UN ÁRBOL DEL BARRIO HA ECHADO RAÍCES EN LA CUNA DE TU HIJO...
Un árbol del barrio
ha echado raíces en la cuna
de tu hijo
que duerme sin saberlo.
Pero lo sabrá.
Es un árbol pequeño,
aún tiene ramas como bracitos
y sus hojas,
con un poco de paciencia,
aún pueden contarse.
Su corteza es muy fina
una piel suavísima adherida
a un cuerpo espigado
cuerpo de árblol de ciudad.
Crecerá entre las casas
como tu hijo está creciendo
crecerá y sufrirá los vientos, las heladas,
la lluvia, quizás algunos golpes.
Un día, cuando tu hijo
se aleje de la cuna
llegará junto al árbol
y le hablará de tu a tu,
como si siempre se hubiesen
estado contando sus vidas.
Sus raíces, las de tu hijo,
están entrelazadas con las del árbol
que acompañó su infancia.
Pintará un bonito dibujo
para llevar a la escuela:
el árbol tendrá muchos colores,
alto como un mayo
cubriendo a todos los compañeros
de juegos bajo su amplia copa.
Todo esto lo sabes
desde que viste la primera raíz
del árbol en la cuna
y no la cortaste
la dejaste seguir
su camino hacia los sueños más profundos
de tu hijo.
Al fin y al cabo,
los dos nacieron casi al mismo tiempo,
son vecinos del barrio,
y un día no lejano se necesitarán
el uno al otro.
¡Qué mejor tierra que la cuna de tu hijo
para que el árbol hunda en ella
sus raíces!
Las ves y te hace gracia
pensar que tienes dos
hijos en la cuna: el árbol y tu niño,
los dos durmiendo plácidos
con los brazos abiertos,
tan tranquilos.
3 comentarios
Luisa -
Maria -
María Pilar -