LIBROS A DOS EUROS EN LA LIBRERÍA-CAFETERÍA "CUENTOS CORTOS": HALLAZGOS INESPERADOS DE CAMINO AL PARQUE
Este árbol doblemente encadenado por hiedra y por cadena ...
Hoy es domingo, así que pasearemos juntos por la mañana. Por el Paseo de Ruiseñores iremos al Parque Grande y ya por Cejador Frauca tomaremos la calle de los Jilgueros para, retrocediendo un poco en nuestro caminar hacia el parque, caer en la calle Arzobispo Morcillo, a la Cafetería Librería "Cuentos Cortos", a ver sus expositores llenos de libros de ocasión a dos euros cada uno. Dentro estará María José Vidal, la dueña y señora de un pequeño inmenso reino de amistad y lectura que ha ido haciéndosenos imprescindible.
Casi cada mañana de domingo acudimos allí por ver los libros y encontrar ése que hace ilusión de pronto, inesperadamente: comprar libros así también es una forma de salir del camino previsto (un poco como este rodeo que nos aleja unos metros del parque, objetivo final...) en la lectura. ¡Cuántas veces, al sol de la mañana, hemos visto ahí expuesto un libro importante! Importante por el autor, por el título, por el tema, por la edición... ¡y a dos euros! ¿Quién no compra un libro por dos euros, si además es un libro importante?
Hablamos con María José, constatamos que su sonrisa está en su sitio yque sus ojos claros nos miran con el brillo habitual, comentamos la compra que le hacemos, preguntamos por un libro por si acaso lo tiene, charlamos de algo nuevo que ha ocurrido... En su librería-cafetería hemos tomado a veces té, café o refrescos mientras afuera caía la lluvia o azotaba el aire o el sol fundía los plomos de las muelas: entre libros, libros importantes. A dos euros, a cinco euros, a diez euros...
Ha llegado un momento en la historia del comercio del libro en Zaragoza que para encontrar libros (especialmente novelas, pero no sólo) que no sean de absoluta e inmediata novedad hay que acudir a librerías como ésta de María José. Aquí encuentras ése que en su día no compraste (a lo mejor por su precio), aquél que no leíste porque andabas en otras lecturas o unos cuantos volúmenes sobre un asunto que no antendiste antes (la historia de un país o una biografía, un estudio sobre tales o cuales animales...).
Después de comprar, ¡a dos euros!, cada cual su libro seguiremos por Arzobismo Morcillo hasta el paseo de Renovales, que cruzaremos para entrar en el Parque Grande.
Al cabo de un rato uno u otro propondrá sentarse y hojear esos libros tomando cualquier cosa en cualquier bar del parque.
Me divierte mirarlas de reojo, un instante, mientras miran sus libros recién adquiridos. A la sombra o al sol, sus figuras se me hacen más amables aún, más entrañables. Yo también miro en mi libro, pero esos instantes de fugaz espionaje me interesan mucho más entonces que esas páginas que podré mirar siempre que quiera. ¿Desaparecerán ellas? Por un momento el corazón detiene su bombeo... Ana y Celia, junto a mí; o mejor, yo junto a Celia y Ana.Pido a Dios que pueda verlas siempre, durante toda mi vida, como ahora, tranquilas, felizmente absortas (¿o ellas también me espían?) en sus libros, aquí en el Parque Grande...
1 comentario
Antonio -
los libros, las mañanas de domingo...
¡Un abrazo, amigo!