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javierdelgado

CONFESIONES INTEMPESTIVAS: ESTUDIAR Y TRANSFORMAR EL MUNDO

CONFESIONES INTEMPESTIVAS

 

Esta tarde, mientras tomaba el té, me he quedado no sé cuánto tiempo bajo el golpe seco de una pregunta que me ha surgido en la mente como un relámpago: ¿Pero qué estoy haciendo? ¿Para qué estoy estudiando todos estos libros ahora?

 

Cuando leía esos libros sobre Bujarin, en 1976, pensaba que “me estaba preparando…” ¿Para qué me preparo ahora? ¿Para qué/quiénes estoy estudiando?

 

Ha sido un fogonazo doloroso. ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Deja todo eso! (y lee cosas más intranscendentes, más relajantes, sin ningún plan ni “obligación”…).

 

¿Cansancio intelectual? ¿El repunte del calor veraniego? Creo que, sobre todo, se trata de un efecto de la “perspectiva cerrada” en la que vivo, del muro ante mí, del futuro como “no land” en el que permanecer “perdido”…

 

¿Para qué/quién servirá lo que estoy estudiando estos días?

 

Traducción: ¿Tengo alguna posibilidad de “intervención”?

 

Lo mejor sería declarar que estudio porque me gusta estudiar y además me hace sentir mejor (incluso físicamente).

 

Pero me resisto (siempre me he resistido) a no buscar una finalidad exterior a mí para mi estudio. Entonces, en circunstancias semejantes, pienso en gente que, como Antonio Gramsci, dedicó sus esfuerzos, durante los años de cárcel que le llevaron a la muerte, a estudiar y a escribir unos “Cuadernos…” para lo que pudiesen servir, consciente de que de su redacción dependía, en primer lugar, su propia salud (mental y física: no caer en la desesperación o en el nihilismo, etc.) y, en segundo lugar, en alguna medida imposible de prever (no siquiera esataba asegurado que esos cuadernos llegaran a salir nunca de los muros de la cárcel),  la transmisión de ciertas experiencias,  conocimientos y reflexiones entre “los suyos”, a los que se dirigía mediante la redacción de esos “Cuadernos”.

 

Bendita Internet que me deja creer que lo que ando estudiando ahora pueda servirle a alguien (ojalá que más joven y más sano  que yo) para enfrentarse a las fuerzas que actualmente intentan dominarnos (y generalmente lo consiguen).

 

Puede que mi depresión no se cure nunca por más que (además de las pastillas y esas cosas…) me esfuerce en estudiar y en transmitir algo a alguien. Pero lo cierto es que mi depresión se gestó en un estado de decepción interior generalizada que me hizo pensar que ya no servía para nada hacer nada (ni siquiera hacer nada para seguir vivo).

 

Ahora que me siento mejor, más animado y estable, estudio intensamente cada día en esos libros. ¿Debería dejar de obligarme a hacerme preguntas sobre la posible “utilidad” de mi estudio? ¿No es suficiente con darme cuenta de que de esas lecturas y la escritura – entre otras cosas - de este blog depende mi propia identidad como ser vivo? ¿Es suficiente con saber que  estoy aportando (a quien quiera leerme) la expresión de mi propia identidad?

 

En el fondo, creo que hay una intención personal en todo esto, que podría resumirse así: Amig@s, aunque yo mismo no sea capaz de (saber) hacer lo necesario para transformar el mundo, incluso si yo, por desesperación, dejase de proponérmelo, por favor, ¡no dejeis vosotr@s  nunca de intentarlo…!

 

1 comentario

Amador -

No dudes, la energia no se destruye, solo se transforma, estoy impresionado del movimiento actual, como los jovenes y sobre todo los trabajadores se incorporan a estudiar... no lo dudes siguelo.....

Te enlace en nuestro sitio, para que sigamos carburando... hasta la victoria siempre! Pa tras ni pa coger impulso...

Ya sabes ni calco ni copia, solo construccion y heroica... heroico es resistir hoy y vencer tambien hoy!.

un abrazo
Amador
Estudiamos para vencer!
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