QUÉ CIUDAD
QUÉ CIUDAD
Artículo publicado en Heraldo de Aragón el miércoles 24 de febrero de 2010
Zaragoza está viviendo una profunda crisis de identidad. En esta ocasión (pese a lo manido del tópico) se trata de una crisis positiva, una crisis de crecimiento, alimentada por los potentes motores que han hecho posible ya unos cambios cuya notable suma total ha producido un salto cualitativo en la vivencia de la ciudad. Zaragoza es más ciudad ahora que hace sólo una docena de años y lo es también en la conciencia ciudadana, factor fundamental de cualquier transformación urbana. Los modernos medios de comunicación están permitiendo la expresión de voces anteriormente calladas y facilitando una intervención en tiempo real, inmediata, de miles de propuestas y sugerencias. Eso es condición necesaria, pero no suficiente, de una participación en la conformación de la identidad nueva de la ciudad. La lluvia constante de opiniones sobre multitud de aspectos concretísimos de la actualidad zaragozana no puede quedarse ahí, en la mera expresión o desahogo de deseos y/o temores. Es preciso que los cauces participativos tradicionales se vivifiquen realmente con estas aportaciones y que nazcan nuevos cauces de participación adecuados al momento. Porque si no esa expresión de la pluralidad puede agotarse en una estruendosa torre de Babel en la que cada cual esté dirigiéndose a los demás en una lengua distinta, de modo que nadie pueda llegar a saber de qué se habla concretamente. La actividad política debería más pronto que tarde hacerse cargo de su verdadera responsabilidad.
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