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javierdelgado

FIESTAS Y CAMBIOS

FIESTAS Y CAMBIOS

En la foto, nuevo modelo de cabezudo: infantil, dará zurriagazos sin piedad a los adultos reticentes a los cambios festivos en sus partes más accesibles... y sensibles. Ya hay prototipo.

 

FIESTAS Y CAMBIOS

 Artículo publicado en Heraldo de Aragón el jueves 11 de octubre de 2012

Comenzaron las fiestas del Pilar y unos pocos cambios parecen haber sublevado al personal. A mí los cambios de color (cada año) del manto de flores en la Ofrenda, las versiones de Labordeta en el Pregón, y más cambios que hubiera, me parecen buenas ideas, me estimulan, me hacen feliz. En Zaragoza siempre parece que no se puede cambiar nada, ni siquiera costumbres que datan de hace unos pocos años.

A mí no me pareció ningún error la versión flamenca del “Canto a la Libertad”. Me pareció una versión muy hermosa y emocionante. Y pensé que cada año podría ofrecerse una versión distinta. Esa canción de Labordeta da para eso y para mucho más. "La plaza" es un ente raro: puede vibrar con asuntos muy diversos. Puede que si se fuera a los sitios a ver qué novedad se ofrece, "la plaza" estuviera en condiciones de disfrutar con muchas cosas más. ¿Por qué nuestras fiestas locales no pueden comenzar con una expresión universal: el “Canto a la libertad” de Labordeta hecho suyo por las más diversas culturas musicales del mundo, como su contenido? "Lo nuestro", en este caso, nunca dejaría de ser nuestro. Y además acogeríamos a culturas de tantos lugares... Es cuestión de iniciar otros caminos. (Por cierto: antes se hablaba más del 12 de octubre como la “fiesta de la Hispanidad”: cambiando la actitud – lo imperial por lo fraternal – esas versiones supondrían un abrazo a millones de hispanos). Lamento que el alcalde haya “reconocido el error”.

¿No podemos reinventarnos una fiestas del Pilar, como hicimos, por cierto, radicalmente, entre 1978 y 1979? También hubo entonces (no sólo en la derecha) críticas a los cambios y ahora parecen cosas "de siempre". En la calle había más espíritu colectivo creativo. ¿Mejor las cenas de La Lonja y las reinas de las fiestas? ¿Y aquel ambiente de mesa camilla, cuartel y sacristía? Imagino que no.

¿Pues qué mal hay en proponerse cambios, sorpresas, fórmulas distintas? La vida puede ser otra cosa. Zaragoza también. Está en nuestras manos, no sólo en las de los cargos municipales. Si hay más ideas, láncense, explíquense, defiéndanse. Nos harían bien a todos, vecinos y visitantes de la ciudad en fiestas. ¡Más rasmia!

 

 

 

 

 

 

 

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