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javierdelgado

BOB DYLAN "CRONICAS".

BOB DYLAN: “CRÓNICAS”

 

Esta mañana he vuelto a la biblioteca de mi barrio a por munición: una película, una novela, dos discos de Bob Dylan y el primer volumen de sus “Crónicas, I"(Globalrhythm, 2005). La película ya la había visto, la novela ya la había leído, los discos ya los había escuchado (ya saben: mi gusto por las relecturas, etc.), pero el libro de Bob Dylan no lo había leído y eso que quería haberlo hecho hace aproximadamente seis años, cuando salió. Por tonto, no lo hice entonces.

 

Por suerte, lo he leído esta tarde. De un tirón. Es un libro magnífico, por el que desfilan una grandísima cantidad de personajes de la vida musical (no sólo musical) de la América de los años sesenta, setenta, ochenta… El relato de Bob Dylan está lleno de ingenio, humor, calidez y, hasta donde le es posible (parece que bastante), de sinceridad (que no es lo mismo que exactitud: nadie se la pide a un libro de este tipo). Entre la crónica y las memorias, el texto nos pone ante los ojos el ir y venir, los afanes y las búsquedas de músicos y escritores que han inspirado nuestras vidas incluso cuando no supiéramos pronunciar adecuadamente sus nombres y, sobre todo (nunca abrumadoramente– eso es lo distintivo de este libro) la evolución personal de un tipo inconfundible de quien creíamos saberlo todo por haber escuchado tantas veces sus canciones.

 

El Bob Dylan de estas “Crónicas” tiene más que ver con el que se dejó retratar en películas documentales mientras realizaba giras por el ancho mundo, esas películas en las que su ironía flota libremente sobre la densa capa de tensión social, artística y emocional que crean sus apariciones públicas. Aquí Dylan nos entrega el relato de su conquista de amplios auditorios y, una vez alcanzados los más altos objetivos, de su huida del etiquetamiento en el que hubiera podido estancarse tranquilamente, dejándose querer hasta la náusea (la que a él le producía) como un imperturbable y confortable icono “generacional”. El Dylan que emerge de estas páginas es un artista inquieto en busca siempre de nuevos horizontes para su creatividad y en conflicto siempre consigo mismo: un artista que lucha por romper estereotipos fosilizados porque sabe que prefiere seguir vivo a permanecer encumbrado a tal o cual pedestal.

 

 

ENGELS BIOGRAFIADO DE NUEVO

OTRA BIOGRAFÍA DE ENGELS

 

Acabo de leer la última biografía de Engels publicada en castellano. Se trata de la obra “El gentelman comunista. La vida revolucionaria de Friedrich Engels”, del relativamente joven historiador británico Tristam Hunt (1974). Me ha resultado una lectura estimulante. El texto está lleno de sabiduría, humor, ingenio, respeto, admiración y mala leche, en dosis bastante equilibradas. Nada parecido, el tono de esta biografía, desde luego, al de las formalísimas (y muy documentadas) biografías publicadas en la década de los setenta (la “canónica” del Instituto de Marxismo-Leninismo de la RDA, la no menos canónica de editorial Progreso de Moscú…), lo cual la hace más digerible, en conjunto, actualmente, por más que haya pasajes que al menos a  mí me hayan cabreado. Pero creo que han sido cabreos intelectualmente tonificantes y a la larga positivos. Por supuesto, el intento de “desenmascarar” las contradicciones vitales de Engels es tan antiguo como la misma historia de los enemigos del marxismo (que encontraron fácilmente en la vida del “General” motivos varios para escandalizarse: mujeriego, sibarita, explotador, politiquero…) y no es precisamente tal intento lo más moderno del libro que comento aquí. Esos desenmascaramientos, por lo demás, parecen partir de los mismos presupuestos (prejuicios) sobre los que se edificaron inmaculadas “vidas de santos” como las citadas hace unas líneas.

 

Puede que lo más moderno (o lo únicamente moderno) de este libro, en  mi opinión, no sea sino su publicación en estas fechas tan poco dadas a publicaciones sobre la vida de los fundadores del marxismo y los primeros tiempos del avance del pensamiento marxista en el seno del  movimiento obrero. Una modernidad en mi opinión suficiente para alegrarse y para darse el gusto de repasar, una vez más, la trama biográfica de un Friedrich Engels del que siempre estamos en condiciones de aprender algo. Porque sigue sucediendo que, sea la intención que sea la que anime a la publicación de estas biografías de nuestros “abuelos”, el caso es que sus gigantescas figuras intelectuales y morales (etc., etc.) siguen descollando por encima de cualquier crítica (razonable o no) sobre sus andanzas, lo que desgraciadamente no ocurre cuando se miran las biografías de los más  comunes entre los comunes mortales. Esto parece haberlo comprendido perfectamente el (relativamente) joven Hunt, que ofrece en su libro muchas ocasiones para reflexionar sobre, precisamente, la grandeza de Engels y de sus más cercanos camaradas.

 

Este es un aspecto no menor del disfrute que proporciona el libro de Hunt: con él se puede repasar la historia de los comienzos del pensamiento socialista (ya saben: el “socialismo utópico”, el “socialismo científico”…) y la historia del movimiento obrero europeo y norteamericano (del resto sólo se dan  muy leves referencias). Es posible, incluso, que en el ánimo de su autor esté la intención de ofrecer ese repaso como forma de pelear contra el olvido al que se ve relegado en los últimos años de vida editorial. Hace mucho que no se publican libros sobre la historia del  movimiento obrero, visiones de conjunto de sus orígenes, tácticas, conquistas, personalidades, costumbres, etc., y se echan en falta. Tanta red, tanto móvil y tanta globalización acaso estén enmarañando la perspectiva de clase con la que se consigue una percepción clara de nuestras tradiciones de organización, lucha y convivencia.

 

En cualquier caso, creo que hoy día merece más la pena recordar a Engels y su época mediante libros como éste que mediante libros como aquellos. Estoy dispuesto a reconocer que me equivoco. Sólo estarán en condiciones de saberlo si también ustedes los leen (aquellos y éste). Al menos, a este último tienen fácil acceso: 21,50 euros no es mucho para sus  424 páginas más las bonitas hojas de su álbum de fotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MUÑOZ SECA HOY



MUÑOZ SECA HOY

 (Artículo publicado en Heraldo de Aragón el martes 29 de marzo de 2011)

Está el mundo para tomárselo con humor, virtud que, desgraciadamente, no se prodiga precisamente cuando el mundo está como está estos días. Al humor se le da un modesto rango de acompañamiento, nunca el protagonismo de aquellas otras, llamadas cardinales, más recitadas que aprendidas.  Minúscula grandísima virtud, ha sido desde antiguo la salvación del género humano (al menos, hasta que se organizó la Internacional) y cualquiera puede remitirse a su propia experiencia o, en su defecto (grave), a la de cuantos supervivientes en el mundo han sido. ¿Evasión el humor? Más evaden los capitales. Muñoz Seca (de quien este año no se celebra, ni falta que hace, ningún aniversario) comprendió muy pronto los beneficios del humor y se los aplicó, y muy bien, incluso a quienes los rechazaban como vulgares cataplasmas. Eso le perdió (asesinado por sus enemigos políticos), pero nos lo ganó para todos y para siempre: su humor nos permite una comprensión de la realidad a la que difícilmente hubiéramos accedido con la gravedad de cualquier ortodoxia (incluida la del propio Muñoz Seca, que creía servir jocosamente nada menos que a Dios, a la patria y al rey). Muñoz Seca puede salvarnos hoy de la desesperación, de la memez y de esa enésima pseudoseria moda apocalíptica que lo entinta todo para que se oculte mejor nuestro calamar más tonto, intransigente y cruel. Háganse un favor. 

MUÑOZ SECA, EL HUMOR, LA IZQUIERDA

MUÑOZ SECA, EL HUMOR, LA IZQUIERDA…

Muñoz Seca eran de lectura muy difundida, y celebrada, entre mis abuelos maternos, sus familiares próximos y mis tíos. Desde niño he reído con las risas familiares a propósito de tal o cual escena o pasaje de obras suyas. "La venganza de Don Mendo" se la sabían prácticamente de memoria y recitaban a menudo ripios hilarantes. El niño de entonces sólo comprendía tres cosas: que aquello era un jardín de la risa, al que te invitaban; que las palabras, según como se dispusieran, podían hacer reír muchísimo; que reírse con aquellas obras era de gente inteligente. Esos atisbos, (por)que me incluían, me hacían feliz. Ingenio y genialidad quedaron hermanados como atributos del humor.

Confieso que la, al parecer, estrechísima relación de mis familia materna con esas obras (y también, por ejemplo, con las novelas pseudohistóricas de Navarro Villoslada y las del dramaticón ingeniero de caminos Echegaray) me supuso notable recelo hacia ellas más allá de la primera adolescencia. Con la segunda (entre los 15 y los 17) vino mi rechazo y ruptura con aquel tibio, aparentemente candoroso y severamente opresor mundo de derechas en el que todo -todo - se me hizo, creo que con razón, penosa y escandalosamente sospechoso. Lo ¿curioso? (ahora creo que fue lo justo) es que la huella de aquellas risas tuvo siempre en mí una supervivencia más allá de aquellos lazos directamente familiares y vivió en mí como algo genéricamente ("lo cómico") positivo y vivificante. Quedó la sospecha (también justa) anti-derechista, pero pervivió la consideración artística de la obra seriamente construida en aras del humor.

Pienso que hay humor de derechas y humor de izquierdas y, también, que hay humor que, una vez lanzado, supera las claves espacio-temporales de la lucha de clases (si hemos de atenernos a esas claves a la hora de considerar de derechas o de izquierdas a un autor - que hemos); supera, en el sentido de adquirir una nueva dimensión, por llamarla de alguna forma, "ejemplar". No parafrasearé a Marx sobre las obras de los clásicos, pero pienso que por ahí van los tiros: hay obras que merecen nuestra admiración con cierta independencia de las condiciones sociales en las que nacieron e incluso las intenciones (de clase, por ejemplo) con las que fueron realizadas. O precisamente por haber nacido en esas condiciones y desde/con esas intenciones. No (no sólo, desde luego) en el sentido de quedar como "testimonios", sino en el sentido de permitirnos conocer algo más de la naturaleza humana de lo que podemos conocer si sólo nos atenemos a las consideraciones políticas o ("en última instancia") de clase.

Pienso también que, al menos por lo que conozco, la actitud de la gente de izquierdas (española, especialmente) ha sido, en general, muy recelosa hacia el humor (en teatro, novela, etc.). Acaso los "monólogos humorísticos" (especialmente los de la tele) hayan cambiado algo, últimamente, esa actitud (pero no estoy seguro). Este recelo generalizado y ese, creo, gusto por la solemnidad y la "profundidad" (como si ésta no pudiera expresarse en clave de humor), esa consideración de lo humorístico como un rasgo esencial del "arte menor" me parece una equivocación muy notable, sobre todo en personas cuya ideología (y práctica) debería enseñarles a poner todo patas arriba (incluidas las grandes verdades de la izquierda y, sobre todo, los grandes poderes de la izquierda...), a no dejar títere (ni menos, títere de izquierdas) con cabeza. ¿O no estamos para ponerlo todo en cuestión, pero todo-todo? ¿O tenemos  también "sagrarios" intocables? Sobre este asunto no me voya extender ahora, pero tal vez sí en otra ocasión. 

Que Muñoz Seca escribiera obras de teatro irritantemente cómicas contra la República, el socialismo, el comunismo, el divorcio, etc. me parece consecuente con sus intereses y sus ideales personales. Bastante lo pagó (y esto también me importa a la hora de valorar a MS... y a sus asesinos - por más de izquierdas que éstos fueran- y a sus muchos ninguneadores críticos "de izquierdas" desde hace más de medio siglo acá). Pero hay algo más: incluso la valoración de los mejores ejemplos de la expresión humorística de esa ideología me resulta necesariamente positiva, tanto desde el punto de vista artístico como desde el punto de vista de la historia de la batalla de las ideas. Sobre este punto tampoco me quiero extender aquí ahora, pero por ahí va mi cabeza.

(Cambiando todo lo que hay que cambiar, pienso lo mismo, en esencia, sobre las obras, por ejemplo, de un Céline de quien ahora los fariseos franceses pretenden "despegarse" cuando llega el momento de los homenajes "patrios". Me parece un asunto preocupante, este del juicio al autor por sus ideas socio-políticas (por más aberrantes que me puedan parecer): acabaríamos tachando a todos los autores que en el mundo han sido...y además cada día tacharíamos a más, incluidos los que ayer nos parecieron más defendibles o, incluso a quienes considerábamos, hasta anteayer mismo, "de los nuestros").

Para mí, que desde los 15 años me considero muy concretamente identificable como "de izquierdas", conseguir escribir una - aunque sólo fuera una - obra de buen humor ha sido siempre, desde que deseé escribir algo, una meta preferible a escribir obras apesadumbradas. En realidad, ese deseo como escritor nació diría que al mismo tiempo que nació mi conciencia social y política. Pero así como me pareció (equivocadamente o no) a mi alcance dedicarme al activismo del hombre de izquierdas, la escritura en clave de humor me siguió pareciendo una conquista que no estaba a mi alcance. Algo en mi naturaleza me invalidaba para acceder a ella. He procurado vivir con humor (más o menos clandestinamente), pero no me he atrevido nunca a publicar textos "humorísticos" (salvo, en muy pocos momentos, en la esfera del blog, que para algo me tenía que servir). Por ahora creo que sólo he dado rienda suelta a mi humor negro y a cierta vena irónica (ambas formas de humor que sí reconozco en mi identidad como escritor).

Ahora intento retomar esa senda en la que me sentí siempre, desesperanzadoramente, un mero atento (y agradecido) paseante incapaz de aportar algo con mi pluma. Deseo escribir con humor, con humor de risa-risa. Si consigo, al cabo, escribir una obra humorística espero que pueda juzgársela como una obra "de izquierdas". Y si no es así, por lo menos que se pase un buen rato de risa leyéndola. Nada me resultaría más deseable y reconfortante.

MO YAN: "LA REPÚBLICA DEL VINO". UNA NOVELA REVITALIZANTE.

Mo Yan: “La república del vino”. Una novela revitalizante.

 

La última novela (traducida al español) de Mo Yan (Pseudónimo de Guan Moye, Gaomi, Shandong, 1955 – ver en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Mo_Yan), “La república del vino” (Kailas, 2010) me ha abierto de nuevo el gusto a una concreta dimensión de la escritura, el humor inteligente: reírse de todo sabiendo de qué y de quién te ríes. No es que Mo Yan sea el primero ni el único (mi primero fue y es el gran Rabelais): ahora, leyendo chinos, me ha venido muy bien esta novela suya para seguir “desengrasando” el cerebelo. El mundo de hoy necesita de muchas dosis de humor y de un humor expresado desde posiciones no reaccionarias, nihilistas, ni de vuelta de todo, ni renegando de nada. Humor desde la experiencia: reírnos de nuestra propia (mala) sombra y de todas las sombrías realidades que nos pretenden vender como metas paradisíacas.

 

Hay épocas en las que necesitas tanto el humor que no eres capaz de  encontrarlo, de modo que cuando lo encuentras te das cuenta de que andas un poco mejor de cabeza…o de todo. Se puede uno carcajear con “La venganza de Don Mendo” (la película de Fernando Fernán Gómez, 1961 es una joya nada despreciable), un español señorito facha recalcitrante (al menos, a mí nunca me ha costado reírme con esa obra), pero conviene también reírse leyendo a un tipo chino anarcoide y popular como Mo Yan.

 

“La república del vino” es, toda ella, un texto incisivo y desternillante o, mejor, varios textos, porque se trata de una diversidad de relatos y otras hierbas, entrelazados por la ironía de quien tiene el morro (y otras cosas) de airear en las solapas de sus libros que se unió a sus veinte años al Ejército Popular de Liberación “para comer todos los días”. A Mo Yan lo proponen al Premio Nobel varios grandes escritores. Habrá que verlo…y las caras de los jefes chinos del momento, a quienes todo esto de la risa de Mo Yan les resulta demasiado problemático (le prohíben sus novelas, pese a lo cual circulan entre cientos de miles de lectores chinos).

 

En esta novela Mo Yan se lanza más que en ninguna otra a la escatología y las marranadas, pero realmente puede decirse que lo exige el guión: para reírse de los jefes no está nada mal cogerlos por su lado más marrano, de los muchos lados marranos que los jefes tienen, incluidos   – eso nos viene a contar Mo Yan – los actuales jefes y jefecillos de la grandísima china. Lo cierto es que un europeo contemporáneo puede reconocer en esas historias de corrupción algo más que un correlato, una lejana sombra  chinesca.

Ahora leo, también de Mo Yan, “Grandes pechos, anchas caderas”. “El sorgo rojo” lo dejé a mitad hace poco: en ese momento no aguantaba más relatos sobre una guerra (los chinos contra la invasión japonesa…), entre otras cosas porque las últimas telenovelas de la CTVE (televisión oficial china en lengua española) van últimamente de lo mismo: la resistencia de algunos chinos (porque, claro, no todos eran buenos, ni del glorioso PCCH) a las atrocidades de la invasión japonesa (que fue realmente atroz, no cabe duda). Ver telenovelas chinas en versión original subtitulada tiene varias ventajas para un estudiante de la cultura china. Pruébenlo y lo verán por sí mismos. Si se han hecho estudiantes de tal cosa. Si no, imagino que deben de resultar algo peor que pesadas. No he leído aún de Mo Yan “Las baladas del ajo” (Kailas, 2008). “La vida y la muerte me están desgastando” (Kailas, 2009), así que no me atrevo en absoluto a aconsejarles por cuál de estas cuatro novelas comenzar si aún están felizmente a tiempo de comenzar a leer a este inteligentísimo autor.

Otro día les hablaré de otros autores chinos contemporáneos (que me interesan menos, o no tanto, o de otra manera). Como siempre, por si les sirve de algo.

 

TAREAS PRIORITARIAS: LOS TESTIMONIOS DE LA "MEMORIA HISTÓRICA", LAS VISIONES DE CONJUNTO Y LAS URGENTES PREGUNTAS SOBRE LA ACTUALIDAD

TAREAS PRIORITARIAS

 

Durante unos cuarenta años he dedicado muchas horas a recoger (grabar, filmar, anotar, redactar) testimonios directos de la vida de muchas personas, especialmente militantes obreros, intelectuales antifascistas, dirigentes comunistas, etc. También (en no menor cantidad) testimonios de la vida cotidiana de personas muy diversas (de distintas edades y clases sociales) cuyas vivencias permiten comprender lo que algunos llamaron, en francés “la petite histoire”. Algo parecido a lo que luego vi que hacía el sabio oscense Monesma, pero en mi caso sin artesanos.

 

Algunos de esos trabajos de lo que en más de una ocasión llamé “rememoración asistida” han sido publicados aquí y allá. Incluso me atreví a aportar unas propias memorias personales sobre unos cuantos años concretos de nuestro pasado colectivo. Creo que sé de qué hablo cuando hablo de memorias, biografías… ¿”memoria histórica”?

 

Adelanto ya que no me arrepiento de nada: ni del tiempo dedicado ni de los resultados expuestos. Si acaso, de no haberme empeñado en  publicar más (pero siempre hay problemas delicados con el derecho a la intimidad de las personas, etc.). Considero que hice lo que pensé que debía y quería hacer. Otra cosa es que acaso – pues no estoy seguro de mi capacidad para ello - hubiera podido hacerlo mejor. Durante muchos años la historia (entonces mayormente “Historia”) no recogía el testimonio personal de quienes no lo hubieran dejado por escrito y de quienes, pese a haberlo hecho, no hubieran llegado a significar algo relativamente importante (para quienes decidían qué era lo importante) en el curso de los acontecimientos de una época.

 

 Las vivencias de “la gente de a pie” no interesaban a la Academia. Y la Historia estaba aún muy constreñida en y por la Academia. Por eso la tarea de hacer emerger, sacar a la luz, poner ante los ojos y oídos del público general (y también de los historiadores académicos) el pálpito individual de las vivencias personales de gentes sin especial relevancia ni cualificación (al menos no según las pautas del “éxito social” acostumbrados) o, directamente, denostadas, humilladas, extorsionadas, despojadas propiamente de identidad social, esa tarea recuperadora, me parecía inexcusable para una conciencia progresista con sentido común… histórico. Por eso pensé que se trataba de una tarea prioritaria. (Se estaban muriendo ya muchas personas sin cuyo testimonio no hubiéramos podido reconstruir muchos detalles, ni de la petite histoire ni de la Gran Historia.

 

En los últimos años la expresión “memoria histórica” ha tenido merecido éxito notabilísimo y ha abarcado toda una serie de recursos historiográficos (especialmente de la llamada “historia oral, pero también de la arqueología y la antropología cultural), un éxito más y más dilatado: la cantidad de publicaciones (charlas, congresos, textos, vídeos, etc.) amparadas bajo dicho término ha crecido exponencialmente y su recepción, si no masiva (¿qué es masivo, en estos casos?), sí ha sido y sigue siendo muy amplia, señal de que había realmente ganas de escuchar ese tipo de testimonios. Puede que ni lo publicado ni lo atendido sea tanto (ni en cantidad ni en calidad) como parece, pero en todo caso puede decirse que se ha reparado un error precisamente…histórico.

 

Y ahora, a la altura de 2011, ¿qué representa continuar realizando una tarea de recogida de testimonios, vivencias, etc.? Mi impresión es que, con todos mis respetos para cada persona que se expresa, asistimos a una repetición inacabable de casos y cosas cuya acumulación no está claro que aporte nuevos elementos de juicio. Por supuesto, cada cual está en su derecho de participar en la tarea de acumular detalles (que nunca dejarán de tener su importancia individual); ¿pero es esa ahora una la tarea prioritaria? La pregunta no va contra la realización de ninguna tarea: todas pueden realizarse y todas aportan positivamente. La cuestión, para mí (esto también puede considerarse un testimonio histórico individual que expreso en un momento concreto de mi biografía y en unas circunstancias concretas de nuestra actualidad colectiva), es si eso que más necesitamos ahora mismo (como anteriormente necesitábamos prioritariamente sacar a la luz esos testimonios individuales de asuntos del pasado más o menos reciente).

 

Mi impresión es que ahora mismo lo que estamos necesitando es aproximaciones a una visión de conjunto de la realidad contemporánea, de la actualidad histórica. Y eso en dos direcciones: hacia el pasado, abordando ya decididamente amplias revisiones de conjunto en las que queden integrados esos testimonios recogidos. (Creo que es lo que muy acertadamente se propone y consigue el historiador Julián Casanova). Y hacia el futuro, preguntándonos metódicamente sobre los acontecimientos de la actualidad. He dicho “hacia el futuro”, en la medida en que la actualidad es, ya, futuro.

 

¿Qué estamos viviendo ahora mismo? ¿En qué conectan nuestras vivencias actuales con los acontecimientos que suceden en el planeta? ¿Hacia dónde parecen apuntar las nuevas experiencias, los nuevos anhelos, las nuevas conquistas, realizaciones, fracasos, etc.? Mi impresión es que vivimos cada día asediados por noticias de toda índole y nos resulta muy difícil mantenernos intelectualmente productivos, más allá de las dos primarias reacciones “vitales” (de huida o de lucha). Mi impresión es, tambié, que el nada leve peso del pasado en nuestra subjetividad nos dificulta mirar con ojos nuevos las novedades de hoy día. hasta cierto punto, miramos buscando el rastro de lo que ya conocemos: necesitamos (demasiado) sentir la seguridad del que ya vio. 

 

Rescatar del olvido lo que los poderosos no quieren que conozcamos ni recordemos siempre será una noble tarea. ¿Podemos dedicar algo de tiempo ya, también, a observar detenidamente el presente, a intentar interpretar “los signos de los tiempos” en la multitud y disparidad de los acontecimientos que ahora mismo se suceden a un ritmo frenético? ¿Puede ser esa, precisamente, ahora, la tarea prioritaria? Para comenzar podríamos proponernos, modestamente, encontrar la forma de preguntar.

"EL MUNDO CHINO" DE JACQUES GERNET. UNA ESTIMULANTE LECTURA EN ESTOS TIEMPOS

"EL MUNDO CHINO" DE JACQUES GERNET Y LA REFLEXIÓN SOBRE LA ACTUALIDAD

 

En épocas de grandes y rápidas transformaciones, como la que vivimos (épocas de transición y por eso mismo de acumulación e incluso amalgama de muy diversos elementos, cuya sorpresiva coexistencia nos desorienta tanto como nos estimula), el estudio de la historia y la reflexión sobre procesos históricos de largo alcance puede ayudarnos a la comprensión de nuestras vivencias cotidianas en un contexto más amplio.

 

Para un occidental del siglo XXI el estudio del desarrollo milenario de la civilización china puede resultar un instrumento eficaz contra las perezas intelectuales y las incertidumbres morales, más que nada por el efecto de “distanciamiento” que facilita. La lectura de la maravillosa obra “El mundo chino” del reputado sinólogo Jacques Gernet (Crítica, 2005; 1ª ed. Francesa en Armand Collin, 1972) resulta, a estos efectos, apasionante. No voy a intentar resumir aquí, en dos patadas, sus más de 700 apretadas páginas porque, además de imposible, el intento contradiría precisamente la idea de fondo que pretendo plantear.

 

Esto es: que acaso ante la vorágine del día a día, más que intentar estar-al –tanto-de-todo (digo más que, no en vez de), acaso nos aprovecharía dedicar ratos de lucidez y serenidad a ese estudio de la historia y a esa reflexión sobre los grandes movimientos económicos, sociales, culturales que se han producido hasta hoy en el planeta. Se trataría de “coger perspectiva”, superar el alud inmediatista y otear olas de fondo activas en la actual coyuntura. Por poner un ejemplo (grosero, pero seguramente ilustrativo), podemos preguntarnos qué representan los sesenta años de gobierno del PC Chino en una historia de 3.000 años.

El esfuerzo que exige la lenta asimilación de datos y conceptos expuestos en obras como la de Gernet puede que nos ayude a reavivar capacidades de análisis acaso un poco embotadas bajo la inercia del aparente "ya conocer" al que estamos (mal) acostumbrados a la hora de analizar nuestra historia, nuestra civilización y nuestra época. 

 ¿Qué representan los últimos cuarenta años de la historia de Occidente? Hay varias formas de enfrentarse a preguntas como ésa. ¿Por qué no estudiando 3.000 años de civilización china? A veces, contrariamente a las advertencias de la autoridad competente, lo más peligroso no es, precisamente, asomarse a la ventanilla. 

JORGE SEMPRÚN POR FRANZISKA AUGSTEIN

Acabo de leer la biografía de Jorge Semprún "Lealtad y traición. Jorge Semprún y su siglo" de Franziska Augstein (Tusquets, 2010), en la que la relativamente joven (Hamburgo, 1964) autora le da un buen repaso al abuelo Semprún, que parece haberse sentido - acaso por primera vez - como el "cazador cazado" (y por eso salió la semana pasada en "El país Semanal" defendiéndose del libro...sin conseguirlo).

La autora grabó horas de entrevistas con su biografiado, pero/y además consultó muchas otras fuentes, vivas o documentales. Es decir: pensó con su propia cabeza (y no se dejó conquistar por el gran conquistador), y eso a Semprún parece que se le ha hecho finalmente un poco fastidioso: reconoce que es su vida, pero asegura que él no la habría contado así...

El libro, de todas formas, no va contra Semprún: se trata de un respetable trabajo de investigación e interpretación, con el añadido de que la cabeza de la Augstein (doctora en ciencias políticas y filosofía, redactora del semanario "Die Zeit", entre otras varias cosas) sobresale por encima de la acostumbrada línea de horizonte "local" para observar las peripecias de Semprún desde una atalaya mucho más europea que española y con puntos de referencia mucho más dispares de los que pueden aportar las biografías de comunistas españoles del siglo XX. 

Una vida como la de Jorge Semprún da mucho de sí, sobre todo si uno tiene en cuenta los detalles más importantes de su militancia y de su no militancia comunista, su personalidad militante, su personalidad política y su personalidad literaria. Hasta ahora Semprún ha podido intentar seguir siendo "un mirlo blanco" cuyas sienes plateadas podían aspirar a representar una radical inocencia, pero a partir de esta biografía tendrá que contentarse con asumir el cúmulo de contradicciones en el que se desarrollaron sus vivencias, como cada quisque. 

Ya saben que lo mío con las biografías es un vicio. También que lo mío con las historias e historietas de las militancias comunistas es pasión. En el pecado llevo la penitencia, pero Ustedes pueden, sin llegar a tanto en el sufrimiento, leer este sagaz libro si quieren aprender un montón de cosas sobre la vida de los seres humanos y, seguramente, sobre su propia vida; pues cierto es que cada lector lee en cada libro parte de su propia memoria de sí mismo y escucha en sus personajes su propio diálogo interior. De eso, creo, se trata. 

FIN DE AÑO: MENSAJE (MÍO) REAL

Mensaje (mío) real de Fin de Año:

Acabo 2010 agotado (pero esperanzado).

Nos movemos bajo el pesado fardo de la sumisión y los ricos (más ricos aún) se nos carcajean. Me parece lo más sensato ahora mismo aceptar que no veo ninguna alternativa viable. Espero que Internet (que somos ya casi tod@s) nos ayude. Y espero que la gente joven se rebele y se lance a cambiar el mundo. 

Se me han muerto muchas personas queridas este año. Mi cabeza es ahora mismo una pista de aterrizaje sin controladores que valgan (ni que cobren), a la que llegan constante, incesantemente, imágenes, palabras, sabores, olores, emociones...que ya sólo volverán, a su antojo, por esta vía del recuerdo. Mis fantasmas del 2010. Espero conservar a quienes siguen viv@s, incluso conocer nuevas personas. Y que, a poder ser, no se me mueran en 2011.

Cosas de la vida: por primera vez en cinco años creo que puedo salir de la depresión. Me he visto a mí mismo liberado de ella por suficiente tiempo (unas semanas) como para confiar en que un día se irá para no volver. Al menos - eso espero - que no será ya (porque me he visto mejor) como la he sufrido durante todo este tiempo. Estoy muy, muy agradecido de todo corazón a quienes me han acompañado, aguantado y animado. 

¡Salud!

HOJAS CAÍDAS. CADUCAS PROTESTAS OTOÑALES

HOJAS CAÍDAS

 (Artículo publicado en heraldo de Aragón el jueves 4 de noviembre de 2010)

Sopla ya el cierzo su noticia cierta de que otoño va de veras y caen las primeras hojas, muchas hojas, cantidades innumerables de hojas…caducas (incluso algunas de las llamadas perennes). Es decir: por estas fechas, como siempre. Escuchamos (aparte del rumor de nuestros pasos entre la abatida infantería de las hojas más vencidas ya en la ciudad – las de los plátanos) repetitivos comentarios caducos; es decir, de esta época: que todas esas hojas son una molestia, que las barren muy poco, muy tarde, muy mal. Malas hojas. Mala ciudad. Mal alcalde (también en otoño), que no nos deshoja inmediatamente las hojas de los cada vez más deshojados árboles urbanos. Su particular expohojas. Poder municipal de (no) deshojar las calles de hojas secas (amiguismo de hoja por  hoja, presumible delito). Y la ciudad, de nuevo (siempre por estas fechas) en hojas punta: un desastre. Avalanchas ilegales de hojas en tal y/o cual esquina (discriminación manifiesta). Ya ni se puede aparcar, de hojas que ocultan bordillos de aceras, aceradas todavía esas hojas antes de pudrirse (¿se pudrirán ahí mismo, ante nuestros ojos?). Y sin embargo, el manto multicolor de las hojas: pardas, verdes, amarillentas, amarillas, violáceas, rojizas…hojas de luces y hojas de sombras, la gran maravilla urbana de las hojas caducas. (Las perennes, con su otra maravilla, no reclaman informes, no cuestan tanto. Las perennes, labordetean durante todo el año, como si no murieran).  El manto de las hojas ciudadanas. Don otoñal. Caducidad y luz. Colores. ¿No es un regalo? ¿No lo disfrutamos? Como todos los otoños, las más bellas hojas volando hacia la muerte cuando el cierzo las abate. (Y el olor agridulce de todo lo que acaba para más adelante - ¿lo veremos? ahí la molestia, la inquietud de veras - regenerarse).

"JOSEP SOLER I SARDÀ: COMPONER Y VIVIR". BIOGRAFÍA DE UN NOTABLE MÚSICO CONTEMPORÁNEO

He leído el libro "Josep Soler i Sardà. Componer y vivir", coordinado por Juan Cuscó (Zaragoza, Libros del Innombrable, 2010), recién aparecido en librerías.

Me ha resultado muy interesante y atractivo: a los textos de más de 250 densas páginas les acompañan un dvd sobre el compositor y su mundo y un cd con diez grabaciones (más de una hora de audición). En conjunto (salvo por lo pequeño del cuerpo de las letras), un magnífico libro que acerca seriamente a la figura de este gran compositor catalán (nacido en Vilafranca del Penedès en 1935) de nuestra época. 

Había escuchado algunas obras suyas en Radio Nacional 2, Radio Clásica. Recientemente, el estreno mundial de su Quinteto para piano y cuerdas, 2008, nº. 2, encargo de la Fundación Scherzo para el 25 aniversario de la revista. Me sonaba su nombre: ¿había escuchado también alguna entrevista? Asociaba su nombre a música interesante, seria, rigurosa, contemporánea en el sentido más radical del término. 

Saber que ha compuesto más de una docena de óperas y ha grabado más de cincuenta cedés me ha llenado de asombro: ¿cómo no había leído nada sobre Soler i Sardà antes? Mi asombro fue mayor cuando constaté, con vergüenza, que esta editorial zaragozana ha editado ya tres títulos de y sobre él: "Otros escritos y poemas" (1999), "Nuevos escritos y poemas" (2003) y "Josep Soler Sardà. De la tradición al oficio" (2003). ¿En qué he estado pensando estos años?

Escuchar el cd que va con el libro me ha resultado una experiencia inolvidable. Buscaré más grabaciones de música de Josep Soler i Sardà, buscaré más libros de y sobre él (comenzando por los citados de Libros del Innombrable. Me queda el consuelo de pensar que mi actual  ignorancia me proporciona la posibilidad de descubrir a fondo a un gran compositor. 

GOLF EN ARCOSUR: CÓMO TE QUITAN UN PARQUE PÚBLICO

GOLF EN ARCOSUR

Artículo publicado en Heraldo el martes 19 de octubre de 2010

Parece ser que el proyecto actual de urbanización de Arcosur  esconde algunas sorpresas que a la larga pueden generar importantes problemas. La más llamativa: que el barrio carecerá de zonas verdes de uso público. Tal cual. Todas las zonas verdes públicas de Arcosur, (se le prevén unos 40.000 habitantes – más o menos, como Huesca capital) estaban concentradas en una gran zona verde bajo el cono de entrada de aviones al aeropuerto. Pero actualmente esa gran zona verde está contemplada como Campo de Golf Municipal, gestionado por la Federación Española de Golf. Esto significa que el barrio va a tener un gran campo de golf vallado, de uso exclusivo para socios golfistas, no disponiendo del ratio normal de zona verde por habitante de una ciudad desarrollada. Esta decisión fue tomada, al parecer, por el Ayuntamiento para no tener que asumir el gasto que supone mantener esta gran zona verde. Hay que recordar que ese proyecto es inconstitucional: no cumple con las leyes de planeamiento urbanístico vigentes. Se ha intentado defender la instalación de ese campo de golf con el argumento de que es de bajo rendimiento y ecológico, pero la cuestión no es si ese campo de golf sería o no ecológico, sino el propio criterio de usar como zona verde privada un espacio diseñado para uso público. Segunda gran sorpresa: el planteamiento actual conllevaría la imposibilidad de crear la Red de Anillos Verdes de Zaragoza (en concreto el AVZ 01) que recorre y une todos los barrios periféricos de Zaragoza. Su trazado tendría que pasar por estas zonas verdes y comunicaría la de Arcosur con las del Canal y del Huerva, asegurando una red continua de espacios verdes peatonales y ciclistas, dando lugar una ciudad bien comunicada. ¿Les parecen pocas estas dos sorpresas? Ojo no haya más.

 

 

SCOUTS, ZARAGOZA, 50 AÑOS: 1960-2010: UN ENCUENTRO MEMORABLE

SCOUTS, ZARAGOZA, 50 AÑOS: 1960-2010: UN ENCUENTRO MEMORABLE

Hemos celebrado nuestros 50 años de scouts: 1960-2010. Más de 130 compañer@s de entonces: scouts, lobatos, alitas, guías... Un monolito conmemora en Valdegurriana (Zaragoza) la fecha, la celebración, el encuentro, la memoria, la ilusión, la amistad...

François Dosse: “Gilles Deleuze y Félix Guattari. Biografía cruzada”. Un libro muy importante. Y oportuno..

François Dosse: “Gilles Deleuze y Félix Guattari. Biografía cruzada”. Fondo de Cultura Económica, 2009.

 

Comencé a leer este libro el uno de septiembre pasado y a la altura de la página 399 (de un total de 692) ya puedo decir que se trata de un libro mucho más importante aún de lo que me pareció cuando lo comencé a leer. Un libro que además de recordarnos el rastro biográfico y las líneas maestras del pensamiento de los dos pensadores franceses (y esto ciertamente no ha debido de resultar fácil, aunque al autor no se le nota el esfuerzo) nos devuelve también la película de los últimos sesenta años de actividad intelectual y política en Francia y gran parte del extranjero. Actividad intelectual y política quiere decir, en este caso, una excepcional vitalidad cotidiana en el intento, nunca desfallecido, de comprender y transformar una realidad que se presenta más y más compleja (tanto en el campo del ejercicio del poder como en el campo de la práctica de la sumisión al poder – y ya sabemos que el poder no es solo cosa de poderosos sino también de miserables y/o de individuos pluralmente adjetivables). Hoy, cuando las formulaciones que Deleuze y Guattari  elaboraron desde los años 60 parecen “decir” con bastante fiabilidad la complejidad de las sociedades contemporáneas, hasta el punto de que sus “Mil mesetas” parecen haber sido ideadas para dar cuenta del funcionamiento de sociedades comunicadas en la Red, merece mucho la pena dedicar algún rato a repasar la aventura intelectual y moral de Deleuze y Guattari.

 

A mayor abundamiento, se harán un favor leyendo (o releyendo) “El Anti-Edipo” (recién reeditado) y “Mil mesetas” (idem). Y mucho más favor si leen también el libro de Deleuze “Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia” (Cactus, 2010).

¿PARQUE GRANDE MIGUEL LABORDETA? EL LÍO CON EL NOMBRECITO...

El lío que se han hecho algunos (incluso quienes editan titulares en "El Periódico de Aragón") con el antiguo nombre oficial del Parque Grande resulta muy sintomático. 

Se me ocurre si no se acabará llamando Parque Grande Miguel Labordeta...

 

Lean ustedes este titular de hoy

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=611936

"OTRA MANERA DE SER POLÍTICO". UN BUEN ARTÍCULO DE ELOY FERNÁNDEZ CLEMENTE EN EL MUNDO.ES

Copio aquí el artículo de Eloy sobre Labordeta y sobre las reacciones populares a su muerte. Y (sobre todo) sobre algunos políticos impresentables. Alguno tenía que decirlo. Lo publica hoy Eloy en elmundo.es

Eloy Fernández Clemente* |

Zaragoza Actualizado miércoles 22/09/2010 11:15 horas

 Las más de 50.000 personas que en apenas día y medio desfilaron el domingo y lunes, 19 y 20 de septiembre, ante la capilla ardiente de José Antonio Labordeta, ofrecen y exigen una reflexión. En Aragón se percibió de inmediato que se estaba ante un hecho de tremenda resonancia, sólo comparable al entierro de Joaquín Costa, en febrero hará un siglo justo. (Por cierto, el martes, tras la incineración, decidió la familia con gran acierto depositar los miles de flores en ramos y coronas, ante el mausoleo del otro gran aragonés contemporáneo enterrado en su tierra: no lo están Goya, Cajal o Buñuel).

Se habilitó de inmediato la Aljafería zaragozana, sede de las Cortes de Aragón, el más hermoso edificio civil con que se cuenta, para que todos pudieran acercarse a mostrar su respeto y su cariño por el escritor, periodista, cantautor, político, fallecido. Tras los apresurados últimos homenajes que se habían ido sucediendo con prisas (Doctor Honoris Causa, Medalla del Trabajo, Premio Nacional a las Artes, Cruz de Alfonso X el Sabio), han llegado otros, ya demasiado tarde. "A buenas horas"...

El presidente Iglesias –consultado el coaligado vicepresidente Biel, aquí los trámites son breves si hay mayoría- decidía concederle la Medalla de Oro de Aragón, máximo honor político. Muchos piensan que debería estar prohibido o considerado un mal uso dar premios y honores post mortem (salvo a los muertos en acto de servicio, guerras y atentados): tiempo hubo en tantos años de esfuerzos; si no se hizo, pues no se hizo. Y lo mismo ocurre cuando el alcalde anuncia que ha mandado estudiar qué gran lugar, plaza, calle, parque, ofrecer en su recuerdo. No sabe o no quiere saber que hace unos pocos años se dio su nombre a una plazuela sin asfalto ni jardines, en un barrio lejano del centro, cumpliendo de mala gana una petición.

Y también con su famosísimo Himno a la Libertad, que cuando en mala hora plantearon las Cortes contar con un himno, fue derrotada esa propuesta, gastando tiempo, dinero y energías en encargar, ¡primero! la música a García Abril, y encerrando luego a cuatro buenos poetas incompatibles para que elaboraran una letra imposible. Resultado: nadie sabe ese himno, nadie lo canta, casi nadie lo conoce. Ahora, las redes se agitan volviendo a recordarlo e insistiendo en que su canción más conocida, que todos saben y entonan felices con los brazos unidos en alto, sea el Himno de Aragón. Me temo que vuelva a darse carpetazo en cuanto pase la calor.

El pueblo tiene olfato Políticos de todo signo (más entusiasta la izquierda, claro, pero la derecha ha cumplido con discreción el trámite), las fuerzas sociales -¡hasta el arzobispo!-, el mundo de la cultura, han acudido a despedir al hombre que con frecuencia les resultó incómodo (sí, también a la izquierda, incluso a su partido en el que era tan adorado como temido por su radical independencia), pero cuyo carisma han comprendido y hubieran querido robar para ellos. Su modo de apretar las manos de las gentes; siempre respetuoso, razonador, suave en las formas aunque enérgico en el fondo: la excepción que lo confirma fue su protesta airada cuando, gritando, insultándole, se le impedía hablar.

El pueblo tiene olfato (hoy el zaragozano, aunque acudió mucha gente de lejos, aragoneses o no; otro día será en otro sitio) y ha sabido interpretar muy bien lo que significa y representa Labordeta, se ha echado a la calle a manifestar su cariño y su preferencia personal por un hombre bueno, próximo, sencillo, defensor de los problemas grandes y pequeños, trabajador incansable, además de un enorme poeta en sus canciones y todos sus escritos. En estos tiempos en que comienzan a aparecer encuestas que colocan la crítica a los políticos en general por encima de la tremenda crisis económica pagada tan duramente por los parados (¡siempre pagan los mismos, siempre ganan los otros!), es preciso estudiar este fenómeno. La gente quiere que los políticos sean formales (no necesariamente serios, ni estirados, ni fatuos), honrados, trabajadores, listos, amables sin afectación, educados, amantes de la cultura. Cuando se enzarzan en insultos y descalificaciones, la sociedad acusa el golpe, se siente víctima de esas personas que no merecen ni en broma ser calificadas de "señoría".

El voto suele ser una tradición casi familiar, cambiamos demasiado lentamente, por eso los políticos consideran, errados, cautivos "sus" votos. Y es que cada uno votará, seguirá, exigirá, a los más próximos a sus ideas, esperando que legislen coherentes en ese sentido. Esa no es hoy la cuestión. La enseñanza de la muerte de Labordeta es: haced, por favor, una política clara, digna, próxima, con argumentos más que improperios, con respeto al contrincante y, sobre todo, al pueblo. Y os respetaremos y querremos como a él, aunque no alcancéis, es un privilegio de unos pocos elegidos, su talante, su estilo, su entrañable gesto.

*Eloy Fernández Clemente es Catedrático de Historia Económica de la Universidad de Zaragoza, cofundador y director de la revista Andalán y amigo personal de José Antonio Labordeta.

PARQUE GRANDE JOSÉ ANTONIO LABORDETA

PARQUE LABORDETA

 

La idea del alcalde Belloch de poner el nombre de José Antonio Labordeta al parque grande de Zaragoza, de modo que su denominación futura sea “parque grande José Antonio Labordeta” es una muy excelentísima idea lanzada, además, en el momento oportuno. Se diría que algo de la creatividad de Labordeta se está difundiendo incluso en las mentes de algunos políticos locales, lo cual sería muy beneficioso para esta ciudad y su ciudadanía. Recién nacida, la iniciativa ha sido acogida inmediatamente con masivas muestras de entusiasmo por parte de la población zaragozana, que es lo que, en definitiva, realmente importa. Si de paso se aceleraran las obras de adecentamiento y restauración del parque ya estaríamos propiamente ante el primer milagro póstumo de José Antonio Labordeta.

 

JOSÉ ANTONIO LABORDETA HA MUERTO. YA ESTÁ SUFICIENTEMENTE CONFIRMADO. AHORA, VAMOS TOD@S A NO DEJAR YA DE CANTAR Y BAILAR

Parece ya seguro que José Antonio Labordeta está muerto: ha permanecido suficientes horas como un verdadero muerto metido en su cajón en medio del salón del trono de la Aljafería al que tant@s y con tantos nervios nos hemos asomado y en el que algunos han sentado sus reales como tiesos muñecos de cera... frente a la admirable vital dignidad de la familia Labordeta. En aquel solemne incomparable marco José Antonio Labordeta no ha dado señales de vida, ni siquiera cuando algunos notables locales ponían medallas sobre la bandera (aragonesa) que cubría su ataúd: evidencia (o como deba decirse en este caso: ¿síntoma?) de que ya no estaba para cosicas de vivos. 

A estas horas, José Antonio Labordeta ya debe de estar hecho polvo, propiamente cenizas. Así que ya está.¡Que le quiten lo bailao!¡Que nos quiten a tod@s lo bailao! En la Aljafería, ante la Aljafería, en la plaza de San Felipe, en los corros, las colas del autobús, las salidas de los colegios, en los bares y en las esquinas en las que ya muy pronto se arremolinará el viento otoñal, el cierzo zaragozano.

No deberíamos dejar ya de cantar y bailar en esta tierra, todos los días, a todas horas, en todos los lugares (y no necesariamente "rincones"). ¡¿O es que no hemos aprendido nada de nuestro compañero José Antonio Labordeta?!

HUELGA GENERAL

HUELGA GENERAL

(Artículo publicado el viernes 17 de septiembre de 2010 en Heraldo de Aragón)

 

Que la convocatoria de huelga general que han lanzado los dos sindicatos de clase mayoritarios, CCOO y UGT, no surge de una posición de fuerza ni puede pretender un cambio radical en la vida socio-económica del país es algo que debería tenerse claro a la hora de analizar el porqué de la propia convocatoria en un contexto de retroceso generalizado del movimiento obrero europeo y de ascenso fulgurante de la hegemonía del gran capital, hoy profundamente interiorizada por el nuevo ciudadano-consumidor. Tenerse claro, entre otras cosas, para no pedirle peras al olmo con la perversa intención de demostrar al día siguiente que lo que teníamos ante los ojos no era un peral cargado de frutos. La vida social de hoy en día semeja más bien un yermo devastado, en el que resulta francamente raro que aún se yergan hacia el cielo, aquí y allá, algunos viejos olmos capaces, pese a su evidente deterioro, de recoger en sus ramas el hálito de la dignidad, el sonido intangible de la esperanza. Bajo furiosas ventoleras (mediáticas, pero también contantes y sonantes, concretas en sus terribles datos cotidianos), algunas organizaciones se esfuerzan por mantenerse en pie y generar solidaridad: así ahora los sindicatos de clase de los países del llamado primer mundo, incapaces ya de oponer un brazo potente de voluntad popular a los flexibles tentáculos de los actuales mecanismos del poder. Sólo desde la constatación de la derrota histórica de los movimientos de emancipación conocidos hasta ahora cabe valorar el meritorio esfuerzo de los sindicatos por llamarnos a levantar la vista más allá de la doméstica meta de la vergonzante sumisión. La convocatoria de huelga general, en ese sentido, es ya un triunfo de la voluntad en medio de la tempestad de pesimismo en la que naufragamos.

 

PRUEBA DEL NUEVE Y LAS CUENTAS (Y LOS CUENTOS) MUNICIPALES

Prueba del nueve

 

Como la mayoría de ustedes recordarán (pues  incluso yo mismo lo recuerdo con provecho), la prueba del nueve es un artificio matemático utilizado para verificar, de una forma sencilla, si una operación de multiplicación o división, realizada a mano, ha dado un resultado erróneo. Mediante esta prueba se puede comprobar si la operación tiene algún error o no. Si el resultado de la prueba da “erróneo" se puede asegurar que la operación no es correcta; sin embargo, ¡ojo!, porque si el resultado de la prueba da "correcto" esto no implica necesariamente que la operación esté bien. Esto último es lo que se suele olvidar. En la política municipal también hay una prueba del nueve, pero ésta parece resultar para muchos munícipes, en vez de una ayuda, una más pesada carga (aún) que la que supone dedicarse a “realizar a mano” las divisiones y multiplicaciones en cuestión. Tal parece suceder en el Ayuntamiento de Zaragoza, pues últimamente nuestros más destacados munícipes nos exponen los notables resultados de pingües ganancias resultantes de sucesivas (incluso superpuestas, lo que ya les convierte, más que en simples atletas aritméticos, en acabados maestros de la teoría de los números) multiplicaciones y divisiones de ingentes cantidades de metros cuadrados (y cúbicos) de tierra, agua o aire, para cuya verificación difícilmente se puede recurrir a ninguna prueba del nueve, pues no se trata propiamente de admirables demostraciones de una infrecuente facilidad en el cálculo mental sino de su frecuente dificultad para concretar los datos de la operación u operaciones que se nos exponen, para las que habrá que ir buscando nuevas palabras, neologismos (romaredear, tranvitrazedir, ebrobusinar, exponabidir, impuestificar…) comparables a los que ahora mismo va aceptando la muy RAE.