ÁRBOLAS
Estaban ahí, en un rincón del parque. Eran una docena o más. Las ví sin que me vieran. Estaban a sus cosas: que si el precio de las piñas, que si la salud de los retoños, que si el cuidado de sus cortezas... Había una que llevaba la voz cantante. No era ni la más vieja ni la más joven: ahí la tienen. Pero todas estaban estupendas, maravilllosamente vegetales y femeninas, como las había imaginado siempre, com me dijeron de niño que eran. Hice muchas fotos a esas árbolas desnudas del parque. Luego volví sin hacer ruido por donde había llegado. Ahora ya sé dónde y cuándo verlas. Y seguro que hay más.
2 comentarios
Teresa -
pat rizia -