¡AY LA NOCHE!
¡Ay!
¡Cómo viene
la noche,
cómo nos vamos,
cómo enfoca o
desenfoca
su mirar felino
y entreabre sus labios!
¡Ah, la vulva de la noche,
la madre de la madre
de la noche de ahora,
y todos sus sicarios
encendiendo las velas,
las hogueras,
los incendios que anuncian
la explosión antigua
de remotas estrellas.
¡La noche!
¡Y nosotros
sus bocados!
¡Su merienda y su cena!
¡Su vasito de leche
tibia y azucarada!
¡Ay
la noche que abre
sus puertas
y las cierra!
¡Ay
la noche
y el viento
y el llanto
y la pérdida!
¡Ay
la noche
y su costurera!
¡La larga cola negra
de la noche
rozándonos la piel!
¡Y el brillo
de sus últimos velos!
¡Y el contoneo
de sus caderas!
¡Y el ombligo
en el que vamos a caer,
a caer uno a uno!
¡Ay la noche!
¡Cuántas veces
la noche,
que viene
a pedirnos cuentas!
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Fernando -