ENGELS BIOGRAFIADO DE NUEVO
OTRA BIOGRAFÍA DE ENGELS
Acabo de leer la última biografía de Engels publicada en castellano. Se trata de la obra “El gentelman comunista. La vida revolucionaria de Friedrich Engels”, del relativamente joven historiador británico Tristam Hunt (1974). Me ha resultado una lectura estimulante. El texto está lleno de sabiduría, humor, ingenio, respeto, admiración y mala leche, en dosis bastante equilibradas. Nada parecido, el tono de esta biografía, desde luego, al de las formalísimas (y muy documentadas) biografías publicadas en la década de los setenta (la “canónica” del Instituto de Marxismo-Leninismo de la RDA, la no menos canónica de editorial Progreso de Moscú…), lo cual la hace más digerible, en conjunto, actualmente, por más que haya pasajes que al menos a mí me hayan cabreado. Pero creo que han sido cabreos intelectualmente tonificantes y a la larga positivos. Por supuesto, el intento de “desenmascarar” las contradicciones vitales de Engels es tan antiguo como la misma historia de los enemigos del marxismo (que encontraron fácilmente en la vida del “General” motivos varios para escandalizarse: mujeriego, sibarita, explotador, politiquero…) y no es precisamente tal intento lo más moderno del libro que comento aquí. Esos desenmascaramientos, por lo demás, parecen partir de los mismos presupuestos (prejuicios) sobre los que se edificaron inmaculadas “vidas de santos” como las citadas hace unas líneas.
Puede que lo más moderno (o lo únicamente moderno) de este libro, en mi opinión, no sea sino su publicación en estas fechas tan poco dadas a publicaciones sobre la vida de los fundadores del marxismo y los primeros tiempos del avance del pensamiento marxista en el seno del movimiento obrero. Una modernidad en mi opinión suficiente para alegrarse y para darse el gusto de repasar, una vez más, la trama biográfica de un Friedrich Engels del que siempre estamos en condiciones de aprender algo. Porque sigue sucediendo que, sea la intención que sea la que anime a la publicación de estas biografías de nuestros “abuelos”, el caso es que sus gigantescas figuras intelectuales y morales (etc., etc.) siguen descollando por encima de cualquier crítica (razonable o no) sobre sus andanzas, lo que desgraciadamente no ocurre cuando se miran las biografías de los más comunes entre los comunes mortales. Esto parece haberlo comprendido perfectamente el (relativamente) joven Hunt, que ofrece en su libro muchas ocasiones para reflexionar sobre, precisamente, la grandeza de Engels y de sus más cercanos camaradas.
Este es un aspecto no menor del disfrute que proporciona el libro de Hunt: con él se puede repasar la historia de los comienzos del pensamiento socialista (ya saben: el “socialismo utópico”, el “socialismo científico”…) y la historia del movimiento obrero europeo y norteamericano (del resto sólo se dan muy leves referencias). Es posible, incluso, que en el ánimo de su autor esté la intención de ofrecer ese repaso como forma de pelear contra el olvido al que se ve relegado en los últimos años de vida editorial. Hace mucho que no se publican libros sobre la historia del movimiento obrero, visiones de conjunto de sus orígenes, tácticas, conquistas, personalidades, costumbres, etc., y se echan en falta. Tanta red, tanto móvil y tanta globalización acaso estén enmarañando la perspectiva de clase con la que se consigue una percepción clara de nuestras tradiciones de organización, lucha y convivencia.
En cualquier caso, creo que hoy día merece más la pena recordar a Engels y su época mediante libros como éste que mediante libros como aquellos. Estoy dispuesto a reconocer que me equivoco. Sólo estarán en condiciones de saberlo si también ustedes los leen (aquellos y éste). Al menos, a este último tienen fácil acceso: 21,50 euros no es mucho para sus 424 páginas más las bonitas hojas de su álbum de fotos.
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