Ayer por la mañana quedé con José Antonio Labordeta para ir a ver la plaza a la que pusieron su nombre en Las Delicias. Yo acababa de enterarme de la existancia de esa plaza mientras hacía listas de árboles, y él nunca había ido a verla.
La plaza de José Antonio Labordeta está en el extremo noroeste del distrito de las Delicias, en una punta que linda con el final de la avenida de Navarra y el final de la Vía Hispanidad, en lo que siempre se llamó "Los Enlaces". Nosotros fuimos en coche (el de José Antonio) por la Avenida de Madrid hasta la bocacalle (a la derecha) Ramiro I de Aragón, que subimos (porque se sube) para tomar después a la izquierda por la calle de Tomás y Valiente (que tiene los rótulos en las farolas, pues no hay fachadas cercanas) y seguir después por la calle Miguel Labordeta hasta los bloques del final, en donde aparcamos para ir a pie a la plaza. Imagino que yendo por la avda. de Navarra hasta el final y entrando por alguna última bocacalle se podrá llegar también, pero como ese camino no lo conozco le fui indicando a José Antonio el camino que antes habíamos hecho mi mujer Ana y yo con la máquina de fotos a pleno rendimiento.
Es una zona, toda aquella, relativamente nueva, con grandes bloques de distintas calidades y bastantes espacios verdes además de mucho y buen arbolado. Las calles tienen nombre interesantes: Buñúel, Miguel Labordeta, Ramón J. Sender, Manuel de Falla... Al otro lado de la calle Ramiro I (al este) también hay calles de nombres intersantes: Celso Emilio Ferreiro, Alfonso Comín Ros, Madres de la Plaza Primero de Mayo, Nicanor Villalta... Así pues, la base del gran triángulo que forman las avenidas de Navarra y de Madrid con su base en vía Hispanidad, es un territorio bastante curioso, lo cual también se nota en el tipo de arbolado que se ha plantado por allí: no sólo jóvenes platanos y álamos sino también nada menos que 71 sauces de Dafne (Salix Daphnoides) en la calle Ramiro I y 21 Libocedros (o Calocedros, como también se llaman estas raras y preciosas coníferas) en la calle Comín Ros.
La Bombarda y Monsalud son dos zonas del distrito Delicias muy desconocidas para el común de los zaragozanos, cuya imagen de Las Delicias se reduce a la de sus calles más desnudas de toda la vida. Pues llegarse a este paraje merece la pena. Hay paseos deliciosos como el de Ben Yusuf, jardines privados muy cuidados (con arte topiaria inculida), están los jardines estupendos del IES Félix de Azuara...
En este lado, pues, de la Bombarda, en su extremo, está la plaza dedicada a José Antonio Labordeta. Hacia ella nos dirigimos haciendo frente al fuerte viento del norte que ayer soplaba en la ciudad.
La plaza está rodeada de altos bloques de casas, unos más modernos que otros y en general de apariencia modesta. Quizás estos bloques dan demasiada sombra en invierno a la plaza, pero seguramente en verano se agradecerá el fresco.
Se trata de una plaza en tres nivels unidos por escalones de piedra. El suelo es de tierra sin piedras, y les aseguro que se agradece pisar tierra. Toda la plaza está rodeada de arbolado: sobre todo pinos (45 Pinus halepensis). También hay 23 estilizados cipreses fusiformes (Cupressus sempervirens), 14 álamos (de la especie Populus bolleana, que apenas suelta "borra" en primavera), un sauce llorón (Salix babylonica) , 3 plátanos (platanus spp), tres olivos (Olea europea) , un ciruelo rojo (Prunus pisardii) y un ¿madroño? (arbutus spp).
Me hacía gracia ver si ese "Arbutus" era realmente un madroño (Arbutus unedo), pero a estas fechas puedes mirarlo como quieras que no te lo dirá. Los ciruelos tampoco estaban para muchas fiestas, desnudos invernales.
José Antonio me preguntó por un arbusto podado en forma de bola y nos acercamos: era un bérberis j(creo que un Berberis julianae), con sus ramas espinosas muy prietas y tupidas (por eso suelen utilizarse para setos en granjas con vacas, para disuadirlas de entrar en los campos).
Hay en la plaza una zona de juegos infantiles, y están en buen estado. También hay zonas para jugar a la petanca. Y unos cuantos bancos en los que sentarse, así comouna fuente de forja (¿de fundiciones Averly?) desgraciadamente roto el grifo y seca: tendrían que repararla para la próxima primavera: una plaza infantil sin fuente no puede ser...
Los pinos deben de tener la misma edad que José Antonio Labordeta y pienso que hyacían allí un bosquete que se ha aprovechado inteligentremente para el diseño de la plaza. Que no es pequeña y resulta un alivio estupendo en medio de los bloques de casas.
Lo cierto es que nos gustó a los dos. Hice varias fotos de la plaza y algunas con José Antonio, para el recuerdo, como la que ustedes pueden ver en este posit.
Con un poco de suerte repararán la fuente, limpiarán algunas cacas de perro que hay de más y si mantienen el espíritu del lugar; recogimiento, juego, amplitud, buen arbolado, será sin duda una de las plazas más alegres de la zona, en la que, por cierto, hay también un pequeño parque público "Parque Sedetania" , todavía en su primera juventud.
Bajamos por la amplia y bien arbolada (con plátanos) calle del Poeta Miguel Labordeta hasta la Avenida de Madrid, comentando la diferente situación de los barrios de Zaragoza desde que conseguimos la democracia y los vecindarios y asociaciones diversas pudieron lanzarse libremente a reivindicar espacios y árboles. Y de cómo muchas zonas de Zaragoza ya no las conocemos, o muy poco y sin embargo son interesantes de ver y pasear.
Si ustedes se animan, vayan algún rato a ver la plaza de José Antonio Labordeta y háganse una opinión personal. Que a mí, acaso por mi viejo cariño a José Antonio Labordeta o por mi admiración hacia sus obras pudiera ser (que no creo) que la realidad se me hiciese a mis ojos más bonita de lo que pueda parecer a otras miradas.
Fue una mañana muy agradable, llena de palabras y silencios cordiales, tranquilamente amigos y paseantes, unidos ambos por la amistad y por la curiosidad hacia las cosas y las gentes de Zaragoza, una ciudad siempre por descubrir.
