MIGUEL PARDEZA: ÚLTIMAS VOLUNTADES RECOGIDAS EN UNA APARICIÓN EN CARNE MORTAL JUNTO A LA BARRA DE UN BAR Y EN BUENA COMPAÑÍA NI DE JESÚS NI DE MARÍA. USTEDES PUEDEN CONOCERLAS EN RIGUROSA EXCLUSIVA NADA MÁS QUE CON CLIQUEAR EN EL PARÉNTESIS DEL( ...CONTINÚA) O EN OTRO LUGAR EN EL QUE SE DICE EXPRESAMENTE CLIQUÉE AQUÍ PARA CONTINUAR.
Miguel Pardeza, el Doctor Lapresa y un servidor poco antets de la grabación histórica
ÚLTIMAS VOLUNTADES DE MIGUEL PARDEZA
A las siete de la tarde del viernes 16 de marzo de 2007, el afamado y aclamado hombre clave del fútbol aragonés Miguel Pardeza, en cordial vecindad con sus amigos el exacto ginecólogo Paco Lapresa, la encantadora Coro Guridi, el esposo innominado- pero no por ello menos interesante ni menos fotografiado - de ésta y el ya perdido para los ruedos redondos Javier Delgado, en el marco perfectamente comparable de un bar zaragozano sito en la calle dedicada al sabio Latassa y junto a copas altas rebosantes de espumoso y gélido champán…
Alas siete y pico de la tarde de hoy, pico del piconero, ¡ay piconero, con el picón!, por su culpa culpita y de nadie más en por lo menos diez metros a la redonda, Miguel Pardeza, entrecerrando esos ojos que le han dado fama de conquistador y con los que ha leído miles de páginas de los más variados escritores más o menos soportables, ha dejado salir por entre sus champaneros labios las siguientes palabras que fueron grabadas en un SONY Microcassette-Corder M-405 (lo que permite asegurar no sólo su veracidad y autenticidad sino incluso su mismísima propiedad intelectual sobre lo que dijo. Que fue, sin ningún lugar a dudas, lo siguiente:
“Cuando me muera quiero que me metan en la tumba el Quijote de Cervantes, la poesía completa de Quevedo, los cuentos completos de Borges, Rayuela de Cortazar, Las sonatas de Valle-Inclán, por si me despierto algún día tener qué leer. Pero aparte de eso, que me monten una vitrina en mi tumba en la que se diga: Te Quiero. Y ahí va a haber siempre diez, quince, veinte libros de narrativa española, poesía española, literatura anglosajona…Porque lo que quiero es que cuando la gente vaya a mi tumba pueda yo coger un libro y, en lugar de rezar - que no quiero que me recen ni nada – que me lean un párrafo de Rayuela, un párrafo de La invención de Morel de Bioy-Casares, que me lean no sé qué, ¡paf! ¡Eso es lo que quiero!
- - ¿Y no quieres que te metan goles?, le pregunta, tentador, Delgado…
- - No, no quiero que me metan goles. Quiero que se olviden de mí y…
- - Podrías poner un futbolín…sigue tentando el tentador Delgado.
- - …que me lean un rato. Me haría mucha ilusión que la gente y mis hijos cuando fueran allí y me lean un rato. Que acudieran a mi tumba cada mes, cada dos meses, cuando les diera la gana, y me leyeran una página del Quijote, una poesía del Quevedo, un párrafo de Faulkner, del “Ruido y la furia” por ejemplo…que me lo lean allí mismo, bum, bum, bum, bum, bum. Eso es lo único que quiero…
- - ¡Pues te quedarás hecho polvo!, asevera despechado el despreciado tentador.
- - ¡Pero da igual! ¡Yo estaré en mi tumba!
- - Paco y yo te vamos a leer- asegura entusiasmada la esbelta y bella Coro desde lo alto de su banqueta.
- - ¡Pues esto que has dicho lo sacaré!, amenaza sin amenaza el tentador, osado.
- - ¡Sácalo!, le grita ufano Pardeza, que tira yyyyyyyyyyyGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLLLL
Fin de la grabación.
¡Ya lo he sacado!. Ustedes lo pueden ver.
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