escala internacional.  No me voy a extender en los pormenores de aquella convulsión (en la que intervinieron como fatalidades factores inesperados como la gran peste o la invasión bárbara de los mogoles, por poner dos ejemplos relevantes), pero sí querría proponerles una interpretación de la actitud de Benedicto XIII sin salir de la metáfora ajedrecística: El Papa Luna, desde el momento en que fue elegido Papa, jugaría una partida de ajedrez en la que supo mover perfectamente sus piezas y en la que debería haber cosechado un éxito que se le escamoteó. ¿Qué sucedió? Sucedió que mientras se desarrollaba la partida el tablero, literalmente, fue cambiado de sitio, de modo que aunque los movimientos de Benedicto XIII eran los adecuados de acuerdo a la primitiva posición del tablero, no hacían sino llevarle a la ruina en las cuevas circunstancias. Para él (¡”firme en sus XIII”! como se dijo) nunca hubo que mover el tablero, inusitada trampa inadmisible intelectual y moralmente.  El cambio de posición del tablero generó cambios en el valor de las posiciones de las distintas piezas puestas en juego, de modo que hacia el final de la partida hasta un leal como el muy convincente e influyente Vicente Ferrer decidió adaptarse a su nueva misión: de ser  alfil de Benedicto XIII a ser caballo de los reyes de Aragón, Castilla y Navarra en sus recolocaciones dinásticas y en sus correspondientes nuevas alianzas internacionales, que era lo que se estaba realmente jugando en esos momentos.  El Papa Luna acabó en su retiro de Peñíscola no queriendo reconocer unos cambios que ya habían hecho de él una figura muy distinta de la que salió del cónclave de Aviñón. Vivía ya en un “No land” y se había convertido en un “No man”, como los inolvidables personajes de la película de los Beatles “Yelow submarine” (“El submarino amarillo”).                                                                 FINAL Acabo. En la vida cotidiana de los fieles cristianos de la época del Cisma de Occidente no parece haberse producido ningún terremoto teológico ni moral. Apacentado el rebaño por un clero intermedio que mantenía las constantes intocables, los cristianos que diríamos ahora “de base” apenas se enteraron del intríngulis de aquellas guerras intestinas del papado: las vivieron sin tapujos en guerras entre las monarquías europeas que mandaban a la batalla a miles de campesinos más o menos disfrazados de soldados. Hubo durante unos cuantos años cuatro papas bendiciendo esas batallas. Pero los que morían en ellas lo hacían con la misma fe en las cosas del Cielo y la misma ignorancia de las cosas de la tierra.  Y así era como interesaba a todos los poderosos del mundo que lo hicieran.  José Luis Cano, en este libro nos cuenta todo esto de forma que nos sea asimilable. Toda la erudición está puesta al servicio de la comunicación con el gran público. Y creo que la consigue. Se trata de una especie de milagro del Papa Luna… Que ustedes lo disfruten y que podamos disfrutar de muchos otros títulos de esta estupenda colección que edita elegantemente Xórdica y apoya inteligentemente IberCaja.   Gracias por su atención.  

 

1 comentario

Juan Mª-Tremisis -

Te vi por la tele y ahora leo tu presentación, así que como si hubiera estado allí. Los libros de Xordiqueta son una maravilla. Y tu presentación casí tan larga como el propio libro... pero muy interesante. El otro día estuvo mi padre en la feria y compró Job en Veruela. Que no se entere de que ya lo tenía...