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javierdelgado

OTRA FOTO DEL CHE JUGANDO AL AJEDREZ

OTRA FOTO DEL CHE JUGANDO AL AJEDREZ

De vez en cuando encuentro por ahí otra foto del Che jugando al Ajedrez y me gusta verla. Por eso la pongo aquí, por si a ustedes también les gusta la imagen de aquel hombre corajudo meditando un movimiento de peón, de alfíl, de dama...

La verdad es que su partida en el tablero de Bolivia comenzó con una apertura en falso y siguió con movimientos un tanto desesperados, propios de quien se somete a la iniciativa del contrario. El contrario tenía soplándole a la oreja las jugadas a todo el personal de la CIA y algo más, aparte de los recursos empleados a fondo (al fin y al cabo no perdido) en la "lucha contra la insurgencia", que decían.

Paco Ibáñez cantaba "soldadito de Bolivia, soldadito boliviano, el yanqui te da las armas para matar a tu hermano..." cuando ya el Che había quedado muy quieto en aquella foto capaz de nublar los cielos del mundo.

La partida guerrillera en Bolivia (si leen los diarios del Che, ahí puede verse al detalle) fue una sucesión de fallos de cálculo que no podían sino llevar a la derrota. Y a la muerte. Porque el Che no estaba precisamente jugando al Ajedrez en la selva boliviana. Perdió. Murió. Muchas cosas cambiaron desde entonces.

En esta foto el Che mantiene la atención como un aficionado que se esmera en concentrarse: ¿cuál era el recorrrido de sus ojos por el tablero? Los estudios actuales sobre inteligencia han experimentado en esa cuestión: los ojos de los grandes maestros del ajedrez miran de una forma muy concreta el tablero: reconocen posiciones en él.

Otro día les hablo de cómo es eso de reconocer posiciones en el tablero y en la vida. No hay victoria posible si no se reconoce claramente una posición concreta y su secreto interior, la dinámica que generará el movimiento decisivo.

Miro al Che mirando ese tablero y no puedo dejar de pensar que al Che no le gustaba demasiado estudiar Ajedrez. Hay algo en su postura que lo delata. Puede que me equivoque, pero tengo la impresión de que se sentía obligado (incluso políticamente obligado) a saber Ajedrez, a jugara Ajedrez.

Su última partida la perdió.

Pero quedará para siempre la atracción del estudio de miles de seres de cada detalle del tablero aquel de la selva boliviana. Como una de las mejores partidas de la historia, una de ésas en las que se inspiran generaciones tras generaciones.

LA FOTO NO QUIERE SALIR. PERDONEN LA DECEPCIÓN. VEREMOS A QUÉ SE DEBE. EN SU DEFECTO COLOCO ESTA OTRA QUE YA SALIÓ HACE ALGÚN TIEMPO.

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